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Latinoam�rica

Bolivia: Ruido de sables en Palacio Antonio Peredo Leigue

ALAI-AMLATINA

La tarde del viernes 7 de mayo, el rumor comenz� a correr por todo el pa�s: los militares estaban acuartelados. Al paso de las horas, el rumor se convirti� en certeza: hacia las 8 de la noche, el alto mando militar lleg� a Palacio de Gobierno en traje de combate. Fue s�lo despu�s de las 11 de la noche que se estableci� cu�l era el motivo real de esa movilizaci�n: la molestia ante el fallo del Tribunal Constitucional que estableci� que, los militares implicados en al menos 2 muertes durante los tr�gicos sucesos de febrero del a�o pasado, deb�an ser juzgados por tribunales civiles y, por tanto, los juicios castrenses que los liber� de culpas, quedaban anulados.
Al concluir la entrevista con el presidente Carlos Mesa, el Ministro de Defensa dio una lac�nica conferencia de prensa anunciando que, cuando los militares conociesen formalmente el fallo, har�an conocer su criterio. Este domingo, en un aviso pagado en la prensa nacional, reclamaron al Tribunal la revisi�n de su fallo, recordaron su largo periodo de apego a la Constituci�n y alertaron que la democracia estaba en peligro.
Para este lunes 10, se anunci� que los jefes de las unidades militares, se reunir�an en el Gran Cuartel de Miraflores (La Paz) para deliberar sobre las acciones que tomar�an en torno a lo que consideran un atentado contra sus privilegios.
Un octubre imperdonable En los acontecimientos de septiembre y octubre pasados, que concluyeron con la renuncia de Gonzalo S�nchez de Lozada, las movilizaciones populares enfrentaron la represi�n de las Fuerzas Armadas. La polic�a apenas tuvo participaci�n en acontecimientos que la rebasaron desde los primeros d�as.
Por supuesto, el tr�gico saldo de esas jornadas -cerca a 90 muertos y casi 3 centenas de heridos-, era responsabilidad de los militares. Pese a la repulsa p�blica por la actuaci�n que ellos tuvieron, el presidente proclamado el 17 de octubre, Carlos Mesa, ratific� al alto mando militar. Es m�s: fue a sugerencia de �stos, que Mesa nombr� al general retirado Arredondo, como Ministro de Defensa.
A principios de este a�o se nombr� a las nuevas autoridades castrenses, pero todo indica que la estructura que se construy� durante la administraci�n anterior sigue intacta.
Es p�blico el hecho de que, los mandos castrenses, han tenido una estrecha relaci�n con los partidos que est�n en el gobierno. De aqu� se concluye que, los jefes militares apenas soportan la situaci�n que actualmente vive el pa�s.
Los aprestos de golpe Hace algo m�s de una semana, el Ministro de Defensa debi� responder a dos interpelaciones simult�neas en la C�mara de Diputados. Primero la bancada de Nueva Fuerza Republicana (NFR) y, acto seguido, los representantes del Movimiento al Socialismo (MAS), emplazaron al ministro a que revele toda la informaci�n que tuviese en relaci�n a conspiraciones en la que, aparentemente, est�n implicados militares en retiro y otros activos. Por supuesto, la respuesta fue absolutamente negativa, aunque sus argumentos fueron evasivos. La interpelaci�n concluy� sin censura, por el voto de los partidos que fueron el apoyo de S�nchez de Lozada, en el pasado inmediato.
La denuncia del MAS, aparte de mencionar a varios militares retirados, acus� al propio ministro Arredondo de estar participando en la conspiraci�n. Pese a tales evidencias, hubo incluso algunos parlamentarios, que se declaran populares y de izquierda, quienes votaron d�ndole su confianza al ministro interpelado.
Perspectivas El pronunciamiento militar -porque se trata, ni m�s ni menos, que de esto-, ocurre en momentos en que, varios sectores populares est�n movilizados en demanda de sus necesidades y de la recuperaci�n de los hidrocarburos. El dirigente de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares, anunci� que esta semana se radicalizar�an las medidas de presi�n que, los d�as anteriores, fueron m�s bien aisladas.
Pero, una amenaza de estas caracter�sticas, puede provocar un vuelco en tal estado de cosas. Tradicionalmente, los aprestos militares han sido repudiados por las organizaciones laborales. Tal reacci�n puede producirse en las pr�ximas horas.
Una aventura de las caracter�sticas que tiene este pronunciamiento, aparte del repudio internacional, contar�a con una m�nima base interna: talvez, los grupos m�s recalcitrantes de lo que, en la jerga pol�tica local, se conoce como "gonismo". Pese a eso, no puede descartarse que los mandos militares, reunidos este lunes, consideren abiertamente las posibilidades que tendr�an de imponer su propia visi�n de la perspectiva nacional que, por supuesto, es contraria al proceso de democracia participativa que se est� dando en el pa�s.



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