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Seguridad y defensa: tarea de todos y todas
La noticia de la reciente captura en una finca propiedad de un conocido
opositor, ubicada en una localidad cercana a Caracas, de más de cien
paramilitares extranjeros portando uniformes militares con distintivos del
Ejército de Venezuela, es una situación "fuera de lugar", que origina una gran
preocupación no sólo para los que nacieron en esta tierra sino para todos los
que en ella habitan.
¿Quién o quiénes decidieron que vinieran estas personas y para qué?, ¿quién los
financia?, ¿cómo lo hicieron?, ¿por qué los medios comerciales de difusión
masiva calificaron este hecho como un "show"? son interrogantes que se plantean
los pobladores de este país, las cuales se tornan más agudas después de conocer
las declaraciones de la Canciller de Colombia, Carolina Barco que señalan de
forma categórica: "Nunca se puede banalizar la presencia de células
paramilitares" (Panorama, pág. 1, 15/5/2004).
La respuesta a algunas de estas preguntas la proporcionarán los resultados de
las investigaciones así como el calificativo que les corresponda a estas
personas. Llamarlos "paramilitares", "mercenarios", o "invasores" es provisorio
podría tener mayor significado para algunos opositores, pero lo verdaderamente
importante es el origen de esta operación y eso sí se conoce: es una reacción
contra el proceso de cambios que se adelanta en Venezuela desde 1998.
Este proceso de cambios busca implementar una organización que le permita
impulsar programas y planes orientados a corregir la profunda desigualdad
existente producto de la exclusión, para incorporar paulatinamente a todos sus
pobladores al pleno goce y disfrute de los derechos humanos. Ejemplo de ello son
las Misiones.
La decisión de alcanzar la inclusión de toda su población al pleno goce y
disfrute de los derechos humanos y la vinculación de estos derechos con un
concepto integral de Seguridad y Defensa no es una decisión de sus gobernantes
sino un mandato constitucional aprobado mediante consulta electoral, libre y
soberana. Este mandato está contenido en el Artículo 322 de la Constitución
Nacional, y señala lo que sigue:
"La seguridad de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado,
fundamentada en el desarrollo integral de ésta y su defensa es responsabilidad
de todos los venezolanos y venezolanas; también de las personas naturales y
jurídicas, tanto de derecho público como de derecho privado, que se encuentren
en el espacio geográfico nacional."
El concepto de desarrollo integral se encuentra en el Artículo 4 de la Ley
Orgánica de Seguridad de la Nación, estableciendo que: "El desarrollo integral,
a los fines de esta Ley, consiste en la ejecución de planes, programas,
proyectos y procesos continuos de actividades y labores que acordes, con la
política general del Estado y en concordancia con el ordenamiento jurídico
vigente, se realicen con la finalidad de satisfacer las necesidades individuales
y colectivas de la población, en los ámbitos económico, social, político,
cultural, geográfico, ambiental y militar."
El cumplimiento de este mandato constitucional inevitablemente coloca al
Gobierno venezolano en una disyuntiva, las medidas de carácter económico
necesarias a adoptar para lograrlo requiere de una redistribución del ingreso
equitativa y justa, que no está en consonancia con las que exigen las empresas
multinacionales y sus aliados internos para mantener su dominio en la actual
etapa del sistema capitalista: el imperialismo.
Estas medidas despiertan la ira de los sectores acostumbrados tradicionalmente a
percibir groseras ganancias. Por esa razón los sectores internos dirigidos y
financiados por sus socios externos trasladan hasta Venezuela a este grupo de
jóvenes colombianos, conocidos en su país como "paramilitares", cuya sola
mención provoca terror por la estela de sangre y muerte que dejan a su paso en
las regiones donde llegan. El propósito de traerlos es paralizar los cambios que
atentan contra los intereses imperialistas, utilizando para ello el terror.
La aplicación de métodos crueles e inhumanos para impedir la formación de grupos
que se opongan o se resistan a las imposiciones imperialistas, por parte de los
sectores económicos poderosos para mantener su dominio en Latinoamérica y en el
mundo entero no son nuevos ni pasaron a formar parte de un pasado lejano.
Baste para confirmar lo dicho, la información publicada hoy por el periódico
Ultimas Noticias (Pág.14) y difundida también por Radio Nacional de Venezuela,
que da cuenta del ingreso de indígenas huyendo de la violencia de los
paramilitares colombianos: "El número de indígenas colombianos de la étnia Wayu
que cruzaron la frontera amenazados de muerte por los paramilitares de ese país
y solicitaron la protección del gobierno venezolano, ayer aumentó a 302, de los
cuales 100 son menores de edad."
El presidente de la Cruz Roja Internacional, señor Carlos Montiel declaró:
"Todas estas personas llegaron procedentes de Bahía Portete, en la alta Guajira
colombiana y necesitan urgentemente ayuda material y psicológica, ya que además
de carecer de alimentos y de medicinas para que sean tratados principalmente las
enfermedades de la piel, muchos de ellos se encuentran traumatizados debido a
que escaparon de una muerte segura o vieron morir a sus familiares."
Para evitar tragedias como esta, las autoridades de gobierno que tienen la
obligación de velar por la seguridad de los habitantes y del territorio del
país, activan la aplicación del complemento que acompaña a la seguridad: la
defensa integral, estipulada en el Artículo 1° de la Ley de Seguridad de la
Nación al señalar: "La presente Ley tiene por objeto regular la actividad del
Estado y la sociedad, en materia de seguridad y defensa integral, en
concordancia a los lineamientos, principios y fines constitucionales."
La defensa integral según la Ley de Seguridad de la Nación "es el conjunto de
sistemas, métodos, medidas y acciones de defensa, cualesquiera sean su
naturaleza e intensidad, que en forma activa formule, coordine y ejecute el
Estado con la participación de las instituciones públicas y privadas, y las
personas naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras, con el objeto de
salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia, la soberanía, la
integridad territorial y el desarrollo integral de la Nación."
El llamado formulado el domingo 16 de mayo de 2004, por el Presidente Hugo
Chávez a todos los venezolanos y venezolanas a defender la paz, la
independencia, la soberanía y el espacio geográfico del país tiene su fundamento
en esta Ley, establecido de la siguiente forma en sus artículos 5, 6 y 7:
Corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad
Artículo 5. El Estado y la sociedad son corresponsables en materia de seguridad
y defensa integral de la Nación, y las distintas actividades que realicen en los
ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar,
estarán dirigidas a garantizar la satisfacción de los intereses y objetivos
nacionales plasmados en la Constitución y las leyes.
Alcance de la seguridad y defensa integral
Artículo 6. El alcance de la seguridad y defensa integral está circunscrito a lo
establecido en la Constitución y las leyes de la República, en los tratados,
pactos y convenciones internacionales, no viciados de nulidad, que sean
suscritos y ratificados por la República, y en aquellos espacios donde estén
localizados nuestros intereses vitales.
Ámbito de aplicación de la ley
Artículo 7. Las disposiciones de la presente Ley serán de obligatorio
cumplimiento para las personas naturales o jurídicas venezolanas, bien sean de
derecho público o privado, cualquiera sea el lugar donde se encuentren, y para
las personas naturales o jurídicas extranjeras, residentes o transeúntes en el
espacio geográfico nacional con las excepciones que determinen las leyes
respectivas.
Ante la situación planteada el cumplimiento de la corresponsabilidad en la
seguridad y defensa es un deber ciudadano. Alcanzar el pleno goce y disfrute de
todos los derechos humanos no depende sólo de las instituciones del Estado, sino
de todos los que en esta tierra vivimos.