Latinoamérica
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La Revolución Bolivariana y Antiimperialista
Omar Gómez
Caracas, 19 de mayo de 2004
Desde que el Sr. Francis Fukuyama proclamara "El fin de la historia", el
neoliberalismo y la globalización imperialista no habían tenido un tropiezo más
serio que esta Revolución Bolivariana. Con ese "fin" de la historia hace su
aparición el pensamiento único, el cual expresa que sólo el modo de producción
capitalista es posible en el mundo. Sobre ese andamiaje económico, se estructura
una ideología política de la globalización, y una práctica de la política
expresada en la democracia representativa.
Pero ese gran tropiezo del Imperialismo, fue señalado a viva voz este domingo 16
de mayo en la Av. Bolívar de Caracas, cuando el Presidente Chávez sentenció que
esta es una Revolución Antiimperialista. Se desenmascara así una farsa repetida
múltiples veces, en la que se confunde el Imperialismo con el Internacionalismo
Estadounidense. En ese sentido, las cínicas declaraciones de Kim R. Holmes,
Secretario de Estado adjunto para Asuntos de Organizaciones Internacionales
quedan al descubierto. Holmes declaró que "el internacionalismo norteamericano,
que no es proteccionista ni expansionista, procura preservar la libertad y
promover las oportunidades, la dignidad humana, la libertad, la prosperidad y la
paz tanto dentro de este país como en el exterior". Pero las claras
vinculaciones de los EEUU con el Golpe de Estado del 2002, el sabotaje petrolero
de ese mismo año, el financiamiento a las organizaciones opositoras que han
conspirado contra la Democracia venezolana y el caso d!
e los paramilitares, son indicios de que los EEUU no creen en ese
internacionalismo y han venido ejerciendo, por el contrario, el más despiadado
Imperialismo.
Ese Imperialismo Estadounidense se evidencia, en Latinoamérica, en las acciones
y políticas llevadas a cabo por el Banco Mundial, el FMI y la Organización
Mundial de Comercio. Se evidencia también cuando ignora de la forma más grosera
a las Naciones Unidas, como por ejemplo en las recientes invasiones a Irak y
Afganistán, y declara invasiones o golpes de estado (recordemos el caso de
Haití), sin que importen los organismos internaciones. La explotación de los
seres humanos, el hambre, el deterioro ambiental, las drogas, etc, son también
el resultado del Imperialismo. Este Imperialismo, por su esencia económica, es
el capitalismo monopolista, el de las grandes compañías y asociaciones,
trascendiendo al Estado y desechando fronteras y nacionalidades.
En Venezuela, el Imperialismo Estadounidense ha sido el actor con mayor
protagonismo en los intentos por derrocar al Gobierno Nacional. Por tal razón,
el Presidente venezolano, en su lucha contra el Imperialismo, esbozó lo que
serían las tres grandes líneas de acción para la defensa de la Revolución y la
lucha antiimperialista: la repotenciación de la Fuerza Armada Nacional, el
reforzamiento de la unión cívico-militar y la organización popular en la defensa
territorial. En ese sentido, y dentro de esas tres grandes líneas de acción, es
importante que las organizaciones populares y de masa participen en el diseño e
implantación de políticas de defensa contra posibles intervenciones, hace tiempo
lejanas, pero hoy muy cercanas, luego de vivida la experiencia de los
paramilitares.
La movilización popular, ya no espontánea como en el 13 de abril de 2003, sino
en forma organizada, respondiendo a estrategias de combate, defensa y ofensiva
contra posibles invasores, se hace imprescindible en esta hora tan peligrosa que
vive Venezuela. Mientras los grandes medios de comunicación de masas, hacen todo
lo posible por presentar a los paramilitares colombianos como un hecho
pintoresco, presente sólo en la imaginación del Presidente, burlándose al llamar
la invasión como la guerra de los cachitos, mientras los medios se enfrascan en
esa tarea, es posible que los revolucionarios olvidemos la gravedad de lo
ocurrido y bajemos la guardia. Por el contrario, luego del triunfo que se anotó
el Gobierno Nacional, al descubrir a estos mercenarios, no debemos "dormirnos en
los laureles" y descuidar la seguridad y defensa nacional.
No olvidemos que para el Imperialismo, Venezuela es un gran tesoro de riquezas
energéticas incalculables, y por lo tanto no descansará, ni tampoco sus títeres
nacionales, en buscar el derrocamiento del Gobierno y la derrota de la
Revolución Bolivariana.
ofgomez@espacioautogestionario.com