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Internacional

Raz�n de Estado
Las contradicciones de Condoleezza Rice

Red Voltaire
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Condoleezza Rice es presentada a menudo como la hermana adoptiva de Madeleine Albright. Hizo su carrera en pleno coraz�n del complejo militaro-petrolero estadounidense antes de adiestrar a George W. Bush en las cuestiones de pol�tica internacional y convertirse en su consejera para la seguridad nacional. Al comparecer ante la Comisi�n investigadora sobre el 11 de septiembre, afirm� reiteradamente haber hecho todo lo posible por impedir los atentados, repitiendo tergiversaciones y mentiras. En una carta abierta dirigida a ella, una ex responsable de la administraci�n Bush la acusa de complicidad criminal.
Despu�s de una larga controversia, la consejera nacional de seguridad nacional Condoleezza Rice prest� testimonio p�blico ante la Comisi�n investigadora �independiente� sobre el 11 de septiembre. A cambio de su testimonio, la se�orita Rice negoci� con la Comisi�n un protocolo de acuerdo mediante el cual los investigadores renuncian a confrontar p�blicamente sus declaraciones con las de cualquier otro colaborador de la Casa Blanca. Sabia precauci�n ya que sus declaraciones -hechas bajo juramento- son aproximativas sobre ciertos puntos y falsas en cuanto a otros. Retomamos entonces la carrera de Condoleezza Rice y su testimonio. Reproducimos, adem�s, la carta abierta que le env�a Catherine Austin Fitts, ex responsable de la primera administraci�n Bush.
Condoleezza Rice comenz� su carrera dentro del aparato estatal estadounidense en 1986, como asistente especial del jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante William J. Crowe Jr. En 1989, en pleno per�odo de reunificaci�n de Alemania y durante el derrumbe de la Uni�n Sovi�tica, Condoleezza Rice ocupa, en el seno de la primera administraci�n Bush, el puesto de directora de asuntos sovi�ticos y de Europa Oriental para el Consejo de Seguridad Nacional.
El ascenso de Condoleezza Rice a puestos de tan alta responsabilidad, en pleno coraz�n del aparato estadounidense de toma de decisiones, est� ligado a su formaci�n. En la universidad de Denver, a la que entra en 1969 -a los 15 a�os- sigui� un seminario de pol�tica internacional que impart�a Josef Korbel. Korbel era precisamente el padre de Madeleine Albright. De origen checo, hab�a llegado a Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial despu�s de haber huido del nazismo y el estalinismo escapando a Londres, donde fue consejero del presidente checo en el exilio, Edouard Benes. Convertido en ciudadano estadounidense y profesor de relaciones internacionales, Korbel no es de los anticomunistas rabiosos y se pronuncia por la pol�tica de distensi�n hacia la URSS, aunque apoya la intervenci�n estadounidense en Vietnam, hasta la ofensiva del Tet en 1968. Fallecido en 1997, Korbel presentaba a la joven Condoleezza Rice como su �hija adoptiva�.
Bajo su influencia, Condoleezza Rice se convierte en soviet�loga y se especializa espec�ficamente en el aparato estatal secreto ruso. Ella conoce a la perfecci�n el equivalente estadounidense de esas estructuras oficiosas, dirigi� en efecto una tesis [1] sobre las estructuras de poder paralelas creadas en 1947 por una directiva de Truman con el objetivo de continuar en secreto la guerra fr�a. Esas tres instituciones son el Estado Mayor Conjunto, el Consejo de Seguridad Nacional y la CIA.
En 1995, Condoleezza Rice escribe Germany Unified and Europe Transformed junto a Philip Zelikow, actual director ejecutivo de la Comisi�n investigadora del Congreso sobre los atentados del 11 de septiembre ante la cual prest� testimonio la consejera de seguridad nacional la semana pasada. Se acerca tambi�n a Henry Kissinger, siendo ambos miembros de la cofrad�a estudiantil Phi Betta Kappa. Anima adem�s un grupo informal de influencia sobre la pol�tica exterior de Estados Unidos cuyos miembros se autodenominan Vulcains, en referencia al dios romano que forja las armas de los dioses dentro de los volcanes. Condoleezza Rice fue miembro del Center for Internacional Security and Arms Control donde preconizaba que antes de emprender el desarme hab�a que esperar que la Uni�n Sovi�tica se encontrara totalmente de rodillas.
La cercan�a de Henry Kissinger le permite cambiar de paradigma para el an�lisis de las corrientes de pensamiento existentes en Estados Unidos en lo tocante a las relaciones internacionales. Hasta entonces se opon�an, en efecto, la realpolitik que preconizaba Kissinger y el idealismo de los neoconservadores. Condoleezza Rice es la encarnaci�n de la simbiosis de esas dos corrientes contrapuestas, al igual que George W. Bush, cuya formaci�n acelerada en materia de pol�tica exterior asegur� ella antes de que �ste asumiera la presidencia.
Su estrecha relaci�n con el padre de Madeleine Albright es el reflejo del v�nculo que existe entre dem�cratas y republicanos en cuanto a cuestiones internacionales, como en lo tocante a Europa central y oriental.

Su carrera en la empresa privada la condujo al seno de los consejos de administraci�n de grandes empresas estadounidenses, como la compa��a petrolera Chevron, el banco J.P. Morgan y Charles Schwab, el primer fondo de inversiones de pa�s.
En marzo de 2004 la consejera de seguridad nacional del presidente estadounidense George W. Bush se neg� inicialmente a presentarse ante la comisi�n investigadora del Congreso sobre el 11 de septiembre.
Las mentiras de �Condi�
El sitio del Center for American Progress, ligado al Partido Dem�crata, hace un recuento de las omisiones en que incurri� la consejera mientras prestaba declaraci�n bajo juramento:
Decidimos inmediatamente apoyar a los servicios encargados de las acciones secretas de la administraci�n Clinton as� como otros esfuerzos para luchar contra la red [al-Qaeda]�. Sin embargo, seg�n Newsweek, �en los meses anteriores al 11 de septiembre, el Departamento de Justicia redujo el programa altamente clasificado denominado "Guante de baseball" destinado a seguir de cerca a los presuntos miembros de al-Qaeda� [2]. Adem�s, la AP reporta que �aunque los aviones teleguiados sin piloto Predator hab�an se�alado a Osama Ben Laden tres veces a finales del a�o 2000, la administraci�n Bush no los hizo volar sobre Afganist�n en los ocho primeros meses de su mandato� [3] poniendo fin de esa manera a las misiones de reconocimiento que hab�an comenzado durante la administraci�n Clinton.
La estrategia ten�a como objetivo la eliminaci�n de la red al-Qaeda. Ordenaba a las instancias dirigentes de las agencias y departamentos estadounidenses interesados hacer de la eliminaci�n de al-Qaeda una de sus primeras prioridades y utilizar todos los aspectos de nuestro poder�o nacional -al nivel de la inteligencia, las finanzas, la diplomacia y el ej�rcito- para concretar ese objetivo�. Richard Armitage, el subsecretario de Estado estadounidense, refuta esa afirmaci�n. A la pregunta ��Es cierto, como dijo la doctora Rice, que "nuestro plan preve�a operaciones militares" para ataques contra al-Qaeda y los dirigentes talibanes?�, Armitage respondi�: �No, pienso que eso fue enmendado despu�s de los atentados del 11 de septiembre� [4].
Condoleezza Rice afirm� tambi�n que su equipo hab�a �apoyado las actividades del Departamento del Tesoro para descubrir y confiscar los haberes terroristas�. Seg�n el libro The Age of Sacred Terror, de Daniel Benjamin y Steven Simon [5], la nueva administraci�n Bush del Tesoro �desaprob� el enfoque de la administraci�n Clinton sobre las cuestiones de lavado de dinero, lo cual representaba una parte importante de los esfuerzos realizados para cortar el aprovisionamiento en dinero de Ben Laden�. La administraci�n Bush se opuso, en particular, a los pasos que hab�an emprendido sus predecesores, con el apoyo del G7 y de la OCDE, y que apuntaban a los pa�ses con �legislaciones bancarias poco rigurosas� de las que se aprovechaban los financieros del terrorismo. Al mismo tiempo, el equipo del presidente Bush no otorg� �ning�n financiamiento al nuevo National Terrorist Asset Tracking Center�.
A�n bajo juramento, la consejera de seguridad nacional asegur� a la Comisi�n investigadora que la administraci�n republicana hab�a �aumentado el financiamiento de las actividades antiterroristas de varias agencias�. Sin embargo, desde su llegada al poder los responsables estadounidenses redujeron en m�s 500 millones de d�lares el presupuesto destinado a las actividades antiterroristas en el Departamento de Justicia. Adem�s, el New York Times reporta que en la preparaci�n del presupuesto de 2003 la Casa Blanca �no aprob� los pedidos del FBI ascendentes a 58 millones de d�lares para financiar 149 nuevos agentes de terreno en la lucha antiterrorista, 200 analistas de inteligencia y 54 traductores m�s�. Por el contrario, la Casa Blanca �propuso una reducci�n de 65 millones de d�lares al programa que concede las subvenciones a los proyectos estatales y locales de antiterrorismo� [6].
Condoleezza Rice se confunde tambi�n entre sus diferentes declaraciones. En marzo de 2004 afirmaba que �ning�n plan anti-al-Qaeda hab�a sido entregado a la nueva administraci�n�. Pero se contradice ante la comisi�n: �mientras desarroll�bamos una nueva estrategia para ocuparnos de al-Qaeda, tomamos tambi�n cierto n�mero de iniciativas anti-al-Qaeda que hab�a propuesto Dick Clarke�.
Tambi�n tuvo que dar explicaciones sobre las alertas que recibi� la administraci�n Bush en los meses anteriores al ataque. Seg�n ella, �cuando los informes sobre amenazas se hicieron numerosos durante la primavera y el verano de 2001, pusimos al gobierno estadounidense en un alto nivel de alerta y de actividad�. Ciertos documentos indican, sin embargo, que antes del 11 de septiembre de 2001 la administraci�n Bush �no incluy� el terrorismo a la cabeza de sus prioridades en sus planes estrat�gicos para el Departamento de Justicia, del que forma parte el FBI� [7]. El general Henry H. Shelton, jefe del Estado Mayor Conjunto hasta el 1ero de octubre de 2001, declar� durante el verano que el terrorismo se hab�a convertido en �un problema no urgente� y cont� c�mo los dos responsables del Pent�gono, Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz, hab�an �hecho fracasar� un plan tendiente a debilitar a los talibanes. El general Don Kerrick, quien sirvi� bajo la administraci�n Bush, declar� por otro lado que hab�a enviado a la nueva administraci�n un memo seg�n el cual Estados Unidos �iba a ser golpeado de nuevo� por al-Qaeda, documento que qued� sin respuesta. Seg�n Kerrick, el terrorismo no era �objeto de particular atenci�n. Ellos esperaban que no pasar�a nada� [8].
Finalmente, Condoleezza Rice sostiene que �las informaciones que hablaban de amenazas que recibimos durante la primavera y el verano de 2001 no eran precisas en cuanto [...] a la naturaleza del ataque�. Palabras que contradicen los periodistas de ABC News. Seg�n estos, responsables de la administraci�n Bush �reconocieron que los dirigentes de los servicios de inteligencia estadounidenses hab�an advertido al presidente Bush varias semanas antes del 11 de septiembre que la red terrorista de Ben Laden pod�a tratar de secuestrar aviones estadounidenses� [9]. El programa Dateline, de la NBC, indica que, el 6 de agosto de 2001, el presidente en persona �recibi� una nota de pagina y media indic�ndole que Osama Ben Laden era capaz de acometer un golpe de gran envergadura contra Estados Unidos y que ello pod�a implicar el secuestro de un avi�n�, informaci�n corroborada por la propia Condoleezza Rice.
La carta abierta de Catherine Austin Fitts a Condoleezza Rice
Carta abierta a Condoleeza Rica �Usted es una mentirosa�
Por Catherine Austin Fitts Ex asistente del secretario de Alojamiento
Condoleezza Rice Consejera para la seguridad nacional Casa Blanca 1600 Avenida Pennsylvania NW Washington, DC 20500
9 de abril de 2004
Estimada Se�orita Rice,
Le escribo para comunicarle cuatro observaciones en cuanto a su testimonio bajo juramento de ayer ante la comisi�n nacional sobre los ataques terroristas contra Estados Unidos.
Observaci�n n�1: Usted es una mentirosa
El secretario de Justicia Ashcroft es miembro del Consejo de Seguridad Nacional. Advertido por sus propias informaciones provenientes de los servicios de seguridad del FBI, el jefe de las fuerzas del orden de Estados Unidos sab�a que deb�a evitar las compa��as a�reas comerciales el 11 de septiembre de 2001.
En eso consist�a el trabajo de usted como consejera para la seguridad nacional, en garantizar que la gente que tomaba el vuelo 11 de American Airlines, el vuelo 175 de United Airlines, el vuelo 93 de 93 de United Airlines y el vuelo 77 de American Airlines recibiera los mismos avisos que aquellos a quienes estaban pagando para que nos protegieran.
Usted lo sab�a. Se qued� callada. Ellos murieron.
Usted hab�a recibido numerosas advertencias sobre los riesgos del 11 de septiembre, suficientes como para ponerlos en conocimiento del pueblo estadounidense y dejarlo que juzgara c�mo protegerse de un posible ataque. Su trabajo como consejera para la seguridad nacional era asegurarse de que la gente que se encontraba en la torre sur del World Trade Center tuviese los elementos necesarios para evacuar �se edificio cuando vieron que un avi�n se hab�a estrellado contra la torre norte.
Observaci�n n�2: Sus m�viles son muy claros
El World Trade Center se encuentra en pleno centro de New York City, una de las m�s grandes capitales financieras del mundo. El Pent�gono est� en pleno centro de Washington, capital del presupuesto, de la asignaci�n del presupuesto y de los cr�ditos federales as� como del tesoro norteamericano -el mayor emisor de bonos de tesorer�a a nivel mundial.
Contrariamente a otros muchos ataques terroristas, aquellos ataques mataron gente cuyas familias, amigos y vecinos comprenden el funcionamiento de esos sistemas financieros. Las familias de las v�ctimas, sus amigos y los residentes de las comunidades directamente afectados son capaces de calcular qui�n se enriqueci� sacando provecho del 11 de septiembre. Pueden seguir la pista del dinero hasta los cofres de la campa�a presidencial de 2004 a partir de los beneficios que recogieron gracias al 11 de septiembre aquellos que militan al servicio de usted.
Pueden estimar el v�nculo entre las ganancias provenientes del 11 de septiembre y el financiamiento as� como del silencio de los grandes medios de difusi�n. Los que fueron directamente afectados, al igual que los investigadores sobre los problemas de fondo con quienes est�n en contacto, tienen la fuerza y el coraje de preguntar ��Cui Bono?� (�Qui�n se beneficia con el crimen?) y de responder a esa pregunta. Comprenden que el �xito de usted como consejera para la seguridad nacional es el resultado directo del fracaso de usted misma en prevenir el 11 de septiembre. Pueden comprobar c�mo sus mentiras en cuanto al 11 de septiembre han reportado dinero al grupo de inversionistas que la puso en el poder as� como a los poseedores de bonos del tesoro de Estados Unidos que tanto cobran por financiar al ej�rcito estadounidense, los servicios de inteligencia, las fuerzas polic�acas, los contratistas de defensa y los intereses petroleros a quienes sirven.
Todos los anuncios publicitarios del mundo no lograr�n ya convencer al pueblo estadounidense de que usted se preocupa verdaderamente por sus intereses.
Observaci�n n�3: Usted caer�
Los m�s ricos y poderosos financian actuaciones. Ellos le pagan a usted para que haga aparecer al aparato gubernamental como algo leg�timo cuando en realidad lo utilizan para acaparar el poder econ�mico y pol�tico, lo cual significa que necesitan mentirosos capaces de mentir mejor que usted.
El mito seg�n el cual usted no ten�a dudas de que los estadounidenses merec�an que se les informara de los riesgos que corr�an en los aviones o de la posibilidad de que aviones fueran utilizados como armas ha sido relegado al mismo mont�n de polvo que el ataque de Estados Unidos contra Irak y la muerte de nuestros soldados en nombre de nuestra protecci�n contra las armas iraqu�es de destrucci�n masiva.
Las mentiras que dijo usted sobre el 11 de septiembre -como las que dijo sobre la guerra de Irak- han sido en provecho del complejo militar y bancario que usted misma representa. Esas mentiras, sin embargo, no han enga�ado a la gente. El pueblo estadounidense y los ciudadanos del mundo buscan la verdad. Pedimos los cambios que dar�n realce y honor a aquellos que murieron el 11 de septiembre y durante las guerras que vinieron despu�s. Pedimos que no se derrame m�s sangre. Pedimos la devoluci�n de todo lo que usted y los que la apoyan han robado a los que todav�a estamos vivos.
Observaci�n n�4: Usted es culpable de negligencia criminal con agravantes
Si desea usted detener a un terrorista, no tiene que mirar m�s all� de su propio espejo. Muchos estadounidenses se re�nen este fin de semana para homenajear al Jes�s que muri� por nuestros pecados y nos mostr� el camino de la gracia. En el esp�ritu de la crucifixi�n de nuestro Se�or, quiera Dios tener piedad de su alma.
Sinceramente suya,
Catherine Austin Fitts Ex asistente del Secretario de Alojamiento, Bush 1ero Presidenta de la sociedad Solari, Inc PO Box 157 Hickory Valley, TN 28042 731 764 2515 catherine@solari.com
Carta enviada a: Webmail de la Casa Blanca: https://sawho14.eop.gov/PERSdata/intro.htm
Copia e-mail a: Presidente George Bush: president@whitehouse.gov; Vicepresidente Richard Richard Cheney: vice.president@whitehouse.gov; La Casa Blanca 1600 Avenida de Pennsylvania NW Washington, DC 20500 Comentarios: 202 456 1111 Tel�fono: 202 456 1414 Comisi�n Nacional sobre los ataques terroristas contra Estados Unidos 301 calle 7ma, SW Habitaci�n 5125 Washington, DC 20407 (202) 331 4060 info@9-11commission.gov
Art�culos de fondo:
�Ashcroft Flying High�, CBS News, Washington DC, 26 de julio de 2001.
�A Historical Whitewash?�, por Kelly Patricia O�Meara, Insight Magazine, 24 de noviembre de 2003.
�If the World Was Talking, Why Didn�t We Listen?�, por Kelly Patricia O�Meara, Insight Magazine, 24 de noviembre de 2003.
�9-11 Profiteering�, por Catherine Austin Fitts, Scoop Media, 22 de marzo de 2004.
�A Letter to the Editor of the Wall Street Journal�, por Catherine Austin Fitts, Scoop Media, 6 de octubre de 2003.
Sitio Internet �Where is the Money?�


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