Argentina: La lucha continúa
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Buscan los restos de Mario Roberto Santucho en Boulogne
Exhumaron seis cuerpos en Boulogne. Serán identificados por antropólogos
forenses.
María Seoane.
mseoane@clarin.com
El 19 de julio de 1976 por la tarde, en un departamento de Villa Martelli, el
jefe guerrillero del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Mario Roberto
Santucho, preparaba sus cosas para viajar a Cuba esa noche. Hacía un tiempo la
inteligencia militar de la dictadura de Videla lo buscaba. Esa tarde, una de sus
patrullas al mando del capitán Juan Carlos Leonetti llegó hasta ese departamento
donde vivían Domingo Menna y su esposa, embarazada de seis meses, Ana
Lanzillotto; también se escondía transitoriamente Santucho y su mujer Liliana
Delfino, y lo visitaba el número dos del ERP, Benito Urteaga junto con pequeño
hijo. Es probable que Leonetti, dado el escaso contingente con el que llegó, no
supiera que allí estaba el hombre más buscado de la Argentina. Pocos segundos
bastaron para que un tiroteo infernal lo cubriera todo. Los guerrilleros
resistieron.
Los militares entraron al departamento cuando Leonetti y Santucho agonizaban.
Poco se sabe de lo que ocurrió luego. Por los testimonios obtenidos luego, se
supo que el niño Urteaga fue entregado a sus familiares; que los cuerpos fueron
llevados a Campo de Mayo donde reinaban los generales Guillermo Súarez Mason y
Santiago Omar Riveros; que allí el cadáver de Santucho fue expuesto como un
trofeo de guerra y vejado y que, luego, un pesado silencio cubrió el destino de
los restos de los guerrilleros y las mujeres, aún desaparecidos.
Se sabe que las pertenencias de Santucho, su ropa, su diploma de contador
público y otros objetos fueron expuestos durante los años dictatoriales en el
llamado Museo de la Subversión en Campo de Mayo. Esa pertenencias fueron
entregadas muchos años después a los familiares del jefe guerrillero. Santucho
había nacido en Santiago del Estero en 1936, era el séptimo hijo varón de un
abogado de la Concordancia y por eso, ahijado del presidente y general de la
Década Infame, Agustín P. Justo. Santucho había estudiado en Tucumán y había
fundado el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en 1968 y el ERP en
1970. Era partidario de la Revolución Cubana; marxista y guevarista. La
violencia como acción política fue un camino sin retorno para parte de su
generación, criada en el clima político de la proscripción, los golpes
militares.
El mismo 19 de julio de 1976, contrariando la costumbre de entonces, el ejército
dio un comunicado donde asumía haber matado a Santucho. En verdad, la necesidad
de la dictadura de demostrar su éxito hizo que publicitara la muerte que
consideraba su principal enemigo. Pero esta admisión, hizo que hacia 1987 que la
familia de Santucho reclamara su cuerpo y el de su esposa; lo mismo ocurrió con
los cuerpos de Menna y su esposa y de Urteaga. Se realizaron desde entonces,
según confirmó Manuel Gaggero, abogado de las familias Santucho y Urtega,
distintos procedimientos sin resultado, incluso en Campo de Mayo, donde se
suponía que habían sido enterrados, luego de mutilados y quemados los cuerpos.
Por haberse comprobado que seis cuerpos NN estaban enterrados desde el 21 de
julio de 1976 en el cementerio de Bulogne, el juez Marinelli del juzgado
Contencioso Administrativo número uno de la Capital Federal ordenó su exhumación
mediante un exhorto a la justicia de San Martín. La jueza Rita Garese realizó
diligencia y los restos encontrados —seis cráneos y partes de los esqueletos—
estaban desde ayer en la Morgue porteña para ser analizados. Luego, el equipo de
antrpólogos forenses dará su veredicto con el estudio de ADN. Gaggero supone que
si esos no son los restos de Santucho y Urteaga, bien pueden ser de varios de
sus compañeros.