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El Sindicato Valle Hermoso advirtió que las movilizaciones
continuarán hasta que los erradicadores salgan de las zonas de Chapare y Yungas
Gobierno alista nueva ofensiva contra la
coca
Econoticiasbolivia.com
La erradicación de coca, con sus graves secuelas de violencia y violación de
derechos humanos, podría ser otra vez una amarga realidad dentro de muy poco en
Bolivia, según los planes del gobierno y de la cooperación internacional y
estadounidense.
A nombre del gobierno, el viceministro de Defensa Social, Roberto Pérez, anunció
oficialmente hoy que las acciones de erradicación, que hasta ahora se habían
centrado en la zona del Chapare, se ampliarían también a zonas excedentes e
ilegales de Yungas, en La Paz.
Pérez dejó en claro que la erradicación compensada de coca se daría sólo "en las
áreas que corresponda de Yungas, en el sector de Caranavi solamente". El monto
de compensación aún no fue precisado. Para las otras zonas yungueñas,
consideradas ilegales, la erradicación sería forzosa y militarizada.
En la zona tradicional del Chapare es también inminente una ofensiva contra los
cultivos cocaleros, tras que el gobierno manifestara hoy su "alarma" por un
presunto aumento acelerado de las plantaciones de coca, en el trópico de
Cochabamba, lo que supondría un renovado esfuerzo de erradicación forzosa y
nuevos conflictos sociales.
El ministro de Asuntos Campesinos, Diego Montenegro, anunció a Econoticias que
esta "preocupación" será comunicada este viernes a las seis federaciones de
productores de la hoja de coca de esa región en el reinicio del diálogo.
"Tenemos información de carácter preliminar de que en algunas regiones del
trópico de Cochabamba hubo un rápido crecimiento en las áreas sembradas de coca,
en algunos casos inclusive ingresando a áreas de los parques y reservas
nacionales", dijo.
Montenegro comentó que esta situación preocupa no únicamente al gobierno de
Bolivia, sino a la cooperación internacional.
ESTRATEGIA OFICIAL
El pasado miércoles, el gobierno boliviano aprobó una nueva estrategia de lucha
contra el narcotráfico que se sustenta, con preferencia, en la erradicación
forzosa de los cultivos y en la interdicción, y en menor medida en la prevención
y el desarrollo integral. Este plan, aprobado por el presidente, Carlos Mesa, y
los miembros del Consejo Nacional de Lucha Contra el Uso Indebido de Drogas (Conaltid)
cubrirá el periodo 2004-2008.
Según el viceministro de Defensa Social, Roberto Pérez, la nueva estrategia
antinarcóticos, que será presentada en breve al país, requerirá de una inversión
superior a los 900 millones de dólares.
En la esfera gubernamental se publicita que "una de las características de la
estrategia es promover un desarrollo alternativo integral, participativo y
sostenible, que permita resolver la problemática socio-económica de quienes
viven en las zonas productoras de coca y en regiones expulsoras de población".
También se destacan los "avances del desarrollo alternativo", que habría
experimentado en los últimos años un crecimiento importante, según los datos
oficiales. En el trópico de Cochabamba, la sustitución de cultivos ilícitos
superaría las 100.000 hectáreas en productos como el banano, el palmito, la
piña, el maracuya, entre otros productos agrícolas.
Sobre los otros y espinosos temas, las autoridades guardan un prudente silencio,
aunque los reportes que llegan desde el Chapare, donde más de 20 mil familias
viven en continua zozobra por la política gubernamental, son bastantes
elocuentes.
En esta zona, en la última semana, ya se registraron dos enfrentamientos entre
cocaleros y efectivos de la militarizada Fuerza de Tarea Conjunta. Incluso,
ayer, sólo la intervención de representantes del Defensor del Pueblo impidió que
la violencia estallara entre cocaleros y militares erradicadores.
Según el relato del defensor del Pueblo, Freddy Torrico, más de 200 cocaleras y
cocaleros de los sindicatos Villa Verde, Valle Hermoso y Unificado se
trasladaron ayer al Campamento Verde II de la Fuerza de Tarea Conjunta,
construido recientemente en Santa Fe, para expulsar a los 140 efectivos.
Torrico exhortó a los cocaleros para que no haya violencia; pero Freddy
Martínez, dirigente del Sindicato Valle Hermoso, advirtió que las movilizaciones
continuarán hasta que los erradicadores salgan de la zona.
"Los cocaleros exigimos el cese de la erradicación", dijo la dirigente Elena
Almendras.
En los Yungas de La Paz, donde se estima que están asentados otros 20 mil
cultivadores de la hoja de coca, la tensión va también en aumento, tras las
declaraciones oficiales y la abierta presión que ejerce la Embajada de Estados
Unidos para que se acelere la erradicación, lo que de producirse ocasionaría un
mayor distanciamiento entre el presidente Mesa y su principal aliado como es el
diputado cocalero y jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, a cuyo
mando responden las federaciones de productores de coca.