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Medio Oriente - Asia - Africa

6 de marzo del 2004

Humanidad relativa: el obstáculo fundamental para la solución de un solo estado en la Palestina histórica (2/2)

Omar Barghouti
The Electronic Intifada
Traducido para Rebelión por Laura Abad


"La conquista puede entrañar el bien o el mal para la humanidad, dependiendo de la respectiva
valía del pueblo conquistador y el pueblo conquistado."
Theodore Roosevelt

4. Limpieza étnica: la solución final de Israel a la "amenaza demográfica" palestina

Los políticos, intelectuales y medios de comunicación israelíes a menudo debaten apasionadamente sobre cómo afrontar mejor la "guerra" demográfica con los palestinos. Pocos israelíes disienten de la creencia de que dicha guerra existe o debería existir. La petición popular de subordinar la democracia a la demografía33 ha conllevado la adopción de mecanismos de control de la población que nos son familiares para vigilar el número de palestinos.

Crudo ejemplo de este tipo de mecanismos, el Consejo para la Demografía israelí volvió a reunirse el año pasado para fomentar la natalidad entre las mujeres israelíes -sólo la de éstas; teniendo en cuenta las actividades pasadas de dicho consejo, este proyecto también intentará detener el aborto, como se indica en Ha´aretz. Esta prestigiosa organización, compuesta por los mejores ginecólogos, personalidades públicas, abogados, científicos y físicos israelíes, se centra principalmente en cómo aumentar la proporción de judíos con respecto a palestinos, utilizando métodos para incrementar tasa de fertilidad judía y prevenir el aborto34.

Según The Guardian35, Sharon, más preocupado por el inminente crecimiento de la mayoría árabe entre el Jordán y el Mediterráneo que por la tantas veces invocada y santificada "pureza judía", ha hecho un llamamiento a los líderes religiosos para atenuar el progreso de la inmigración y absorción de los que no son árabes, incluso de los que no son judíos, con el fin de otorgar a Israel una especie de "parachoques ante la creciente población árabe". El gobierno de Israel piensa que, "mientras que a la primera generación de cada ola migratoria le resulta más difícil asumir Israel y abrazar el judaísmo, sus hijos e hijos se convierten con frecuencia en entusiastas sionistas. En el panorama actual, también suelen ser muy de derechas".

El ministro de extrema derecha israelí, Effi Eitam, ofrece una alternativa: "Si no les das el derecho a votar a los árabes, el problema demográfico se resuelve por sí solo"36.

Pero, con mucha diferencia, el mecanismo favorito de todos los tiempos ha sido la limpieza étnica. Practicada sin interrupción y siempre popular aunque continuamente negada por los sionistas, la limpieza étnica ha sido desenterrada de los bajos fondos del Sionismo para ser coronada y ocupar su trono.

El famoso historiador Benny Morris ha declarado recientemente que si se hubiese vaciado Palestina de sus habitantes indígenas árabes en 1948, esto podría haber conducido a la paz en Oriente Medio37.

Como respuesta, el profesor de la Universidad Hebrea, Baruch Kimmerling, escribió:

Permítanme ampliar la lógica de Benny Morris... si el programa nazi para la solución final del problema judío se hubiese completado, seguro que actualmente habría paz en Palestina38.

Entonces, uno puede preguntarse ¿por qué Israel no actúa según sus deseos ahora? El profesor Ilan Pappe, de la Universidad de Haifa, tiene una respuesta convincente.

"Las limitaciones del comportamiento israelí no son de carácter moral o ético, sino técnico. ¿Hasta dónde se puede llegar sin convertir a Israel en un estado paria, sin provocar las sanciones europeas o hacerles la vida demasiado difícil a los americanos?"39

Martín Van Creveld, el historiador militar israelí más importante ofrece un punto de vista completamente opuesto. Partidario de la limpieza étnica, muestra su indiferencia con respecto a la opinión mundial y emite la siguiente tremenda advertencia:

Nosotros poseemos varios cientos de cabezas atómicas y misiles que podemos lanzar a objetivos en cualquier dirección, quizás incluso hacia Roma. La mayoría de las capitales europeas son objetivos de nuestras fuerzas aéreas... Permítanme citar al general Moshe Dayan: "Israel debe ser como un perro rabioso, demasiado peligroso como para ser molestado" Nuestras fuerzas armadas no ocupan el número 30 entre las más poderosas del mundo, sino el segundo o el tercero. Tenemos capacidad para reducir al resto del mundo. Y puedo asegurarles que eso ocurrirá antes de que Israel sea reducido.40

Esto debería explicar a la perfección por qué los Europeos han declarado recientemente que Israel ocupa el primer puesto entre los países considerados una amenaza a la paz mundial.41

Otra explicación, que coincide con la de Pappe, es la de que actualmente Israel disfruta de lo mejor de los dos mundos: está llevando a cabo -sobre el terreno- un engranaje de políticas elaboradas que progresivamente hacen la vida de los palestinos cada vez más insufrible y, por lo tanto, está creando un clima que conduce a una limpieza étnica gradual, mientras que no provoca escenas dramáticas -como las de Kosovo- que alarmarían al mundo y darían lugar a sanciones y condenas.42

5. Israel: contradicciones insostenibles

Dejando a un lado, por un momento, su naturaleza colonial, un estado que insiste en la pureza ética y la supresión institucionalizada de los derechos de las minorías... ¿Puede ser considerado como una democracia, sin privar a este concepto de su esencia? Incluso los amigos más leales de Israel han empezado a perder la fe en su habilidad para reconciliar lo fundamentalmente irreconciliable: la democracia moderna liberal y el trasnochado etnocentrismo. El profesor Tony Judt, de la Universidad de Nueva York, escribe para el New York Review of Books y afirma:

En un mundo en el que las naciones y los pueblos cada vez se mezclan más y se casan entre sí, en el que barreras comunicativas culturales y nacionales se vienen abajo, en el que cada vez más de nosotros tenemos múltiples identidades y nos sentiríamos coartados si tuviésemos que quedarnos con sólo una de ellas... en un mundo así, Israel es un verdadero anacronismo. Y no sólo un anacronismo, sino un anacronismo disfuncional. En el actual "choque de culturas" entre las democracias abiertas y pluralistas, y los estados beligerantemente intolerantes, centrados en la fe y la etnia, Israel corre el riesgo de ponerse del lado equivocado.43

Abraham Burg, devoto líder sionista, llega a una conclusión similar. Criticando el liderazgo israelí de "camarilla amoral", Burg sostiene que Israel, que descansa sobre unos cimientos de corrupción, opresión e injusticia, debe olvidar sus ilusiones y elegir entre una opresión racista y la democracia.44

6. Estado democrático secular: nuevos horizontes

Digan lo que digan nuestros hipócritas, el Tío Tom o los falsos "falsos profetas", Israel, como estado exclusivista, colono y colonial45, no espera ser algún día perdonado por sus víctimas -y, como debería saber, éstas son las únicas cuyo perdón importa realmente.

A pesar del dolor, la pérdida y la rabia que engendra en las víctimas la humanización relativa, los palestinos tienen la obligación de diferenciar entre justicia y venganza. Una entraña una descolonización fundamentalmente moral, mientras que la otra conduce a un círculo vicioso de inmoralidad y desesperanza.

Como escribe el difunto educador brasileño Paulo Freire:

La deshumanización, que marca no sólo a aquéllos cuya humanidad ha sido robada, sino también (aunque de distinta forma) a aquéllos que la han robado, es una desviación de la vocación de querer ser más humano... [La] Lucha [por la humanización] es posible sólo porque la deshumanización, aunque hecho histórico concreto, no es un destino dado, sino el resultado de un orden injusto que engendra violencia en los opresores, que a su vez deshumaniza a los oprimidos... Para que esta lucha tenga significado, los oprimidos no deben, en su intento de recobrar su humanidad (que es una forma de crearla), convertirse a su vez en opresores de los opresores, sino en restauradores de la humanidad de ambos.46

Rechazando la humanidad relativa, venga de donde venga, e insistiendo en la coherencia ética, creo que el medio más moral de alcanzar una paz justa y duradera en la antigua tierra de Palestina, es establecer un estado democrático secular entre el Jordán y el Mediterráneo, basado en la igual humanidad y, de acuerdo con esto, en iguales derechos. La solución de un estado, ya sea binacional -noción basada ampliamente en una falsa premisa de que la segunda nación en cuestión está definida-47 o secular y democrático, ofrece una verdadera oportunidad para la descolonización de Palestina, sin convertir a los palestinos en opresores de sus antiguos opresores. El círculo vicioso comenzado en el Holocausto debe terminar definitivamente.

La nueva Palestina debería:

1. En primer lugar y ante todo, permitir y facilitar el retorno y la compensación de todos los refugiados palestinos, como única restitución ética aceptable por la injusticia que han sufrido durante décadas. Un proceso como éste, sin embargo, debe respetar en todo momento el imperativo de evitar el dolor innecesario o injusto de la comunidad judía de Palestina.

2. Garantizar el derecho de ciudadanía total, igual e inequívoco a todos los ciudadanos, árabes o judíos.

3. Reconocer, legitimar e incluso alimentar las particularidades y tradiciones culturales, religiosas y étnicas de cada comunidad. Como regla general, suscribo lo que inteligentemente propone el profesor de la Universidad de Tel Aviv Marcelo Dascal48:

"La mayoría tiene una obligación de evitar, en la medida de lo posible, la identificación del marco del estado con las líneas que preludian la posibilidad de la sumisión de la minoría a éste".49

Los israelíes deberían reconocer este reto moral palestino a su existencia colonial, no como una amenaza a su existencia, sino como una magnánima invitación a acabar con el carácter colonial de su estado, y permitir a los judíos de Palestina disfrutar finalmente de la normalidad, como humanos iguales, ciudadanos iguales de un estado democrático secular -una tierra verdaderamente prometedora, no una tierra falsamente prometida. Así, no sólo se rematarían por fin las teorías de Roosevelt, sino que se demostraría que estaban rematadamente equivocadas.

6 de enero de 2004
Omar Barghouti es analista político. Sus artículos se han publicado en el
Hartford Courant, Al-Adab (Beirut), Al-Ahram (El Cairo), Z Magazine y Counterpunch, entre otros. Su artículo "9.11 Putting the Moment on Human Terms" fue elegido el "Mejor de 2002" por The Guardian. También es coreógrafo del conjunto de baile palestino El-Funoun. Poseedor de una Maestría en Ingeniería eléctrica, por la Universidad de Columbia, de Nueva York, actualmente realiza un doctorado en Filosofía (Ética) en la Universidad de Tel Aviv. Ha contribuido a la reciente publicación del libro "The New Intifada: Resisting Israel´s Apartheid " (Verso Books, 2001)




Notas

33. Lily Galili, A Jewish demographic state, Ha'aretz, lunes, 1 de julio de 2002.

34. Gideon Levy, Wombs in the Service of the State, Ha'aretz, 9 de septiembre de 2002.

35. Chris McGreal, Sharon Takes on Rabbis Over Jewish Identity, The Guardian, 31 de diciembre de 2002.

36. Yuli Tamir, Divide the Land or Divide Democracy, Ha'aretz, 14 de abril de 2002.

37. Benny Morris, A new exodus for the Middle East , The Guardian, 3 de octubre de 2002.

38. Baruch Kimmerling, False logic , The Guardian, 5 de octubre de 2002.

39. Geraldine Bedell, Set in Stone, The Observer 15 de junio de 2003.

40. Ferry Biedermann, Interview with the Israeli Military Historian Dr Martin van Creveld , enero de 2003.

41. Thomas Fuller, European Poll Calls Israel a Big Threat to World Peace , International Herald Tribune, 31 de octubre de 2003.

42. Los activistas por la paz Gadi Algazi y Azmi Bdeir lo explican: "la expulsión no es necesariamente un momento dramático, un momento en el que la gente sea expulsada y tenga que dejar sus pueblos o ciudades. No es necesaria una expulsión planificada y bien organizada, con autobuses y camiones cargados de gente... La expulsión es un proceso más profundo, un proceso rastrero que se esconde... Su componente principal es la destrucción gradual de la infraestructura de las vidas de la población civil palestina: su continua estrangulación mediante asedios y bloqueos que impiden a la gente llegar a su lugar de trabajo o a la escuela, recibir atención médica, impidiendo el paso de camiones de agua, de ambulancias, todo lo cual hunde a los palestinos en las antípodas de la civilización. En conjunto, todas estas medidas acaban por desarraigar a la población palestina." Ran HaCohen, Ethnic Cleansing: Past, Present, and Future, www.Antiwar.com , 30 de diciembre de 2002.

43. Tony Judt, Israel: The Alternative , New York Review of Books, Vol. 50, #16, 23de octubre de 2003.

44. Avraham Burg, The End of Zionism, The Guardian, 15 de septiembre de 2003. Publicado nuevamente con permiso de The Forward, que tradujo y adaptó este ensayo aparecido originalmente en Yediot Aharonot.

45. Incluso el antiguo vice-alcalde de Jerusalem, Meron Benvenisti, declara: "en los últimos dos años he llegado a la conclusión de que estamos ante un conflicto entre una sociedad de inmigrantes y una sociedad de nativos. Si fuera así, estamos hablando de un tipo de conflicto totalmente diferente. Porque lo más importante aquí no es uno o dos movimientos nacionales que se oponen, sino que es una cuestión de nativos o colonos. Lo más importante son los nativos que sienten que otro pueblo que llegó por el mar se ha infiltrado en su habitat natural y los ha desposeído." Ari Shavit, Cry, the Beloved Two-State Solution, Ha'aretz, 10 de agosto de 2003.

46. Paulo Freire, Pedagogy of the Oppressed, (Herder & Herder, NY, 1972). Pág 28.

47. El binacionalismo presupone dos errores: que los judíos son una nación, y que dicha nación tiene derecho a existir como tal en Palestina. Claramente el binacionalismo no puede funcionar entre los palestinos, por un lado, y los judíos del mundo, por el otro. Pero... ¿decidirán los judíos israelíes definirse como una nación? Probablemente no, puesto que eso iría en contra de la premisa fundamental del Sionismo. ¿Se ven los israelíes como una nación? Probablemente no, puesto que además de alejarse del Sionismo, esto incluiría a la minoría del 20% de palestinos.

48. Dascal propone esto como un principio actual, que Israel y sus ciudadanos palestinos deberían respaldar un medio de minimizar el conflicto entre las dos identidades que se contraponen. Este mismo principio, sin embargo, puede ser bastante útil si se aplica a un futuro estado unitario

49. Marcelo Dascal, Identities in flux: Arabs and Jews in Israel. In G. Weiss and R. Wodak (eds.), Critical Discourse Analysis: Theory and Interdisciplinarity. (Houndmills, Basignstoke, Hampshire: Palgrave Macmillan, 2003.) Págs 150-166.

Ver la
Primera parte del artículo de Barghouti