Argentina: La lucha continúa

  Agencia ACTA-CTA
 
"¿Cómo explica Señor Presidente que con su aprobación, se le ampute al Estado Nacional el último y único muelle que le queda?", así comienza la carta dirgida a Néstor Kirchner que la Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos (APDFA-CTA) y la Junta Interna de ATE de la Administración General de Puertos (AGP) le envió la semana pasada. Este decreto presidencial determinó que los trabajadores realizarán hoy un acto frente a la AGP en Ingeniero Huergo y Belgrano para oponerse a la privatización de la Terminal 6.
 
La misiva de los obreros del sector trasunta perplejidad. No entienden. Le piden definiciones al Primer Mandatario: "¿Cómo explica que firme la privatización de la Dársena E? o ¿cómo va a explicar que sus funcionarios en el área del Ministerio de Infraestructura, la Secretaría de Transporte y la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables no hayan querido escucharnos y nada hayan manifestado acerca del proyecto alternativo presentado por las organizaciones sindicales de la AGP?".
 
Se preguntan también cómo se puede entregar "nuestro último muelle, comprometiendo así el desarrollo de una Marina Mercante de bandera argentina y completando de esta manera el proceso de extranjerización del Puerto de Buenos Aires comenzado por la Dictadura Militar en 1976, continuado por los siguientes gobiernos, acelerado por el menemismo y hoy rematado por el suyo".
 
También le cuestionan al presidente Krichner que "rescate mediante el decreto 805 el espíritu de la Ley 24.093 (Ley de Puertos), que habilitó y legalizó la existencia de los puertos privados en desmedro y destrucción del Sistema Portuario Nacional, y es el mismo espíritu que dejó en la calle a 20.000 trabajadores en el Puerto de Buenos Aires, incluidos los de la AGP". Por estas razones es que le plantearon suspender "el llamado licitatorio y escuchar a los trabajadores".
 
"Quieren la enajenación total de la actividad portuaria"
 
Complementando esta denuncia de privatización, Carlos Loza, delegado de la Junta Interna de ATE de la Administración General de Puertos, aseguró -en declaraciones radiales al programa "Reincidentes"- que muchos quieren "privatizar esta actividad a pesar de que los trabajadores promovimos en el Congreso de la Nación un proyecto para el sector, aprobado por todas las bancadas, de desarrollo de la marina mercante y redefensa de la industria naval porque hoy, en el caso de que algún día tengamos barcos de bandera argentina, no vamos a tener donde amarren porque todos los muelles son extranjeros y vamos a tener que pedirles permiso para operar".
 
Carlos, ¿cómo está la situación hoy en la Terminal 6?
 
El Sistema Portuario Nacional estaba integrado hasta 1993. Cuando en 1993 se hace la Ley de Puertos cada puerto pasa a las provincias y empiezan a ser manejados por sectores privados. El Puerto de Buenos Aires continuó siendo nacional y se privatizó en seis terminales, de las cuales la 1 y la 2 ya nacieron fusionadas y hace unos años se fusionó con las 3. Es decir, que ya son de un sólo operador. La 6 tuvo un fracaso y quebró. A partir de allí, los trabajadores estibadores de ese sector fueron padeciendo durante muchos años la injusticia de no tener trabajo. Con la llegada de Kirchner nos ilusionamos creyendo que se iban a solucionar los problemas, que el Estado iba a jugar un papel en el sistema portuario ya que la Terminal 6 es la última que le queda al Estado nacional. Pero, lamentablemente el lunes 11 de julio en la Casa de Gobierno el Presidente de la Nación firmó el decreto llamando a licitación de la terminal. Hicimos asambleas, movilizaciones y una hora de paro por día. Y mañana (por hoy) haremos una asamblea en la calle y una conferencia de prensa.
 
Más allá de la oposición a la privatización ¿han logrado formular alguna propuesta alternativa?
 
Hicimos una propuesta de terminal de logística que serviría para vincularnos con los pequeños productores, cooperativas, empresas recuperadas, a las que el Estado, la Administración General de Puertos, podría ofrecerle un servicio y sería muy rentable para ellos ya que le permitiría acceder al mercado internacional. Especialmente con Venezuela, Cuba, Brasil, México. El hecho de que nuestro país hoy no tenga un sólo barco le hace perder 3.500 millones dólares. Esta propuesta le fue formulada al ministro de Infraestructura Julio De Vido, a principio de 2004 y quedó en que iba a contestarnos y aún estamos esperando y al secretario de Transporte, Ricardo Jaime, que es quién apadrina la privatización de la Terminal 6 manejándolo con Tomás Sandoval, un operador de la empresa Román, propietaria del Puerto de Dock Sud.
 
¿Quién es Sandoval?
 
Sandoval es un operador de la empresa Román, se dice ex trabajador de la terminal 6 y frecuenta a los asesores de De Vido. Además, ha atacado a un compañero, abogado de la empresa en la Plaza de Mayo, por lo cual hay una causa abierta, y luego con la complicidad de una asesora de la intervención de puertos, la doctora María Silvia Quintero, se han sucedido una serie de hechos intimidatorios contra el personal: amenazas de muerte, de secuestro, intimidaciones, agresiones. Todo empezó a ocurrir desde el momento en que salimos a confrontar con esta privatización.
 
¿Qué rol cumple la empresa Román?
 
Román es la propietaria del Puerto de Dock Sud junto a una empresa norteamericana. Román es un viejo operador portuario, asociado al genocida Eduardo Massera que ha crecido con él, es muy prospero en Dock Sud y pretende acceder a la Terminal 6. Para eso, en 1998, ha presentado junto a Sandoval un proyecto para la entrega directa de la Terminal a Román mediante otra compañía que es manejada por el hijo de Román, que es del mismo grupo económico. Este proyecto estuvo dormido hasta que asumió como presidente Eduardo Duhalde y hoy se lo tiene como antecedente de la privatización.
 
¿Por la Terminal 6 pasaron algunos de los grandes escándalos de contrabando en los 90?
 
Sí. El contrabando de armas a Croacia pasó por allí.
 
¿Dónde están los terrenos de la Terminal 6?
 
Está en Puerto Nuevo antes de llegar a Aeroparque, cerca de la arenera, detrás de la Villa 31, contra el río. En el caso del puerto, las empresas ni siquiera fueron privatizadas, fueron desaparecidas. La flota fluvial, que era la empresa de navegación en los ríos fueron desaparecidas. Parece que es un pecado tener barcos, pero por no tenerlos la Argentina pierde 3.500 millones de dólares anuales que se van por fletes.