Medio Oriente - Asia - Africa
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25 de enero del 2004
Comunicado íntegro
Duras críticas a la Autoridad Palestina de Ahmad Saadat,
secretario general del FPLP, y de sus compañeros desde la cárcel de Jericó
CSCAweb
Cárcel de Jericó, Cisjordania
(Palestina ocupada), 15 de enero de 2004
"¿Cómo puede sostenerse que sigamos siendo rehenes de los compromisos
políticos y de seguridad de la AP? ¿se corresponde ello con nuestra unidad
nacional, con la necesidad de respetar la ley y con la independencia del poder
judicial palestino? ¿cómo es posible que se mantenga nuestro encarcelamiento
sin una base legal?"
Dos años han transcurrido desde que mis compañeros y yo mismo fuimos
encarcelados [1]. Nuestro encarcelamiento representa la sumisión de la
Autoridad Palestina (AP) a las ilegales exigencias de EEUU e Israel.
Igualmente, representa la negación de la legislación y los valores [nacionales]
palestinos. Desconsidera todas las instituciones palestinas, incluidos el
Consejo Nacional Palestino (CNP) y el Consejo Central Palestino (CCP). Nuestro
encarcelamiento niega igualmente la legitimidad de nuestra resistencia a la
ocupación israelí.
El intento de internacionalizar el denominado Acuerdo de Jericó [2]
entre la AP, EEUU, Gran Bretaña e Israel para recluirnos, ha conducido a la AP
a ofrecer más concesiones a las exigencias estadounidenses e israelíes
relativas a la seguridad. Ese Acuerdo no sólo puso en peligro los asuntos
internos palestinos sino que representa el peor modelo para la
"supervisión internacional". Tal supervisión debería ejercerse para
proteger al pueblo palestino de las masacres diarias que lleva a cabo el
gobierno de Sharon.
Absoluta ilegalidad
Los aspectos legales de nuestro encarcelamiento comenzaron por la exclusión
absoluta del marco de legal y lo mismo puede decirse del juicio en el
que fueron sentenciados nuestros cuatro compañeros [3], que careció no
solo de justificación legal sino que no se ajustó a procedimiento de acuerdo al
principio de la ley.
El Acuerdo de Jericó demostró una y otra vez carecer de legitimidad alguna,
especialmente después de que el Tribunal Supremo de Justicia palestino se
pronunciara en contra de nuestro encarcelamiento, lo considerase ilegal y
solicitara nuestra liberación inmediata [4]. Sin embargo, la AP no llevó
a afecto la decisión del Tribunal y desoyó su propia constitución [Ley Básica]
que garantiza la independencia del poder judicial y el respeto a sus
decisiones. Y no solo eso: la AP no ha excarcelado todavía al compañero Ahed
Abu Ghulma, miembro del Comité Central del FPLP, a pesar de que ya ha cumplido
su condena. En un ejemplo más, a nuestros compañeros no se les ha permitido
presentar apelaciones contra la decisión inicial del juicio a pesar de
que tales apelaciones están garantizadas y son un derecho legítimo según la
legislación palestina.
Antes estos hechos, queremos reafirmar lo siguiente:
1. Nuestra lucha para poner fin a este encarcelamiento ilegal y acabar con el
vergonzante Acuerdo de Jericó -por lo que supone como precedente- está motivada
antes que nada por la necesidad de proteger a nuestro pueblo y sus derechos.
2. La AP ha estado intentando justificar sus violaciones de la ley palestina
bajo las falsas excusas de protegernos. Queremos reafirmar que nosotros
no hemos solicitado la protección ni de la AP ni de ningún otro cuerpo o
agencia de seguridad. La necesidad de protección tiene que ser voluntaria;
cuando se impone, resulta peor que la propia decisión del encarcelamiento.
3. Es legítimo declarar que el mantenimiento de nuestro encarcelamiento
representa el compromiso de la AP con las exigencias de EEUU y de Israel, no
necesariamente con nuestra protección, máxime cuando las justificaciones de la
AP no nos convencen. ¿ Cómo puede sostenerse que sigamos siendo rehenes de los
compromisos políticos y de seguridad de la AP? ¿se corresponde ello con nuestra
unidad nacional, con la necesidad de respetar la ley y con la independencia del
poder judicial palestino? ¿cómo es posible que se mantenga nuestro
encarcelamiento sin una base legal?
4. A pesar de las declaradas intenciones de la AP, el lugar de encarcelamiento,
la prisión de Jericó, no está bajo el control ni político ni legal de la AP
sino [controlada] por oficiales estadounidenses y británicos. El mantenimiento
de tales acuerdos significa que nuestro destino está prácticamente en manos de
Israel.
En tales condiciones, hacemos un llamamiento para que se ponga fin a esta
situación que perjudica la causa nacional palestina tanto en lo político y en
lo legal como en lo nacional.
Finalmente, saludamos a nuestro pueblo palestino, a las fuerzas nacionales e
islámicas y a todas las organizaciones árabes e internacionales que están a
nuestro lado rechazando el mantenimiento de nuestra encarcelación y exigiendo
su fin.
Cárcel de Jericó, 15 de enero de 2004