Argentina: La lucha continúa
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El proyecto del PJ para "Desfederalizar" las causas de narcotráfico
El zorro (la justicia bonaerense) va a cuidar el gallinero (el mercado "menor" del narcotráfico en la provincia)
Prensa de frente
Ya no basta con las redes de distribución, protección mafiosa y venta compulsiva organizadas por punteros políticos y los muchachos de la Bonaerense. Ahora, el diseño perverso que rodea al narcotráfico en la provincia de Buenos Aires, y que mata o inutiliza rápidamente a muchos de los chicos excluidos de las villas o las barriadas pobres del Conurbano, pretende perfeccionarse institucionalizando la trilogía de la que ya depende buena parte de los delitos mejor organizados en la provincia de Buenos Aires. A las patas punteril y policial se le va a añadir muy pronto la judicial, y el círculo cierra bien redondito.
Sólo las peleas internas en el PJ y las chicanas parlamentarias del radicalismo impidieron, hasta esta semana, que se convierta en ley la denominada "desfederalización" de la competencia judicial en los casos menores de narcotráfico.
En concreto, esto significa que, hasta un determinado volumen de mercadería involucrado en cada hecho de comercialización de drogas que llega a sede judicial, la competencia ya no será, como hasta ahora, de la Justicia Federal, sino de los tribunales ordinarios de los sistemas judiciales provinciales.
No por casualidad, este proyecto de ley, que ya tiene media sanción del Senado, fue elaborado e impulsado por la dirigencia del PJ de la provincia de Buenos Aires. Por supuesto que con el argumento de que, así, el estado provincial tendrá herramientas más expeditivas para combatir el narcotráfico en su territorio.
La realidad es que:
Primero: cerca del 80 por ciento de los casos de narcotráfico que generan causas en la Justicia son, precisamente, los considerados "menores", por lo tanto los que pasarían a manos de la Justicia provincial.
Segundo: es un antiguo secreto a voces que los jueces de la provincia de Buenos Aires surgen del dedo de los jefes políticos del PJ, elegidos entre gente de "confianza", a veces en negociaciones con el otro aparato político históricamente fuerte de la provincia, el radicalismo. Generalmente, tal como sucede con los comisarios de la Bonaerense, los jueces responden a los caciques del PJ de la zona en la que esos jueces tienen competencia.
Tercero: es otro antiguo secreto a voces que el manejo y distribución de droga, especialmente en las zonas más pobladas de la provincia, como el Conurbano, es un negocio de los punteros políticos y los efectivos de la Bonaerense.
Es cierto que la Justicia Federal y el brazo ejecutor de sus decisiones, la Policía Federal, nunca ofrecieron precisamente transparencia y consecuencia en la lucha contra las formas más rentables del delito organizado. Pero también lo es que la denominada "desfederalización" planteada por el proyecto que muy posiblemente sea ley esta misma semana huele ni más ni menos que al perfeccionamiento del sistema de protección del negocio del narcotráfico en el territorio bonaerense.
Prensa De Frente denunció no hace mucho los estragos del negocio de la droga con protección punteril y policial en el Conurbano, y su variante más terrible y novedosa, la del "paco". No serán los jueces más directamente amigos de los punteros y los comisarios de la Bonaerense los que van a combatir ese negocio. Más bien, todo parece armado como para que lo garanticen y, en todo caso, aseguren por un lado impunidad y por el otro sanciones a algún audaz competidor "independiente".