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Petroleras se burlan del pueblo y mandan gas a Chile
Econoticiasbolivia.com
A espaldas de la población, las transnacionales petroleras exportaron gas
boliviano a Chile a precio subsidiado en la primera mitad del 2004, confirmó la
Superintendencia de Hidrocarburos.
"Eso de que no se va a exportar ni una molécula de gas a Chile (tal como dijo el
ministro de Hidrocarburos, Xavier Nogales) es una soberana mentira. La petrolera
Chaco (controlada por la estadounidense Amoco Petroleum) exportó a Chile 455
toneladas de gas licuado de petróleo entre enero y abril del 2004", denunció el
diputado de la derechista Nueva Fuerza Republicana (NFR), Dante Pino.
La denuncia fue confirmada por la Superintendencia y puso en evidencia, otra
vez, que las petroleras extranjeras hacen lo que quieren con el gas y el
petróleo boliviano, amparados en una lesiva legislación neoliberal que les ha
entregado a vil precio la propiedad y el control total sobre la riqueza
hidrocarburífera nacional.
La venta de gas licuado a Chile se da en momentos en que el gobierno del
neoliberal Carlos Mesa es presionado por la Central Obrera Boliviana (COB) y
otras organizaciones sociales para ir hacia la nacionalización del gas y el
petróleo, recuperando estas riquezas que hasta ahora sólo han beneficiado a las
transnacionales.
Al privatizarse la industria petrolera, en la década de los años 90, el
empobrecido Estado boliviano perdió más de 200 millones de dólares anuales en
ingresos fiscales y la población tiene que pagar el precio internacional por
consumir sus propios carburantes.
Las transnacionales petroleras han impuesto en el mercado interno para los
carburantes un precio de venta que es mucho mayor al que pagan los consumidores
brasileños y chilenos, a los que se exporta gas y otros derivados.
En el caso del gas licuado de petróleo, el precio de venta para Chile es de 200
dólares la tonelada, cuando en el país se comercializa a 350 dólares, según la
denuncia de la NFR, hecho que refuerza la percepción ciudadana sobre las
características de un negocio que favorece muy poco a los bolivianos, pero mucho
a las transnacionales petroleras y a las empresas y consumidores de otros
países.
El parlamentario de la NFR aseguró que el gobierno del neoliberal Carlos Mesa
"tiene conocimiento de que cada día ingresan cisternas procedentes de Chile
hasta la planta productora de GLP de la empresa Chaco, ubicada en la provincia
Carrasco del departamento de Cochabamba para realizar el transporte del
carburante".
La noticia sobre esta exportación generó críticas de los sectores sociales que
demandan, además de la nacionalización del gas y su industrialización en el
país, una política más firme con Chile para recuperar la salida al mar,
arrebatada en una guerra de conquista desatada por la oligarquía chilena en
1879.