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Latinoam�rica

Estilos ordinarios y estilos cultos

La viga en el ojo propio

La democracia se deval�a, la pobreza se infantiliza, los autoritarismos regresan como la opci�n posible y las desigualdades se acent�an. Pero en Uruguay, donde cada vez hay m�s ni�os hambrientos, para Julio Mar�a Sanguinetti el problema son los estilos ordinarios que degradan la vida c�vica e instauran la mentira y la falsedad.

Samuel Blixen
Brecha

CUESTI�N DE ESTILOS 1 Seg�n un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la mitad de los latinoamericanos prefiere el desarrollo econ�mico a la democracia. La brecha entre "democracia electoral y democracia ciudadana" ha acentuado la desigualdad y la pobreza. Am�rica Latina tiene la mayor desigualdad en distribuci�n de ingresos del planeta, dice el informe, de modo que entre un gobierno autoritario y un gobierno electo, los latinoamericanos se inclinan por la satisfacci�n de sus necesidades b�sicas. Seguramente sin haber le�do el informe, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Anne Krueger, impl�citamente amenaz� con "posibles turbulencias" en aquellos pa�ses que no incrementen el super�vit fiscal, es decir, all� donde no se aplique la ortodoxia fondomonetarista con el rigor y la constancia que lo hace aqu� el ministro Isaac Alfie. La reacci�n no se hizo esperar: en Asunci�n, durante un encuentro de presidentes de congresos de la regi�n, el ex presidente argentino y actual secretario permanente del mercosur, Eduardo Duhalde, se pregunt�: "�A qu� turbulencias se refiere esta se�ora?, �a las de Bolivia, donde en medio de la crisis pol�tica de octubre pasado esa se�ora aconsej� bajar las jubilaciones, los salarios y aumentar los impuestos?". Y le recomend� a la "dama de hierro" del fmi: "Anina re hodeti", que en guaran� significa "dejate de joder".
La "groser�a" de Duhalde s�lo pretend�a exponer la ceguera de los tecn�cratas del Norte, al parecer ignorantes de que las pol�ticas de ajuste y de privatizaciones de la �ltima d�cada (d�cada en la que aparentemente se ha consolidado la democracia electoral) son la causa de la intolerable injusticia latinoamericana: "En 15 de los 18 pa�ses estudiados, m�s del 25 por ciento de la poblaci�n vive bajo la l�nea de pobreza, y en siete de ellos m�s de la mitad de la poblaci�n vive en esas condiciones. Todo ello pese a que en 11 pa�ses la pobreza disminuy� y en 15 aument� el pbi per c�pita entre 1991 y 2002", dice el informe encomendado por el PNUD a un equipo de estudiosos dirigido por el ex canciller argentino Dante Caputo.
El estudio abarc� una encuesta realizada en mayo de 2002 a 18.643 personas de 18 pa�ses latinoamericanos y una consulta, sin valor estad�stico, a 231 l�deres pol�ticos, empresariales e intelectuales de Am�rica Latina. La conclusi�n fue que "la pobreza y la desigualdad no permiten que los individuos se expresen como ciudadanos con plenos derechos y de manera igualitaria en el �mbito p�blico, y erosionan la inclusi�n social". Todos los pa�ses de Am�rica Latina presentan m�s desigualdades que el promedio mundial, desigualdades en gran medida explicadas por el incremento del desempleo. El PNUD plantea la urgencia de poner en marcha "una pol�tica generadora de poder democr�tico, cuyo objetivo sea la ciudadan�a integral", para afrontar el problema de la pobreza y la exclusi�n social, donde "la persona acceda armoniosamente a sus derechos c�vicos, sociales, econ�micos y culturales", para revertir "la devaluaci�n del capital democr�tico de la regi�n", seg�n palabras de Caputo.
CUESTI�N DE ESTILOS 2. Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (unicef), difundido el mi�rcoles 28, revela que en Uruguay uno de cada diez beb�s menores de un a�o padece desnutrici�n cr�nica (entendida como la carencia de alimentaci�n durante un per�odo prolongado, lo que hipoteca su crecimiento y desarrollo integral). La misma situaci�n afecta al 16 por ciento de los menores de dos a�os; 12 mil ni�os menores de cinco a�os viven por debajo de la l�nea de indigencia en hogares que no tienen los recursos necesarios para la alimentaci�n b�sica; un 5,4 por ciento de los ni�os uruguayos est� subalimentado; y 104 mil ni�os, es decir m�s de la mitad de la poblaci�n infantil, viven por debajo de la l�nea de pobreza en hogares con carencias m�ltiples.
Este dram�tico cuadro expresa lo que unicef define como "infantilizaci�n de la pobreza en Uruguay", un cuadro que puede ser aun m�s agudo porque los estudios realizados en funci�n de los registros de policl�nicas p�blicas y privadas no comprenden a unos 20 mil ni�os que no tienen ning�n tipo de cobertura asistencial. Seg�n el organismo, la "infantilizaci�n de la pobreza", un problema que viene creciendo desde hace d�cadas (y que coincide -cu�ndo no- con el explosivo crecimiento de la deuda externa y sus recetas para el pago), tuvo un pico explosivo con la crisis econ�mico financiera de los �ltimos tres a�os: en 2001 la poblaci�n infantil por debajo de la l�nea de pobreza comprend�a al 39 por ciento, es decir, unos 81.120 ni�os; en 2002 trep� al 46 por ciento, 95.600 ni�os; y en 2003 a 104 mil, aproximadamente la mitad de la poblaci�n infantil.
El agravamiento del fen�meno est� directamente vinculado con la crisis bancaria de 2002, de modo que es posible prever nuevos �ndices si, como reclama Anoop Singh, director para el Hemisferio Occidental del fmi, Uruguay acelera las reformas estructurales en el sistema bancario para enfrentar los problemas de pago de la deuda externa derivados de los inminentes aumentos de las tasas de inter�s internacionales.
Hay una estrecha relaci�n entre ni�os pobres y banqueros ricos, entre infantilizaci�n de la pobreza y capitalizaci�n de bancos, entre desnutrici�n y vaciamiento. Hay tambi�n una estrecha relaci�n entre los gobiernos responsables de esta situaci�n y el silencio de los pol�ticos que asumieron esas responsabilidades.
De la infantilizaci�n de la pobreza no habl� para nada el ex presidente Julio Mar�a Sanguinetti en sus �ltimas apariciones electorales, cuando defini� al Partido Colorado como "la modernidad" y al ep-fa como "el retraso". Sanguinetti conden� la "mentira y ordinariez" del Frente Amplio en general y del senador Jos� Mujica en particular; critic� el "estilo populachero que desvaloriza a la propia gente", y propuso "enfrentar la instauraci�n de la falsedad e ignorancia" para el caso de que la izquierda acceda al gobierno. La mentira y la falsedad provienen, seg�n el ex presidente, de la reacci�n de la direcci�n del ep-fa ante las manifestaciones de uno de sus t�cnicos, el economista Carlos Viera, sobre la necesidad de que el agro haga aportes al fisco. Como era previsible, como ocurri� antes con la propuesta del impuesto a la renta personal, las apreciaciones de Viera (que en esencia se refer�an a eliminar las exoneraciones para cuando la econom�a del agro se estabilizara) fueron demonizadas como la intenci�n de crear nuevos impuestos, aunque sin confesarlo. La "ordinariez" est� referida al exabrupto del senador Mujica, quien calific� de "choricez" la ingenuidad del planteo de Viera frente a los lobos; no importa que Mujica haya pedido excusas, la ordinariez est� instalada y ser�, de ahora en adelante, como "la mentira y la falsedad", un atributo definitorio de la izquierda, por la simple v�a de la reiteraci�n y la amplificaci�n.
Es, ni m�s ni menos, que la t�ctica de anteponer el estilo al contenido. Ni Sanguinetti ni el presidente Jorge Batlle "recordaron" que el Partido Colorado -que en la campa�a electoral de 1999 promet�a "no devaluar"- aplic� una docena de nuevos impuestos en los �ltimos cuatro a�os. Y tambi�n "olvidaron" que la crisis del agro se acentu� dram�ticamente con la pol�tica de atraso cambiario que consolid� Sanguinetti en su �ltima presidencia y que Batlle mantuvo hasta el crac bancario de 2002.
Pero las inconsistencias en los discursos no parecen ser motivo de alarma. La realidad transcurre por otros carriles. Una manera de evitar la explicaci�n de lo que ocurre
-de la infantilizaci�n de la pobreza, de la pobreza misma acentuada, de la desocupaci�n, del origen de la crisis del agro o la impunidad de los banqueros corruptos- se expresa en la capacidad para desarrollar un discurso, ese s� terrorista: "La izquierda degrada la vida c�vica, entristece la sociedad, aplica la psicolog�a del baj�n, lo que desemboca en el empobrecimiento moral", dice Sanguinetti, ya desbocado, atribuyendo a la izquierda las consecuencias de una pol�tica de la que �l y sus colegas de la derecha son los �nicos responsables.
El estilo reitera una concepci�n, la misma que se puede advertir como elemento protag�nico de esa degradaci�n de la democracia real que se llena la boca con las manifestaciones de la democracia formal y que lleva a una porci�n de la poblaci�n latinoamericana a a�orar ciertos "autoritarismos". El estilo "culto" tiene la capacidad de inventar una realidad y demonizar todo con la inoculaci�n del miedo, como instrumento de preservaci�n de los privilegios, contracara de la desigualdad.
Con una envidiable capacidad de s�ntesis, Eduardo Galeano pint� el cuadro de las tendencias dominantes en el reportaje televisivo de Sonia Breccia en Canal 5, el viernes 23: el miedo se expande en forma universal, cada d�a inventan un miedo nuevo, funcional a los estilos de esos pol�ticos que mienten y mienten, mienten con sinceridad, mienten hasta cuando duermen. Y para colmo, se podr�a agregar, acusan a los dem�s de mentir.



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