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La Central Obrera Boliviana (COB), convertida otra vez en la vanguardia del pueblo oprimido y rebelde del Altiplano, alista todas sus fuerzas para convertir el primero de mayo en una jornada revolucionaria, que ponga en marcha una nueva ofensiva en contra del neoliberalismo y de las transnacionales que se han apoderado de las riquezas y del futuro de Bolivia.

"Todos los sindicatos que tengan conciencia revolucionaria tienen que asistir a las concentraciones del primero de mayo y participar activamente de la huelga general indefinida y del bloqueo de caminos", dijo el líder de la COB, Jaime Solares.

La convocatoria de la COB ya fue aceptada por los campesinos leales al "Mallku" Felipe Quispe, que han comenzado ya los primeros bloqueos de carreteras en el Altiplano, junto a radicalizados grupos de estudiantes que luchan por acceder a los cursos iniciales de las Normales. "Los bloqueos están confirmados para el 3 de mayo", aseguró el ejecutivo de la Federación de Campesinos de La Paz, Rufo Calle.

El respaldo a las demandas de la COB para nacionalizar el gas y el petróleo, y acabar con el neoliberalismo, también encontró eco en otro baluarte de la lucha social. "El Alto se movilizará desde el 1 de mayo para decidir la suerte del actual gobierno, toda vez que continúa con su posición entreguista", advirtió Roberto de la Cruz, otro de los líderes de la insurrección popular que derrocó, en octubre, al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y que ahora otra vez está en marcha contra el gobierno de su sucesor, el también neoliberal Carlos Mesa.

SECTORES EN LUCHA

Otros que han ratificado su adhesión a la lucha de obreros, mineros y campesinos son los campesinos sin tierra, los maestros urbanos y rurales, y los trabajadores en salud. El dirigente los profesores de la ciudad de La Paz, René Pardo, informó que su sector, reunido en un ampliado nacional, determinó iniciar el "proceso de conflicto" el 3 de mayo a través de una "huelga de hambre selectiva". Añadió que el 10 de mayo iniciarán el paro nacional indefinido. Los trabajadores en Salud cumplen ya un paro de 24 horas y se alistan para la huelga general.

Los transportistas y comerciantes minoristas, que protagonizaron una imponente movilización la pasada semana, también anunciaron, por boca del ejecutivo de los choferes, Angel Villacorta, que respaldarían las acciones de la COB, si el gobierno no atendía sus demandas para congelar el precio de los carburantes y dejaba de lado su inicial intención de aumentar tributos en esos sectores.

Similar actitud asumirían los trabajadores y estudiantes universitarios, que volverían a marchar sobre La Paz en dos semanas más ante la falta de atención efectiva a sus demandas. Hoy, en Cochabamba, los universitarios marcharon por el centro citadino protestando por la falta de soluciones a su pedido de un mayor presupuesto.

"La oligarquía se une. Los trabajadores también debemos unirnos en torno a la COB", dijo de la Cruz a una radioemisora local desde la región lacustre de Copacabana, donde se reunía con dirigentes campesinos para coordinar bloqueos y otras acciones. "Después de la marcha del 1 de mayo se elaborará un cronograma de movilizaciones y voy a sugerir una marcha desde Caracollo (a 100 kilómetros de La Paz)", anunció.

EL FRENTE NEOLIBERAL

En el sector laboral, sólo los sindicatos y sectores leales al Movimiento al Socialismo (MAS) y a su líder, Evo Morales, aseguraron que no participarían de las protestas, reeditando la conducta que asumieron en la rebelión de octubre, cuando dieron la espalda a la COB y a la lucha contra el ex presidente Sánchez de Lozada.

Este es el caso, por ejemplo, de los cocaleros del Chapare y de los campesinos de Cochabamba, que siguen al dirigente agrario y diputado del MAS, Román Loayza.

"No estamos dispuestos a convulsionar más al país, porque así se pone en riesgo la democracia", dijo el dirigente cocalero Feliciano Mamani, mientras que Loayza calificó al "MallKu" como "cadáver político" que fracasaría en su intento por bloquear las carreteras del Altiplano. A coro, otros parlamentarios del MAS, como Gustavo Torrico y Antonio Peredo, afirmaron que "Solares y el Mallku estaban atentando contra la democracia". Casi lo mismo que hicieron y dijeron en las jornadas de octubre, en las que el pueblo luchaba, a piedra y palo, contra los tanques y militares carapintadas que respaldaban al régimen neoliberal.

Otros que criticaron a la COB fueron las autoridades gubernamentales y sus aliados. El viceministro de Coordinación Gubernamental, Carlos Agreda, lamentó los "irracionales pedidos que desembocarán en la convocatoria a un paro indefinido y a un bloqueo de caminos".

La Iglesia, la Asamblea de Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo también se han dado a la tarea de persuadir a los dirigentes obreros y campesinos para que dejen de lado las protestas y no vayan a la huelga y al bloqueo. Hasta ahora, este pedido tiene pocas posibilidades de éxito, por lo que el presidente Mesa ha instruido el acuartelamiento total de las tropas policiales y un estado de alerta en las Fuerzas Armadas.