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Medio Oriente - Asia - Africa

3 de febrero del 2004

Israel: Sangre, tierra y arte

Gilad Atzmon
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Como artista, quisiera declarar que me deleitó la reacción del embajador israelí de la semana pasada en Suecia. Me encantó la respuesta de Sharon y la indignación judía. El arte existe para provocar. No existe para complacer, ni para apoyar la percepción común de lo que es correcto y lo que es erróneo. El arte es el medio más efectivo para generar la confrontación desde perspectivas diferentes. En realidad, si jamás existió alguna duda sobre el valor artístico de la instalación de los Feiler [Dror Feiler, un israelí expatriado y su esposa sueca, Gunilla Skold Feiler, N.d.T.], la reacción emocional del embajador Maxel debería haberla disipado: es una obra de arte de inmensa importancia. Es una obra de arte sobre el arte de la paz - términos que faltan en el discurso sionista.

La instalación "Blanca Nieves y la locura de la verdad" consiste de un charco de agua de color sangre, en la que flota un bote que transporta la fotografía de la atacante suicida Hahadi Jaradat. Que yo sepa, no hay ninguna indicación de que el charco rojo se refiera en particular a sangre palestina o judía. Incluso es posible que una persona con tendencias poéticas y artísticas podría llegar a sugerir que la obra tiene algo que decirnos sobre la situación en Irak o Afganistán o en cualquier otro conflicto. Mazel, sin embargo, interpretó la instalación como propaganda antisemita. Para los sionistas, la sangre es siempre su propia sangre, la sangre de "inocentes víctimas judías". Considerando que las víctimas palestinas de la segunda Intifada han superado en número a las israelíes, deberíamos preguntarnos por qué el embajador concluyó que el charco rojo simbolizaba algo como una burla a la sangre judía. ¿Cómo llegó a adoptar un representante de un estado opresivo esa singular auto-imagen de víctima inocente?

Parecería que, en este caso, enfrentamos una forma de atroz ceguera que ha llegado a un nuevo clímax con el acto de vandalismo de Mazel. Para comenzar, un charco de sangre no es una imagen que pueda halagar a los palestinos. El pueblo palestino no se siente orgulloso de una doctrina suicida. No se trata de orgullo. En la guerra contra una superpotencia, es su única forma de resistir a la interminable ocupación. Es difícil creer que los Feiler, que apoyan abiertamente al pueblo palestino, utilizarían un simbólico charco de "sangre judía" para glorificar a la resistencia palestina. Además, es improbable que el Museo Histórico de Estocolmo exhibiría una obra de arte que elogiara el asesinato y lo sangriento.

Por lo tanto, tenemos que suponer que la reacción de Mazel fue la consecuencia de un serio malentendido. Cuando se trata de arte moderno, los malentendidos no son poco comunes. Pero este malentendido fue más revelador de lo que la gente ha querido admitir. Si suponemos que Mazel pensó que el charco glorificaba el "terrorismo palestino" tenemos que pasar a preguntar: ¿cómo se puede interpretar una imagen horripilante como un símbolo glorificador? Debemos recordar que Mazel no se encontró solo: tanto su bárbaro acto como su estrambótica interpretación fueron apoyados por Sharon y todos los medios israelíes.

Un examen del papel de la sangre en la cultura hebrea de los tiempos recientes puede arrojar algo de luz sobre las acciones del embajador. Tal vez comienzo con Ze'ev Jabotinsky (1880-1940), el dirigente sionista de derecha y mentor ideológico del partido Likud. Según Jabotinsky la nación judía sería reconstruida con "sangre y sudor" ("Con sangre y sudor erigiremos nuestra raza, genio, generosa y fiera", himno Beitar . Ze'ev Jabotinsky). "Judá cayó en sangre y fuego", escribió Jabotinsky, "en sangre y fuego Judá se levantará". Las nociones sobre la sangre han sido esenciales para la escuela sionista derechista desde su propio comienzo. En hebreo las palabras "sangre" (dam), "tierra" (adama) y "rojo" (adom) comparten todas la misma raíz lingual. Por lo menos etimológicamente, la tierra y la sangre están intrínsicamente relacionadas. No es sorprendente, por lo tanto, que el sionismo haya tratado de redimir la tierra con sangre.

Desde sus primeros días, la política israelí ha sido dominada por ex militares. Evidentemente el pueblo israelí quiere ser gobernado por sus generales. Convertirse en un soldado asesino es una buena inversión política en Israel, que otorga a cualquier candidato político en potencia credenciales adicionales. No es sorprendente, por lo tanto, que el actual primer ministro israelí, el general Ariel Sharon, sea el más famoso criminal de guerra israelí. Su mortífera biografía es bastante sorprendente.

En 1953, Sharon, fundador y en aquel entonces comandante de la "Unidad 101" israelí, recibió ordenes de penetrar a la aldea jordana de Quibya y de destruir tantas casas y habitantes como fuera posible. Sharon fue bastante eficiente. Quibya fue reducida a un montón de escombros, más de cincuenta casas fueron demolidas y murieron sesenta y un civiles.

En 1982, poco después de la invasión israelí de Líbano, hubo masacres de refugiados palestinos en Sabra y Chatila. Las masacres fueron realizadas por milicias cristianas que ingresaron a los campos con la aprobación del alto comando israelí. En aquel entonces Sharon era el ministro israelí de defensa. Aunque las fuerzas israelíes no participaron directamente en las matanzas, Israel fue evidentemente responsable de todas las atrocidades que tuvieron lugar dentro del territorio invadido. Una investigación oficial de los eventos consideró que Sharon no estaba cualificado para un puesto ministerial - un detalle que, como sabemos, jamás impidió que Sharon fuera ministro, ni hablar de primer ministro.

Parecería que el individuo también tuvo bastante éxito en el asesinato de sus propios soldados. La contribución de Sharon a la guerra de 1973 provocó muchas dudas entre los expertos militares en Israel. La más famosa es la batalla en la "Granja China" en la que, bajo su comando directo, fueron aniquilados batallones completos del ejército israelí. Su parte en la Operación Suez (1956) también provoca preguntas similares.

Al mismo tiempo, la vida personal de Sharon revela otro espectro misterioso. No hay mucha gente en Occidente que sepa que la familia de Sharon ha sido afectada por tragedias accidentales sin conexión con las interminables guerras de la región. La primera mujer del primer ministro, Margalit, murió en un accidente automovilístico en 1962, y su hijo de once años, Gur, murió en un accidente a tiros en 1967. Son los hechos desnudos. Poca gente sabe que la segunda mujer de Sharon, Lily, era en realidad la hermana joven de Margalit. En esos días hubo algunos rumores malignos de que fue el affaire de Sharon con la hermana de su esposa lo que condujo al suicidio de Margalit. Gur encontró la muerte cuando jugaba con el arma cargada de su padre. Yo mismo no tengo ni los medios ni la intención de buscar la verdad de la historia de la familia de Sharon. Al contrario, argumentaría que el elemento de chismorreos sangrientos combinados con algunos rumores libidinales ayudaron a glorificar la imagen del promisorio joven oficial.

En términos sionistas, Sharon es un ángel si no el propio Mesías. Durante muchos años ha sido posible escuchar a la turba saludando a Sharon con gritos de "Arik (Ariel) Rey de Israel" (comparándolo con el Rey David). Sin duda Sharon es el hombre adecuado para el pueblo israelí, que lo eligió democráticamente para que dirija su reino. Conocen su historia. Están familiarizados con sus crímenes de guerra. Saben que sus manos están bañadas en sangre y lo aman tal cual es. Lo aman por ser un criminal. Lo eligieron porque admiran su carácter sanguinario. Y porque glorifican la sangre han llegado a interpretar mal la instalación de los Feiler en Estocolmo. Han atribuido la gloria a la sangre de los Feiler simplemente porque están acostumbrados a asociar la sangre con la gloria. Debemos agradecer al embajador Mazel que nos haya posibilitado una mirada más a la realidad de las identidades radicales que ponen en peligro la paz del mundo.

25 de enero de 2004
http://www.gilad.co.uk/