Medio Oriente - Asia - Africa
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Joseph Massad
The Electronic Intifada
Traducido por Felisa Sastre para Rebelión
Uno de los cambios más importantes que produjo el proceso de Oslo fue la transformación
de facto- es decir la corrupción máxima- de la Organización para la Liberación
de Palestina desde su origen como movimiento de liberación de todo el pueblo
palestino para convertirse en un régimen vasallo con el nombre de Autoridad
Palestina, que sólo representa a un tercio del pueblo palestino.
Lo que resulta más insidioso en este proceso es cómo la Autoridad Palestina,
a pesar de ser consciente de esta transformación, continúa hablando del "pueblo
palestino", que ha quedado reducido, según los Acuerdos de Oslo, a los habitantes
de Cisjordania y Gaza, a quienes representa desde entonces.
A los palestinos de la diáspora se los menciona, según la jerga de Estados Unidos
e Israel, como "los refugiados", mientras que a los palestinos israelíes Israel
los etiquetan como "árabes israelíes". De esta manera, el ámbito de responsabilidad
de los dirigentes palestinos y su representación de la totalidad del pueblo
palestino (conseguida en los foros internacionales en 1974 tras una lucha extenuante)
no sólo ha quedado sustancialmente reducida, sino que el mismo pueblo palestino
se ha visto empequeñecido demográficamente al sumir la Autoridad Palestina el
concepto de "pueblo palestino" para referirse a sólo una tercera parte de los
palestinos.
Todo ello ha tenido un efecto pernicioso para aquellos palestinos a los que
se ha excluido de la denominación "pueblo palestino" dado que, de acuerdo con
el Documento de Ginebra, sus reivindicaciones se consideran nulas y sin validez
alguna desde el momento en que el Sr. Abed Rabbo firmó el Acuerdo en nombre
de la OLP (no de la Autoridad Palestina), en representación del pueblo palestino
en su totalidad.
El documento de Ginebra es explícito en esta cuestión: " Ninguna de las partes
podrá presentar reclamación alguna posterior, relativa a hechos previos a este
Acuerdo". Esta reducción demográfica del pueblo palestino se ha llevado a cabo
mediante un importante giro: mientras que la AP no luchará, a partir de ahora,
por los derechos de los palestinos en la diáspora y de los palestinos israelíes
puede, si reclama aunque sea de forma temporal, su status anterior como
OLP, renunciar o ceder todos sus derechos para obtener otros para la fracción
de palestinos que ahora proclama que constituyen "el pueblo palestino".
De esta forma, para obtener una cierta independencia de la ocupación israelí
de los palestinos en Cisjordania y Gaza, la AP reconoce el derecho de Israel
a constituirse en un estado racista judío- que eso supone el derecho a discriminar
a los palestinos israelíes- y renuncia al reconocimiento internacional de los
derechos al retorno y a la compensación de los palestinos en la diáspora. Ese
fue el espíritu de Oslo y es el misma que preside el Documento de Ginebra. Por
ello, es esencial señalar que el acuerdo de Ginebra ha sido firmado por palestinos
que nunca han sido elegidos por el pueblo de Cisjordania y Gaza, y menos aún
por el pueblo palestino en su totalidad, a cuyos derechos ellos han renunciado.
Por parte israelí se ha desplegado un proceso paralelo. Aunque Israel no tiene
el reconocimiento ni la legitimidad de ninguna organización internacional como
"representante" del pueblo judío en su totalidad, sino sólo la del pueblo del
estado de Israel- es decir, de sus ciudadanos-, la OLP y la AP, en contra de
la opinión mundial- entre las que se encuentran las Naciones Unidas y los EE.UU.-
han reconocido la jurisdicción de Israel sobre los judíos de todo el mundo.
Así, el Documento de Ginebra no sólo reconoce los derechos del pueblo de Israel,
sino que lo hace con los del "pueblo judío" a secas. En el Acuerdo de Ginebra,
los firmantes proclaman que "este acuerdo aprueba el reconocimiento del derecho
del pueblo judío a un estado".
Mientras que el internacionalmente reconocido status de la OLP como representante
del pueblo palestino- desde Oslo, y más recientemente a partir de los acuerdos
de Ginebra-, ha quedado reducido a un tercio, el status que representa
el gobierno de Israel se ha triplicado en el momento en que la AP y sus representantes
"no oficiales" han reconocido como legítimas las reivindicaciones de Israel
en relación con los judíos de todo el mundo. De manera que lo que esta fórmula
de paz ha hecho posible es la reducción del pueblo palestino y la multiplicación
de los judíos israelíes. Y se ha llevado a efecto sin tener en cuenta que la
mayoría de los judíos que viven fuera de Israel no son ciudadanos israelíes
ni tienen instituciones que los representen y doten a Israel de poderes para
actuar en su nombre.
En este sentido, el Documento de Ginebra habla de cómo "reconociendo que después
de años de vivir con mutuo miedo e inseguridad, ambos pueblos necesitan entrar
en una era de paz, seguridad y estabilidad, por lo que las dos partes se comprometen
a llevar cabo cuantas acciones sean necesarias para garantizar la realización
de esta nueva era".¡Los dos "pueblos" de los que se habla no son los judíos
israelíes y el pueblo palestino sino la judería mundial y los palestinos de
Gaza y Cisjordania! ¿Significa esto que el pueblo palestino en su totalidad
no está luchando en realidad contra un movimiento colonial establecido en su
tierra sino que son los palestinos de Cisjordania y Gaza quienes han estado
combatiendo a los judíos de todo el mundo? ¿Acaso no es lo que el sionismo ha
proclamado siempre para justificar sus políticas colonialistas y para presentarse
como víctima del anti-semitismo?
¿Cuándo ha elegido el pueblo palestino a los judíos del mundo como sus enemigos?
¿No han sido el sionismo e Israel quienes han insistido siempre en que es el
pueblo judío quien reclama el derecho a colonizar a Palestina y a su gente mientras
la OLP había rechazado la reivindicación de Israel para hablar en nombre de
todos los judíos? ¿No han afirmado siempre la OLP, los intelectuales y grupos
revolucionarios palestinos que su enemigo era el sionismo y no el pueblo judío?
Sólo al aceptar las reivindicaciones del sionismo de que Israel es el representante
del pueblo judío puede la lucha anti-colonial palestina llegar a convertirse
en lo que Yasser Abed Rabbo identifica como guerra contra el "pueblo judío".
A diferencia de Abed Rabbo , muchos palestinos han entendido siempre el carácter
anti-semita de Israel; sus continuos intentos de afirmar que todos los judíos
tienen la "misma" opinión sobre el sionismo; que todos ellos lo apoyan; que
el sionismo los representa en su totalidad y que cualquier crítica o ataque
al sionismo es anti-semita desde el momento en que él, es decir Israel, es el
pueblo judío.
Semejantes afirmaciones de anti-semitismo que hacen de la judería mundial un
grupo cohesionado con una agenda internacional basada en los Protocolos de
los Sabios de Sión produciría un mayor escándalo si sus autores no fueran
el sionismo y el estado de Israel. De hecho la denuncia de Israel y de sus apologistas
de que la crítica a Israel es "anti-semitismo" es la mayor proclamación de antisemitismo,
al convertir a los judíos de todo el mundo en representados por un único estado,
y al afirmar que todos ellos lo apoyan en sus atrocidades y crímenes contra
la humanidad. Que la AP y el Sr. Abed Rabbo hayan aceptado esta "lógica de paz"-
tal como la denominan en su Documento-, prueba el éxito que ha obtenido Israel
al transmitir su versión de anti- semitismo a la corrupta dirección palestina.
En cuanto a los dos tercios del pueblo palestino eliminados del proceso de Oslo,
los palestinos israelíes, por su parte, han comprendido bien la lógica de Oslo
y han luchado contra el racista estado de Israel, al margen de la OLP y de la
AP y sin comprometer los derechos del resto del pueblo palestino. Los palestinos
de la diáspora, en su mayor parte carentes de dirección o liderazgo, continúan
batallando en pos de la aplicación de sus derechos al retorno y a recibir una
compensación reconocidos internacionalmente, también sin comprometer los derechos
de otros palestinos.
Únicamente los corruptos líderes de Cisjordania y Palestina quieren hablar en
nombre de todos los palestinos para quitar de en medio a la mayor parte de ellos
y sacar beneficios, si se producen, para unos pocos. Lo que no significa que
los palestinos de Gaza y Cisjordania no puedan buscar acuerdos con los ocupantes
israelíes para obtener la independencia; sólo significa que ellos no pueden
hacerlo a costa de renunciar a los derechos de los palestinos de la diáspora
y de Israel en cuyo nombre no pueden negociar.
Ellos pueden transigir, si así lo eligen, con sus propios derechos, como cuando
aceptan límites a la futura soberanía de su mini-estado, por ejemplo; pero no
con el derecho de retorno ni con el derecho de los palestinos israelíes a enfrentarse
al racismo de estado de Israel. De hecho, la mayoría de los palestinos de Cisjordania
y Gaza han rechazado el Acuerdo de Ginebra en su términos, bien con manifestaciones
o declaraciones públicas o en recientes encuestas de opinión, que prueban que
la dirección de la AP, que dice representarles, no los representa en absoluto.
Lo que resulta fundamental en esta política de representación es que ni la judería
mundial ni la diáspora palestina ni los palestinos israelíes jamás han elegido
a Israel ni a la AP como sus representantes. Pero ambos, a pesar de ello, continúan
luchando por los, así llamados, "derechos" de los judíos del mundo, o renunciando
a los derechos del pueblo palestino, respectivamente. A través de este proceso
el estado israelí pretende conseguir la unión de la judería mundial bajo su
bandera en contra de las leyes internacionales, mientras que la AP, por su parte,
desea desembarazarse de los dos tercios de la población palestina, de cuya responsabilidad
era mandatario reconocido internacionalmente, al renunciar a sus derechos, y
mantener los del tercio restante de los palestinos como "el pueblo palestino".
La histórica negación sionista de la existencia del pueblo palestino ha sido,
al fin, adoptada por la Autoridad Palestina y su camarilla de funcionarios,
ministros, fuerzas de seguridad y, sí, miembros del Consejo Legislativo ( la
mitad de los cuales han sido ya ministros de la corrupta Autoridad Palestina,
y el resto, con pocas excepciones, aspira a serlo en el futuro). Golda Meir
aseguró en 1969 que "No existía, como se piensa, un pueblo palestino en Palestina
que se sintiera como tal pueblo palestino; nosotros llegamos, los expulsamos
y les quitamos su país. Ellos no existían".
El pueblo palestino había luchado contra la negación sionista de su existencia
desde Herzl hasta Meir y después. No obstante, la Autoridad Palestina y su enviado
"no oficial" Yasser Abed Rabbo (cuyo nombre casualmente significa " Yasser el
fiel servidor de su Señor"- y que en los ambientes populares es conocido por
el mote de "Yasser Abed Yasser" o "Yasser el siervo de Yasser (Arafat)")-, ha
asumido por completo la postura sionista al excluir a dos terceras partes de
los palestinos de formar parte del "pueblo palestino". Al aceptar esta formulación,
a los palestinos que Israel ha expulsado y a aquellos que continúan viviendo
en el estado israelí- sometidos al racista sistema de democracia sólo para los
judíos-, no los consideran palestinos en absoluto, en la misma línea de mentiras
de Golda Meir.
El hecho de que una dirección palestina dictatorial y corrupta pretenda eliminar
a dos tercios del pueblo palestino es todo un síntoma de la agresión sionista
continuada que ha legitimado el proceso de Oslo culminado en Ginebra. Nadie
debería haber sido engañado- y el que menos, Nelson Mandela- por los cantos
de "paz" que anuncian la victoria del último e impenitente asentamiento colonial
en el mundo.
Abed Rabbo y sus colegas pueden haber aceptado la victoria sionista pero el
pueblo palestino no lo va a hacer de ninguna manera. Resiste y seguirá oponiéndose
a todos los intentos de liquidar su existencia nacional y sus vidas, en nombre
de soluciones "pacíficas". El sr. Abed Rabbo y sus amiguetes de la AP pueden
hacer lo que quieran, bien sea con Ariel Sharon bien sea con Yossi Beilin. Pero
la existencia o aniquilamiento del pueblo palestino no puedes ser decretados
por el golpe de una pluma.
27 diciembre 2003
http://electronicIntifada.net/v2/article2306.shtml