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Europa

Marx popular

Rolando Perez Betancourt

Granma

Presa del desconcierto, la revista inglesa The Economist se pregunta en su último número cómo es posible que Karl Marx sea seleccionado el filósofo favorito de la historia, por delante de figuras como Emmanuel Kant, autor de la famosa Crítica de la Razón Pura, o del escocés David Hume, una de las figuras cumbres del empirismo británico.
¿Marx a esta altura? ¡Imposible! Y la revista moviliza opiniones para evitar que el autor de El Capital termine por ceñirse la corona, en una encuesta que viene realizando la BBC de Londres con sus oyentes y que hasta el momento lo mantiene a la cabeza.
Cierto es que tras la caída del famoso Muro no pocos timoratos se precipitaron a descolgar de sus percheros públicos la imagen de Marx, a la manera del que necesita un blanco culposo contra el cual descargar incompetencias. Pero unos cuantos años después de aquel frenesí de renuncias, el mundo no solo ha seguido siendo injusto, sino más injusto.
¿Marx a esta altura? ¡Si está pasado de moda!, continúa The Economist con su tesis de barricada y llama a emitir el voto por otros componentes de su capilla de favoritos.
Los participantes del sondeo efectuado por la BBC han venido votando por una lista de veinte nombres seleccionados en el programa In Our Time.
Algunas mentes brillantes —que nunca faltan— se precipitaron a ofrecer un veredicto en torno a la popularidad de Marx: "Es un nombre que se viene repitiendo desde hace años, señores, muy pegajoso nombre".
Pero el historiador Eric Hobsbawm, consultado al respecto, es más serio en su aproximación a una verdad. Para él, la renovada popularidad de Marx se debe a que, tras la caída del ya citado Muro, el autor de El Manifiesto Comunista se vio liberado de las deformaciones que había sufrido su pensamiento en los países del antes llamado socialismo real.
Y Hobsbawm clava una verdad tan grande como la obra del mencionado: "Marx predijo de modo certero el fenómeno de la globalización, y sus efectos lo sienten cada vez más, tanto los países ricos como los países pobres".
¿Cómo es posible que dos filósofos como John Locke o Adam Smith (favoritos de la revista) no figuren en la lista de veinte seleccionados?, se sigue lamentando The Economist. Y aunque John Stuart Mill, profeta del utilitarismo y precursor del liberalismo moderno sí tiene un lugar en el elenco, la revista le concede pocas posibilidades de alzarse con la victoria.
Pero perder ante Karl Marx, ¡jamás! De ahí que The Economist invite a sus lectores a detener "el ascenso del marxismo" y para ello nada mejor que votar por el tercer hombre de la lista, el filósofo David Hume (1711-1776), autor del Tratado sobre la naturaleza humana, y propugnador de un escepticismo moderado frente a toda suerte de dogmatismos.
Además —y lo recalca el artículo del semanario económico—, Hume influyó grandemente en la obra de su amigo Adam Smith (1723-1790) y ya se sabe que el defensor del concepto de la libre ejecución de "la mano invisible" en las relaciones del capital, es uno de los oriflamas del neoliberalismo.
Buen barullo para una encuesta.
Y gracioso el título de The Economist —"Un fantasma recorre la BBC"— para tratar de ponerle freno al asunto.