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Argentina: La lucha continúa

Hallaron los restos de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo
Confirmación del equipo argentino de antropología forense

 

Clarín

Azucena Villaflor y otras dos madres estaban desaparecidas desde 1977. Habían sido secuestradas por Astiz. Sus cuerpos fueron encontrados enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle.

Los cuerpos de tres mujeres desaparecidas durante la dictadura militar fueron hallados en la provincia de Buenos Aires. Uno es el de Azucena Villaflor de Devicenti, primera presidente de Madres de Plaza de Mayo, secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) por un grupo de tareas integrado por Alfredo Astiz.

Los otros cadáveres corresponden a Esther Ballestrino de Careaga y a María Eugenia Ponce de Bianco, cofundadora de Madres. Con Villaflor, las tres fueron señaladas por Astiz en la iglesia de la Santa Cruz, en San Cristóbal, hace 28 años.

El anuncio del hallazgo de los cuerpos se realizará hoy a las 13 en la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. Estarán los familiares de las mujeres desaparecidas y miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabajó en la investigación.
DESAPARECIDA. AZUZENA VILLAFLOR EN UNA FOTO FAMILIAR,
JUNTO A SU HIJO (Foto: Archivo Clarín)

Los tres cuerpos estaban enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. Antes, habían sido encontrados en la localidad de Santa Teresita.

Los secuestros de Azucena Villaflor, Esther Careaga y María Eugenia Ponce se produjeron en diciembre de 1977. El 8, al anochecer, Astiz dio la señal para que se lanzara el operativo sobre una reunión en la iglesia. Secuestraron a ocho personas. Entre ellas, Careaga —de nacionalidad paraguaya— y Ponce; también a las monjas francesas Alice Domon y Reneé Leonnie Duquet.

A los dos días, un comando clandestino de la Armada capturaba a Villaflor en la esquina de su casa, en Sarandí, en una operativo con dos Ford Falcon. La calle donde sucedió todo (Crámer) hoy lleva su nombre. Villaflor tenía 53 años, cuatro hijos —uno de ellos Néstor, detenido por militar en la Juventud Peronista— y dos nietas muy pequeñas.

Las tres mujeres fueron ingresadas a la ESMA. Específicamente, las tuvieron en un altillo llamado "Capuchita", donde eran depositados los secuestrados que mantenían en mayor secreto. Continúan desaparecidas.

Con el correr del tiempo, las monjas, Villaflor y sus compañeras se convirtieron en un emblema. Entre otras razones, por el modo en que fueron secuestradas y por la participación en el episodio de Astiz.

La iglesia de la Santa Cruz, base de los padres pasionistas, se había convertido en el centro de reunión de personas cuyos familiares habían sido secuestrados por la dictadura militar. Astiz se infiltró entre ellos con un seudónimo: "Gustavo Niño". Participó de varios encuentros con la excusa de que tenía un hermano desaparecido, y hasta se ganó la confianza de alguna de las madres.

Una mañana, temprano, varios agentes de la Marina fueron distribuidos en distintos puntos de la Iglesia mientras se realizaba la misa de Primera Comunión. La orden: detener a quienes habían sido señalados previamente por Astiz. Así se hizo.

Víctimas de ese grupo de tareas, también desaparecieron Angela Aguad, José Julio Fondevilla, Eduardo Gabriel Horane, Patricia Cristina Oviedo, Raquel Bulit y Remo Carlos Berardo.

El Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabajó en la investigación, fue creado en 1984 y participó en el hallazgo de numerosos cuerpos de desaparecidos. Sus miembros también trabajan como peritos y consulto res de la Justicia en otros casos y en distintos países.