Internacional
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Agencia de la ONU acusada de introducir en América Central alimentos transgénicos no autorizados
José Eduardo Mora
IPS
En conferencias de prensa simultáneas en cinco países centroamericanos, unas 70
agrupaciones no gubernamentales aseguraron el 16 de febrero que análisis de
laboratorio de alimentos entregados en el marco de la asistencia de PMA a la
región, en su mayoría procedentes de Estados Unidos, mostraron la presencia de
productos genéticamente modificados en más de 80 por ciento de los casos.
El laboratorio estadounidense Genetic ID investigó la presencia o no de
transgénicos en más de 45 muestras de maíz y soja distribuidos por el PMA o
importado de modo directo en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua y también en República Dominicana, explicaron los activistas, que
pidieron el retiro inmediato de esos productos.
Añadieron que el análisis científico determinó, además, que en Guatemala se ha
entregado por parte del PMA el maíz transgénico denominado StarLink, que fue
prohibido en 2000 para consumo en Estados Unidos debido al potencial alergénico
de la proteína que contiene.
La salud de mujeres y niños, que son los principales beneficiarios de la ayuda
alimentaria de la agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en el
área, es una de las preocupaciones mayores de organizaciones como Amigos de la
Tierra, responsables de la denuncia junto a otros ambientalistas, grupos de
derechos humanos y de otras áreas sociales.
Las muestras se recogieron entre junio y noviembre y fue de carácter cualitativo
casi en su totalidad, salvo en el caso de la partida de Guatemala, sobre la cual
se hicieron análisis cuantitativos.
El estudio de los alimentos llevados de Guatemala encontró maíz StarLink en una
proporción menor a 0,1, aunque esa pequeña medida "no importa, pues cualquier
porcentaje lo hace ilegal", dijo a IPS una fuente de Amigos de la Tierra
Internacional. También apuntó que 70 por ciento de esta partida era transgénica.
Empero, Alejandro López, de la oficina regional de PMA para América Latina,
rechazó de plano, al ser consultado por IPS, la entrega de alimentos que
amenacen la salud de los beneficiarios. Explicó que todos los productos del
programa cumplen con las certificaciones de origen y con los controles
fitosanitarios de los países donantes.
Según López, los alimentos se encuentran avalados por la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y tienen las
certificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aseguró que, una vez que les llegue la denuncia, procederán a estudiarla, porque
sería preocupante que una situación como la presentada por las organizaciones
civiles esté sucediendo.
Respecto de la eventual distribución de transgénicos, López explicó que el PMA
se responsabiliza de que los alimentos estén en buen estado y no afecten la
salud de los beneficiarios, por lo que no existen controles de tipo genético.
"Lo de los alimentos transgénicos es una antigua polémica en la que nosotros en
el PMA no vamos a entrar", puntualizó.
Mario Godínez, de Amigos de la Tierra de Guatemala, calificó de "inadmisible" el
proceder del PMA y sostuvo que ello revela que el uso de los productos
genéticamente modificados, para hacerlos más resistentes a las plagas, se
realiza sin ningún control.
Los denunciantes catalogaron de "muy grave la situación" y pidieron a los PMA de
América Central que retiren los alimentos genéticamente modificados, entre otras
razones porque "se desconocen los efectos que puedan tener en la salud de
quienes los consumen".
Wagner Ochoa, de Amigos de la Tierra, detalló a IPS que varias de las personas
beneficiadas con la ayuda alimentaria han mostrado su descontento con el maíz en
el que se encontró el gen del Starlink, porque "tiene un feo sabor",
"Muchos de los consultados nos han dicho que, cuando tienen maíz producido por
ellos para su consumo, les dan a los pollos y a los cerdos el que les entrega el
PMA, porque viene en mal estado", agregó.
El programa de esta agencia de la ONU atiende a poblaciones pobres y hambrientas
de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Ochoa informó que la delegación del PMA en Guatemala importó el año pasado
22.000 toneladas de maíz, a un costo de 72 millones de dólares.
"Hay regiones en nuestro país en las que hay exceso de producción de maíz y de
otros granos, por lo que bien podría comprarse acá con la seguridad de que no
viene contaminado con ningún contenido transgénico", comentó el activista.
Por su lado, Jaime Vallaure, director del PMA en El Salvador, recalcó en que la
FAO "es el organismo mundial más competente" para determinar qué alimento es
apto o no para consumo humano.
Por eso, las certificaciones de origen son una garantía que les permite asegurar
con "certeza" de que el maíz StarLink no se emplea en la región, afirmó. "No hay
ninguna duda de que no distribuimos el StarLink".
Vallaure retó a las organizaciones de la sociedad civil en cuestión a que le
muestren "un solo caso en el que hubiese algún beneficiario afectado por el uso
de transgénicos en los alimentos del PMA".
Añadió que "en 2004 el PMA entregó en todo el mundo alimentos para 105 millones
de personas y no ha habido un solo reporte de personas afectadas".
Sin embargo, las organizaciones ambientalistas, sindicatos y agricultores
insistieron el 16 de febrero en que la ayuda alimentaria del PMA se ha
constituido en la principal vía para introducir transgénicos en la región, sin
que se tenga claro cuáles son las consecuencias de ello.
Fabián Pacheco, de la Asociación de Ecología Social de Costa Rica, expresó a IPS
que existe un "gran desconocimiento" sobre los efectos que pueden producir los
transgénicos en la salud.
Para Pacheco, en el tema de los transgénicos se da una lucha entre el bienestar
público y el privado, en el que fuertes corporaciones multinacionales son
siempre las que salen beneficiadas.
Los activistas también destacaron que en países como República Dominicana y
Costa Rica, que no son asistidos por el PMA, pero que sí importan alimentos de
Estados Unidos, se reportó presencia de transgénicos.
En este sentido, Pacheco manifestó que en el caso costarricense es "urgente una
moratoria" para que se revise todo el tema.