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Aviones y espías de la CIA encargados de secuestrar a presuntos terroristas y entregarlos a países donde se practica la tortura, sin ningún control judicial, utilizaron el aeropuerto balear al menos 7 veces en un año
Prisiones volantes estadounidenses utilizan Mallorca como escala en sus viajes
Diario de Mallorca
Los dos aviones utilizados por la CIA para secuestrar a presuntos terroristas
y entregarlos a países donde se practica la tortura, volaron siete veces a Son
Sant Joan en el plazo de un año. Este diario ha reconstruido las estancias en
Mallorca de los espías norteamericanos que, a partir del 11-S, transportan a
sospechosos de pertenecer a Al Qaeda sin ningún control judicial. El Boeing-737
acondicionado para uso privado -un BBJ, o Boeing Biz Jet-, registrado como N313P
y N4476S, así como el Gulfstream V de matrícula N8068V, permanecieron en Palma
durante 16 noches, en el plazo que va desde enero de 2004 al mismo mes de este
año. Ambos aparatos son propiedad de la agencia norteamericana de espionaje a
través de empresas ficticias, según las investigaciones aparecidas en los
principales medios informativos del planeta. Al menos uno de los vuelos, lanzó
desde Palma el secuestro de un ciudadano alemán de origen libanés, Khaled
el-Masri, tal como adelantó este periódico e investiga la fiscalía germana.
El examen de los siete vuelos realizados a Son Sant Joan por el Gulfstream V y
el Boeing, fabricado en 2001 y adquirido por la CIA tres meses después del 11-S,
demuestra que ninguno de ellos se circunscribe a una escala técnica de horas. En
todas las ocasiones, los espías que tripulaban los aparatos -y los detenidos que
pudieran transportar, extremo sobre el que de momento no se dispone de ningún
dato- pernoctaron en Mallorca al menos una vez. La estancia más corta fue de un
día entero, y sirvió al primero de los aparatos como lanzadera para partir hacia
el secuestro de el-Masri en Macedonia. El único aeropuerto español donde
aterrizó fue el palmesano. Una vez entregado el alemán, hoy libre sin cargos, en
Kabul para su presunta tortura, los agentes estadounidenses regresaron a la
isla. Esta vez pasaron en ella tres días, antes de emprender viaje hacia el
aeropuerto de Dulles en Washington, cercano al Pentágono y a la sede de la
agencia en Langley.
Todos los vuelos del Boeing y el Gulfstream a Palma tenían carácter
internacional y privado. Los dos aviones eran aparcados en la zona de aviación
general del aeropuerto, aunque este diario documentó una ocasión -al regreso del
secuestro de el-Masri- en que el primero de los aparatos ocupó plaza en la zona
comercial donde se sitúan los interislas de Air Nostrum.
En ningún caso, las estancias en Palma de los aviones de la CIA enlazaban dos
ciudades occidentales. El examen detallado de las siete estancias demuestra que
la procedencia o el destino del B-737 y el Gulfstream estacionados en Son sant
Joan, eran siempre países donde se practica la tortura. En concreto, los enlaces
acreditados corresponden a Guantánamo, Libia, Irak, Afganistán, Argelia,
Macedonia y Rumanía. Los informes de Amnistía Internacional y de la ONU
consultados, acusan a todos los países citados -así como al establecimiento
penitenciario de la base estadounidense en la isla de Cuba- de abusos
sistemáticos y de carácter extremo con los prisioneros.
Las siete estancias en Palma, de las prisiones volantes de la CIA, corresponden
a los meses de enero, marzo, abril y septiembre del año pasado. El último viaje
fue efectuado por el B-737, y se produjo el siete de enero de este año. Para
entonces, su verdadera función ya había sido desenmascarada, lo cual obligó a
cambiarle la matrícula.