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11 de Septiembre: 31 años de un dolor que no cesa
Amnistía Internacional
El 11 de Septiembre de 1973 un sangriento golpe militar depuso al gobierno democrático del Presidente Salvador Allende. El programa de represión encabezado por Augusto Pinochet incluyó persecución política, arrestos en masas, "desapariciones", juicios sumarios, y torturas sistemáticas, ejecuciones y detenciones secretas. Viviana Díaz, secretaria general de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, relata su experiencia.
AI: Cuál era la situación en Chile durante los 70'?
Salvador Allende, primer presidente socialista en Chile, fue electo el 4 de Septiembre de 1970. A partir de allí, en Chile se dio un proceso de cambio.
En los días previos al 11 de Septiembre de 1973 se sentía que algo iba a suceder. Las políticas de Allende generaron reacciones en la derecha que los llevaría a evitar que terminara su mandato. El golpe militar cambio la historia de Chile.
AI: Cuándo comenzaron las violaciones de derechos humanos?
El 11 de Septiembre comenzaron las detenciones indiscriminadas en todo el país. Miles de detenidos fueron llevados a centros deportivos que habían sido transformados en campos de concentración.
Ese mismo día se instauró el estado de sitio y el toque de queda, lo que cambió la vida de todos los chilenos, y empezó a conocerse una práctica nunca antes vista en el país: la "desaparición". Los opositores políticos que quedaban detenidos "desaparecían". En muchos casos la detención nunca fue reconocida y el Poder Judicial -- único poder del estado que siguió funcionando después del golpe militar - pudo asumir una actitud cómplice con la dictadura y rechazar los recursos de amparo que se empezaron a interponer en los días posteriores al golpe.
AI: Cuál fue la reacción de la sociedad chilena ante los arrestos masivos, las "desapariciones", las violaciones de derechos humanos?
A causa del terror que imperaba y el toque de queda era muy difícil dar a conocer lo que se estaba viviendo.
Mi familia tenía vigilancia policial en la puerta de casa. Nos seguían a donde íbamos porque buscaban a mi padre. En un momento todo se paralizó, pero con la junta militar instaurada, la gente tuvo que volver a sus trabajos, a sus estudios.
Solo manifestábamos los que estábamos en la búsqueda de nuestros familiares, mientras recorríamos lugares para ver si ubicábamos a nuestros seres queridos.
AI: Crees que en ese momento la gente sabía de las violaciones de derechos humanos?
Todos los chilenos fuimos testigos del bombardeo a la Moneda, de cómo las fuerzas militares se apoderaron de Chile. Había una psicosis, si encontraban literatura que consideraban peligrosa, había que quemarla, había que destruir. Si te pillaban con eso, te podía costar la vida. Fueron momentos muy duros, la gente se preocupaba por si misma.
Nadie creía que había gente que estaba "desapareciendo", es muy difícil de imaginar algo tan cruel. La gente fue llevada de su casa, de su lugar de trabajo, en la presencia de testigos y después decían "nunca ha sido detenido, no hay orden de detención".
Gracias a eso el poder judicial no dio lugar a miles de órdenes de amparo y dejó a miles de personas en la más completa indefensión.
AI: Como reaccionó la comunidad internacional al ver las violaciones de derechos humanos?
Chile ha sido un país privilegiado en cuanto a la preocupación internacional. El golpe militar fue rechazado en casi todo el mundo. El rol de la comunidad internacional fue importante a todo nivel. Naciones Unidas crearon una comisión investigadora que quería venir a chile para investigar los asesinatos, torturas y "desapariciones". Decenas de países abrieron sus puertas y acogieron a miles de refugiados.
AI: Cuál fue la reacción de Pinochet ante la presión internacional?
Pinochet se rehusó a otorgar autorizaciones para que se entrara a Chile. El hablaba de la campaña del "marxismo internacional", una campaña en contra de la junta militar.
AI: Sentías que en algún momento se iba a hacer justicia, que el golpe militar iba terminar?
Ninguno de nosotros imagino que esta dictadura iba a durar casi 17 años. El golpe fue tan brutal, tan cruento, nos cambio la vida. Nosotros comenzamos una peregrinación desde el momento en el que se llevaron a nuestros seres queridos. Teníamos que luchar para salvar la vida de nuestros familiares. El lema era "nuestra vida por la verdad".
Cuando íbamos a los tribunales, nuestra convicción era que en algún momento las cosas cambiarían. Luchábamos con la esperanza de que esto no podía ser eterno.
AI: Qué sentiste cuando Pinochet fue arrestado en Londres?
El 16 de Octubre de 1998 va a quedar grabado en mí.
Cuando escuche la noticia de que Pinochet estaba retenido en Londres sentí alegría y pena de que mi madre no pudiera compartir la noticia, ella había fallecido un año antes.
En esos 503 días se iniciaron jornadas inolvidables, nos llevó a pensar que si era posible que Pinochet fuera juzgado y condenado. No nos imaginamos que iba a volver a Chile a reírse del mundo entero.
Lo fundamental es que nuestra lucha no ha sido en vano.
Después de la detención de Pinochet ya nadie duda de la existencia de los desaparecidos y que eso es responsabilidad de las fuerzas armadas chilenas.
AI: Hay una deuda pendiente de los gobiernos civiles en la lucha por la verdad y la justicia?
Ha faltado voluntad política de los gobiernos civiles para juzgar a Pinochet. Los gobiernos civiles permitieron que llegara a ser senador vitalicio, a pesar de toda la evidencia de violaciones de derechos humanos en su contra.
AI: Por qué crees que ocurrió esto?
No lo hacen porque la transición con los militares fue pactada, se les garantizó que nunca ninguno iba a ser sometido a un proceso judicial. La comunidad internacional continúa presionando pero el poder judicial guarda en el escritorio todas las recomendaciones, incluyendo las relacionadas con el decreto de amnistía.
AI: Se han logrado algunos pasos positivos. Qué crees que va a ocurrir en los próximos años?
Este es un tema que no va a terminar tan fácilmente, más de 1000 personas continúan "desaparecidas". Los procesos están abiertos, seguiremos tratando de evitar que la impunidad se constituya en el país. Se requiere de mucha persistencia, siempre nos vemos enfrentados a presiones para evitar que Pinochet sea condenado.
Cualquier chileno acusado de un delito está en la cárcel, Augusto Pinochet, acusado de delitos de lesa humanidad, crímenes que no prescriben y que no pueden ser amnistiados, esta en su casa. El poder judicial debe finalmente cumplir con su rol de administrar justicia y hacerlo en línea con sus obligaciones nacionales e internacionales. Pinochet debe entregar la información que tiene sobre los detenidos y desaparecidos. El olvido no la a resolver el drama de las violaciones de derechos humanos.
Nosotros seguiremos luchando para alcanzar la verdad, lograr que se haga justicia y para que se recupere la memoria histórica para educar a las nuevas generaciones.