Nuestro Planeta
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La deforestación en América Latina
COMO VES
A finales de marzo del año en curso, el PNUMA (Programa de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente) publicó un informe detallado sobre el estado
actual de los recursos naturales en esta región del planeta.
El informe es resultado de una investigación que por más de dos años llevó a
cabo el PNUMA en colaboración con más de 100 expertos y representantes de
organizaciones regionales o no gubernamentales, así como con los gobiernos de
todo el continente. Sus conclusiones son más aterradoras de lo que se podría
suponer. Entre otros datos, se asegura que en 13 años se han destruido en
América Latina zonas boscosas equivalentes a todo el territorio que ocupa
Centroamérica, es decir, 50 millones de hectáreas. En esta lista negra, Brasil
ocupa el primer lugar, con 23 millones de hectáreas dañadas, pero México no se
queda muy atrás, con un poco honroso segundo lugar, con 6.3 millones de
hectáreas de bosques talados y más de 400 mil hectáreas de suelo cultivable
degradado por sales. Un optimista podría suponer que si bien no restauramos a la
misma velocidad con la que destruimos nuestros recursos, cuando menos sí estamos
trabajando a marchas forzadas para reparar mínimamente el daño, pero no es así.
Los países que registraron crecimiento de zonas boscosas fueron Uruguay, Cuba y
el Archipiélago Guadalupe, todas inferiores al 1% de su espacio arbolado. En el
otro extremo están Haití, El Salvador y la Isla Santa Lucía, los cuales
perdieron entre el 46 y el 49% de sus bosques durante ese periodo.
El informe de 280 páginas sugiere modificar ciertas prácticas para frenar el
deterioro ambiental tan acelerado a mediano plazo; entre otras modificaciones
considera urgente detener el consumo de fertilizantes basados en nitrógeno,
fosfato y potasio, cuyo consumo en esta región se incrementó en cerca de 400%.
El documento también subraya que en 2003 el número de personas que en América
Latina y el Caribe vivían en la pobreza era de 225 millones, casi 44% de la
población total, y que es la región con la mayor inequidad de ingreso en el
mundo; destaca asimismo que la pobreza, la desigualdad social y el deterioro
ambiental seguirán siendo los obstáculos principales del camino al desarrollo
sostenible en la región.
Si el número de hectáreas destruidas y la cantidad de personas que viven en
extrema pobreza son en sí mismos datos terribles, lo son más todavía cuando
pensamos en las águilas, pericos, jaguares, mariposas, escarabajos, nutrias,
pinos, cactos, orquídeas y los demás cientos de miles de plantas y animales que
desaparecieron de nuestro cada vez más árido planeta.