Latinoamérica
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El caso de los militares venezolanos asesinados .
Dick Emanuelsson
Bogotá, 20 de septiembre de 2004 "El Ejército colombiano reiteró que rebeldes de las FARC fueron los que mataron a seis militares venezolanos y a una ingeniera de petróleos en el estado Apure, y aseguró que aún están ocultos en Venezuela, al tiempo que descartó la participación de paramilitares en el hecho".
La cita arriba es de El Universal de hoy. El diario venezolano es uno de los principales diarios en el país vecino, conocido por su férrea lucha contra el presidente Hugo Chávez.
El matutino cita (a través de la agencia alemana DPA) al comandante encargado del ejército colombiano, general Eduardo Morales, quien reiteró que todos los indicios apuntan hacia el Frente 10 de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
"Tenemos serios indicios de inteligencia de que fueron las FARC las que atacaron al ejército del vecino país. Pienso que con los indicios de inteligencia que tenemos queda descartada la posición de que los paramilitares fueron los responsables", dijo el oficial.
"Desconozco por qué esos guerrilleros pasaron a territorio del vecino país con el ánimo de perturbar el orden público y entorpecer las relaciones de los dos países".
Para los periodistas, estas declaraciones hechas por el general son partes de un juego sofisticado de cómo manipular la opinión pública para que interprete el panorama a su manera.
Primero sindica al enemigo natural e histórico de los hechos: la guerrilla. Después descarta que sean los paramilitares, los naturales enemigos políticos del gobierno de Caracas y los aliados, según centenares de informes de derechos humanos y miles de denuncias, del ejército colombiano.
Esta declaración también es una discreta polémica no expresada al ministro de Defensa venezolano, García Carneiro quien, por lógica conclusión política, sospecha que pueden ser los paramilitares quienes están detrás de la emboscada. Para reforzar sus indicios el general colombiano dice tener una "comunicación interceptada en la que los rebeldes confirman su participación en el hecho".
Pregunta a cualquier periodista colombiano y te va a decir que "la historia se repite".
La segunda parte es aún más sofisticada, porque después de haber informado sobre los autores y la "prueba", entra en detalles para reforzar la argumentación anterior, sosteniendo que "desconozco por qué esos guerrilleros pasaron a territorio del vecino país con el ánimo de perturbar el orden público y entorpecer las relaciones de los dos países".
Ahora el general no necesita presentar indicios ni pruebas ni los resultados de las investigaciones que las autoridades venezolanas, no las colombianas, están realizando en el territorio venezolano, buscando elementos decisivos que puedan aportar para que se aclarezca la tragedia. El general Eduardo Morales habla ante los periodistas colombianos y alemanes como ya es un hecho obvio: la guerrilla de las FARC son los culpables.
Esta táctica es muy común y un periodista inexperto o un periodista con alto grado de autocensura no cuestiona y no hace las preguntas lógicas en un caso clásico como éste. Así se adelanta una campaña publicitaria que en realidad es una campaña manipuladora para torcer la opinión.
Con estas declaraciones, que no tienen más que la inteligencia militar como fuente, comienzan todas las agencias de noticias en el mundo a entrar al tema. Son más cuidadosas sí que los medios colombianos (estos últimos son regañados hasta por el SIP, los dueños de los medios sur- y norteamericanos por aplicar la autocensura) y citan también a los venezolanos.
Pero como Chávez y las autoridades venezolanas han sido víctimas en la campaña mediática por ser "los aliados de la narcoguerrilla colombiana", no tienen tanta credibilidad como las declaraciones colombianas. Para reforzar la campaña no es suficiente citar al general Morales, porque, de todas maneras, es un militar que tiene interés en desprestigiar al enemigo, también en el plano político.
Entonces sale a declarar el ministro de Defensa colombiano, Jorge Uribe, quien, según El Universal, "señaló que Bogotá tiene informaciones confiables que sindican al frente 10 de las FARC de la masacre".
"El ejército colombiano tiene información de inteligencia confiable en el sentido de que la cuadrilla 10 de las FARC, al mando de Jaime Cotrino Díaz, conocido con el alias de 'Arcesio', es el responsable de estos hechos", dice el comunicado leído por el funcionario colombiano.
Para una persona sin mucho conocimiento de la política colombiana puede ser impactante y suena creíble la declaración que, por ser de un alto personaje del Gobierno, debe ser muy bien elaborada antes de declararla.
Pero estas declaraciones son tan categóricas como las palabras del mismo ministro cuando fueron fusilados los tres sindicalistas en el departamento de Arauca donde opera el 10º Frente de las FARC.
Veremos lo que dijo el ministro Uribe: "Los tres dirigentes eran delincuentes, que perdieron la vida en un combate. Además portaban armas y tenían ordenes de captura por el delito de rebelión".
La Procuraduría acaba de entregar una parte de su informe sobre los hechos que dice que los tres fueron fusilados, masacrados, por los soldados de la contraguerrilla. Todas las declaraciones hechas por el vicepresidente Francisco Santos ("eran dirigentes sindicales, pero también estaban metidos en cosas que no estaban relacionadas con su trabajo sindical"), el comandante de la II División del Ejército, general Luis Fabio García ("indudablemente murieron en un combate con los soldados, se les incautaron armas, municiones y explosivos que portaban"), por el general Jairo Duván Pineda ("personajes muertos son muy importantes dentro de la política del ELN").
Entonces: ¿qué credibilidad tienen estas declaraciones de los más altos jefes civiles y militares del país cuando la realidad era totalmente distinta? ¿Y cuál es la conclusión actual en el caso de los militares venezolanos emboscados en su territorio? Ahora, ¿qué sucede en la frontera colombo-venezolana? ¿Cuáles son los motivos políticos que puede haber tras este hecho tan lamentable? Colombia-Venezuela-EU Es un secreto público que políticamente el gobierno colombiano y venezolano son totalmente diferentes. Uno recibiendo el tercer apoyo militar estadounidense más grande del mundo, después de Israel y Egipto. Y el otro, haciendo frente a la intromisión, movilizando al pueblo para defender la soberanía nacional.
Fernando Londoño, ex ministro del Interior y de Justicia (destituido recientemente por la Procuraduría e inhabilitado por 12 años), no guardaba oportunidades para dar un "vainazo" al presidente Chávez cuando se le dio la oportunidad. Gustavo Petro, congresista del Polo Democrático sostiene que lo que decía Londoño era política presidencial.
"Chávez no va a declarar terroristas a sus amigos", dijo Londoño a la emisora RCN, el 22 de febrero de 2003.
"Chávez no va a estar muy dispuesto a hablar en contra de personas a las que ve con frecuencia o ha visto con frecuencia", refiriéndose a las FARC.
En el mismo lapso dio un tremendo e irónico regaño al presidente 'Lula' por no declarar a las guerrillas colombianas grupos terroristas.
"Da Silva ya encontró una disculpa estupenda, y es que él quiere reservarse para servir eventualmente de mediador, cargo para el que nadie lo ha designado ni creo que esté en la lista de posibilidades"[1].
¿Motivo político para la emboscada? ¿Qué grupo colombiano, guerrilla o paramilitar, tiene interés en asesinar a soldados venezolanos, incluso rematándolos? Según los informes, la emboscada estaba muy bien preparada, lo cual nos lleva a la conclusión de que el resultado era programado.
El general Morales descartó que los paramilitares estén detrás la emboscada y sindica a la guerrilla de las FARC. ¿Pero es lógico que un movimiento político-militar como las FARC, que incluso felicitó al presidente Chávez por la victoria en el referendo presidencial el 15 de agosto, ejecutara una acción contra sus supuestos aliados (si utilizamos las palabras del ministro Londoño, el senado colombiano y la comisión de la política exterior del congreso colombiano)? Motivos políticos lógicos no existen. Para entender eso no es necesario ser un politólogo.
¿Y la carta paramilitar? "La táctica paramilitar es aglutinar fuerza y concentrar hombres y recursos en la frontera. Van a esperar dos cosas; o que un extremo y poderoso sector de la oposición venezolana los contrate para hacer la guerra adentro de Venezuela al estilo de la Contra nicaragüense, o que el mismo gobierno de los EU, una vez que salga de su problema en Iraq si sale bien, decida apoyarse sobre estas fuerzas paramilitares para intervenir en Venezuela. Los paramilitares están esperando eso y por eso están controlando la frontera, y cada vez concentran más armas y equipos allí. Esta verdad no la cuenta Uribe".
Decía el congresista Gustavo Petro el 25 de febrero del 2003 en una entrevista con este reportero.
Las cartas de la oposición venezolana y EU Pero hay otras cartas en el juego que hay que averiguar y son las de la oposición venezolana y el gobierno de Estados Unidos.
Los aliados de los norteamericanos fueron humilladamente derrotados en el referendo mencionado el 15 de agosto. En este momento se encuentran unos cien paramilitares y ex oficiales del ejército colombiano detenidos en el caso de los paramilitares colombianos en Caracas, traídos por una parte de la oposición venezolana como ya más de un año antes había sido señalado por Petro. Esta oposición desesperada, que decía que Chávez iba a ganar el referendo fácilmente y por eso quería boicotear al referendo, contrataba a estos paramilitares colombianos para crear el caos y así conseguir el pretexto para la OEA de aplicar la Carta Democrática y la siguiente intervención, encabezada por los EU..
¿Hipótesis? ¡Claro! Pero es un hecho.
Cuando los generales colombianos intentan de descartar el paramilitarismo colombiano en la emboscada en Apure, argumentan que no es zona de ellos. Y es una verdad relativa, pues los 'paracos' en Caracas tampoco estaban en territorio suyo. Pero el departamento de Arauca sí es una zona totalmente militarizada por el Estado colombiano, donde la contraguerrilla, policías militarizadas son capacitados por los asesores militares de EU en operaciones especiales.
La vieja ambición del ejército y el gobierno colombiano de coordinar los dos ejércitos contra la guerrilla colombiana ha tenido éxito. El gobierno de Caracas ha sido presionado como nunca antes, ni siquiera bajo las presiones del gobierno de Washington ni el Comando sur de las fuerzas militares norteamericanos.
¿Y el periodismo qué? Pero todavía hay que esperar las investigaciones de los hechos. Los autores no se encuentran a pesar de que los dos ejércitos han desplegado unas acciones impresionantes con helicópteros, aviones de combate y centenares de tropas regulares. ¿Dónde están los asesinos? Para los periodistas el caso no está resuelto a pesar de las declaraciones categóricas (¿será que el presidente Uribe no tiene mano dura para sus ministros porque él mismo respondía "prudencia" cuando los periodistas le preguntaron sobre el caso?). "La noticia", como decía el legendario periodista Juan Gossaín, "no es siempre tan fácil de interpretar". Menos en una guerra que llega hasta los niveles psicológicos.
De eso saben los periodistas colombianos que se emplearon en el Departamento E-5, del Ejército.
Nota: [1] En la revista española Resumen Latinoamericano del 23 de febrero de 2003, Nº 234,