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Sendic: El testimonio de Jorge Zabalza
"Un remolino de hechos"
Ex dirigente tupamaro, Zabalza no pertenece actualmente a ninguna
organización, aunque es un activo militante social. "El pensamiento de Sendic
impulsaba un programa, una línea de acción y una práctica política completamente
distinta a la que la izquierda lleva hoy adelante", dijo a BRECHA.
Jorge Velázquez
Brecha
Para Zabalza la frase "pasó por la vida creando remolinos de hechos", utilizada
por Samuel Blixen en su biografía sobre Sendic, "pinta al Bebe de pies a cabeza"
y es un testimonio de la coherencia que mantuvo siempre entre pensamiento y
práctica.
-¿Un pensamiento aún vigente?
-Más que nunca, pero antes quiero referirme a su coherencia. En 1958
escribió en el periódico socialista El Sol que la democracia tiene una cara y
una careta. La careta es esa apariencia de libertad que sólo experimenta la
gente rica y que se muestra al exterior pero que en ningún país puede resistir
la prueba de fuego de la lucha de clases. Este pensamiento, que hoy nadie cita
ni cuando se le realizan actos recordatorios, es una de las pruebas de que él
nunca creyó que la apertura democrática del 85 trajera soluciones políticas y
económicas para los más desprotegidos.
-¿Y cuál era la alternativa?
-La que dio a conocer en el acto del Franzini en 1987, oficializando el
planteo que se había discutido con mucha intensidad dentro del MLN: la creación
de un Frente Grande y la formación del Movimiento por la Tierra y contra la
Pobreza. Dos consignas cada día más vigentes, porque la tierra se ha concentrado
y extranjerizado aun más en estos últimos 20 años, mientras la pobreza aumenta
sin cesar.
-Aquella propuesta generó polémica en la izquierda.
-Cierto, y hoy además resulta tergiversada por algunos que la compartieron.
En el Franzini Sendic especificó que el Frente Grande no podía ser producto de
un acuerdo de dirigentes y cúpulas políticas, sino de la conformación de una
gran base que nucleara a las organizaciones y luchadores sociales, fueran éstos
religiosos, anarquistas, blancos, colorados, tupamaros, comunistas. No para
competir con el FA. Por el contrario, podría complementar lo que la izquierda
institucionalizada realizara a nivel partidario. Ahora sorprende escuchar a
compañeros como Julio Marenales y Eleuterio Fernández Huidobro referirse al
Frente Grande como una etapa más amplia del FA, mientras Raúl decía "queremos
formar un Frente Grande y entrar al FA para que la izquierda sea sin
exclusiones, pero no para buscar una unidad para transar, ni unidad para transar
con los que transan". Y agregaba: "en eso seremos imbancables". Siempre sostuvo
que era sólo desde abajo y con una gran autonomía respecto a los partidos que se
podría obligar al espectro político a adoptar medidas a favor de los sectores
populares. De allí que se negara a intervenir en la lucha institucional y
parlamentaria y en cambio realizara cientos de reuniones en todo el país
generando hechos que esta vez nada tenían que ver con las armas, pero sí con una
concepción revolucionaria de las luchas sociales.
-¿Cuáles eran los puntos básicos de la propuesta?
-El no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca, la reforma
agraria y un incremento sustancial de salarios y jubilaciones como forma de
incentivar el mercado interno.
-Hoy nadie habla del no pago de la deuda.
-Como para él no constituía un simple eslogan, estaría encabezando un
movimiento en ese sentido. Aseguraba que era menos ilusorio negarse a pagar la
deuda que lograr una refinanciación con el FMI que favoreciera al pueblo
uruguayo.
-¿Y la nacionalización de la banca?
-En Mate Amargo denunció antes que nadie el secreto bancario, que protegía
el narcotráfico y la venta internacional de armas, los dos principales rubros
ilegales de la economía mundial que manejan el dinero sólo con fines
especulativos. Pensaba que la nacionalización de la banca, junto al tema del
agro, resultaban imprescindibles para adoptar decisiones económicas que
incentivaran la producción.
-De la reforma agraria tampoco se habla.
-Sin embargo resulta sencillo seguir su línea de pensamiento y verificar su
vigencia. En el campo está nuestra mayor producción y quien sigue beneficiándose
es la misma rosca agroindustrial exportadora de la época en que él luchaba junto
a UTAA con la consigna de "la tierra para quien la trabaja". Y hablaba de ello
con los peludos, no con los latifundistas; hablaba del arroz con los peones
arroceros, no con Manini Ríos. Claro que no está planteado tomar los fusiles,
pero continúa siendo vigente su postura de que era imposible resolver la miseria
y la desocupación sin la reforma agraria. Si hoy se soslaya la tenencia de la
tierra, el Uruguay productivo es sólo una consigna hueca.
El shock salarial era otro de los ejes programáticos, porque fue un firme
propulsor del desarrollo del mercado interno, similar al del viejo batllismo o
al de Wilson Ferreira, en la medida que constituye un aspecto sustancial para
generar puestos de trabajo.
Su muerte permite sólo hipótesis de cómo se hubiera desarrollado el movimiento
social a través del Frente Grande. O sus reflexiones sobre economía, por ejemplo
la creación de dos monedas, una para el consumo necesario y otra para el consumo
suntuario y el comercio exterior, o la posibilidad de crear cooperativas de
trabajadores dentro de lo que denominaba "nichos" del sistema burgués. Pero la
práctica política de Sendic sí admite una certeza: él nunca estaría sentado en
el Parlamento realizando acuerdos con cúpulas blancas y coloradas.
Un último aspecto de su pensamiento que tiende a olvidarse es el de la
solidaridad. Cuando el 23 de enero de 1987 un grupo de luchadores argentinos
intentó tomar el cuartel de La Tablada, Raúl logró que el MLN mantuviera su
solidaridad con quienes, más allá de los errores que hubieran cometido,
resultaron muertos y torturados, y evitó lo que pretendían otros dirigentes
tupamaros, sumar el MLN a la derecha y a los sectores mayoritarios de la
izquierda en la satanización que se hizo de aquellos compañeros.