Internacional
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La mona y la imagen
Angel Guerra Cabrera
La segunda administración de Bush busca restaurar su imagen internacional,
sobre todo en el mundo islámico. Se supone que una operadora política de toda la
confianza del ocupante de la Casa Negra desde que era gobernador, Karen Hughes,
ocupe una subsecretaría de Estado con esa encomienda, aunque lo más cercano a la
noción que pueda tener la señora sobre las culturas árabe y musulmana son los
pozos de petróleo de Texas. Para confirmar esta farsa, la nueva secretaria de
Estado Condoleeza Rice insistió en el recurso a "la diplomacia" en la audiencia
del Senado donde se aprobó su nominación, mientras con un lenguaje residual de
la guerra fría mencionó a Cuba en una lista de "reductos de tiranía" y adjetivó
al presidente venezolano Hugo Chávez como una "fuerza negativa" en América
Latina.
No hay duda que el segundo gobierno de Bush es más reaccionario y belicista que
el anterior. Por su retórica y conducta ha arreciado la guerra contra los pobres
de la tierra, incluyendo los de Estados Unidos, donde ahora arremete contra el
seguro social para convertirlo en un gran negocio para el capital financiero. En
cuanto al equipo sería suficiente con mencionar los dos más altos cargos de su
diplomacia: la cavernícola Condoleeza y John Bolton, nominado como embajador de
Estados Unidos ante la ONU. La nominación de Bolton ha alborotado el gallinero
incluso entre la llamada prensa liberal. Y es que Bolton es la concreción de la
prepotencia y la antidiplomacia. Discípulo del ultraconservador halcón Jess
Helms cuando este era presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Senado, se ha distinguido por sus continuas burlas al multilateralismo y la
cooperación internacional. Del organismo donde ahora representará a la
superpotencia ha dicho: "No existe tal cosa como Naciones Unidas. Existe una
comunidad internacional que ocasionalmente puede ser dirigida por la única
potencia que queda, que es Estados Unidos, cuando convenga a sus intereses y
podamos lograr que otros nos sigan"; o esta otra perla: "Si el edificio de la
ONU perdiera sus últimos diez pisos no tendría la menor consecuencia". Bolton se
ha opuesto a las negociaciones sobre el programa nuclear de Corea del Norte y de
Irán y ha hecho mofa de los europeos por sus pláticas con Teherán. Pero tal vez
lo que mejor lo retrate sea su afirmación de que Cuba posee un arsenal de armas
biológicas del que existen evidencias que "comparte con otros estados canallas".
Declaración que fue desmentida por su entonces jefe Collin Powell y por el jefe
a la sazón del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadunidenses. Convocado a
discutir este particular por el Senado se negó a comparecer, lo que le ha ganado
la fama de mentir descaradamente para avanzar la agenda del gobierno.
No es ocioso recordar algunos de los otros integrantes del equipo bushista.
Alberto Gonzales, el nuevo secretario de Justicia es un caso paradigmático.
Abogado de Enron, se afirma que incurrió en escandalosas prácticas de corrupción
como litigante y como juez de la Corte Suprema de Texas, donde redactó los
documentos en que se basó el entonces gobernador Bush para negar clemencia a
todos los condenados a muerte de ese Estado, incluido el célebre caso del
mexicano Irineo Tristán Montoya. En aquella ocasión Alberto Gonzales argumentó
que Texas no estaba obligado a cumplir con la Convención de Viena de la que
Estados Unidos es signatario. Ya como asesor legal del emperador, Gonzales fue
el autor de dos memorandas, uno en que argüía que el presidente no tenía que
regirse por la Convención de Ginebra en lo relativo al interrogatorio de los
prisioneros y otro en que se autorizaba la tortura en los interrogatorios. Otro
tanto puede decirse de Michael Chertoff, secretario de Seguridad Interior, que
fue el redactor de la llamada Ley Patriótica y ejecutor de la detención ilegal
de cientos de musulmanes a los que no se acusó de ningún cargo y a quienes les
fue negado el derecho al debido proceso. Y está el caso de John Dimitri
Negroponte, el nuevo zar de inteligencia, asesor en Vietnam, promotor de la
contra en Nicaragua y de los escuadrones de la muerte en Honduras cuando era
embajador en ese país. O de Roger Noriega, veterano del Irán-contras, instigador
del fallido golpe y la subversión posterior contra Hugo Chávez, ratificado como
encargado de las relaciones con América Latina.
No hay campaña publicitaria que pueda ocultarlo. La mona, aunque se vista de
seda...
aguerra12@prodigy.net.mx