Latinoamérica
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COLOMBIA: URIBE Y EL PARAMILITARISMO
¿Quién les cree?
Alberto Pinzón Sánchez
Cuando se le preguntó anteayer 20 de abril del 2004 al presidente de Colombia (comandante en jefe del Ejercito Nacional), por la suerte de su amigo y vecino de hacienda el jefe paramilitar Carlos Castaño, respondió tajantemente a los periodistas: 'no se de que me está hablando', a pesar de que pasó toda la Semana Santa en su finca de Montería llamada el Ubérrimo vecina a la del Capo Paramilitar, y que la operación encubierta que se ordenó a continuación para desaparecer a Castaño, según la declaración que publica 22,04,04 con sobrada razón el diario El Colombiano, y que fue dada por el otro Capo Paramilitar Salvatore Mancuso, la realizaron tropas de la Brigada del Ejercito n° 17 (las cuales según lo dejó filtrar el escolta herido y detenido iban vestidas de civil); y que también hoy (22,04,04), el Comisionado Presidencial para la Paz, Restrepo, según el diario local de Montería se encuentra reunido en secreto con Mancuso.
Así mismo, hoy 22 de abril, se le pregunta en la ciudad chocoana de Quibdó al Sr Embajador de los Estados Unidos en Bogotá Mr Wood, sobre las negociaciones para la entrega al gobierno de su país del jefe Paramilitar; lo que rotundamente es negado poniendo un punto final a la cuestión, muy a pesar de lo dicho en la mencionada y autorizada declaración de El Colombiano dada por Mancuso, quien dice textualmente:' Después de estos sucesos, nos enteramos por un amigo de Carlos y de todos nosotros al que le decimos cariñosamente Pacho Casanare, que Carlos lo llamó el día miércoles para despedirse y decirle que ahora sí era cierto que se iba para los Estados Unidos. Quizás todo esto sea una estrategia utilizada por el Comandante Castaño para argumentar su ida hacia el coloso del norte, o quizás una cortina de humo para salir del escenario público durante algún tiempo.'
El risueño obispo de Monteria quien ha servido de notario oficial del monologo bufo del Gobierno y sus Paramilitares, con el que se pretende cuadrar un circulo y lavar jurídica y económicamente de dos delitos contra la humanidad distintos cometidos por un Estado durante sus mas de 25 años de guerra contrainsurgente, como son el Genocidio y el Narcotrafico; al ver como esta otra 'operación encubierta' salpica su credibilidad y la de su superior el adusto cardenal Rubiano, reclama ingenuamente ' verdad y juego limpio'.
La verdad sobre lo acontecido al Capo Paramilitar Carlos Castaño va a ser muy difícil esclarecer en lo inmediato, pero lo que va quedando en claro tal y como muchos comentaristas independientes pertenecientes a la gigantesca categoría social de Perseguidos Por Carlos Castaño-PEPOCACA- lo habían previsto, es que el cachondeo de la cuadratura del circulo llamada proceso de paz con los Paramilitares, llegó a un punto en que era necesario sacar de la escena al 'hombre malo', para poner en ella al 'hombre bueno' que es Mancuso y poder continuar con la charada. Algo así como lo que se hizo entre Alvaro Uribe Vélez y su ministro del Interior el pícaro de cuello blanco defraudador de erario publico, ahora metido a escribidor de encubridoras cartas: Fernando (montesinos) Londoño.
Muy probablemente el socio mafioso Mancuso tenga la razón y Castaño como tantos otros casos de 'hombres preservativo' que sirven de antecedente; pongamos por caso el panameño 'Carepiña' Noriega o el haitiano Cedrás, o el Peruano Montesinos, arregló individualmente con sus 'entrenadores' del coloso del Norte la entrega de su rutas y algunos bienes, a cambio de una nueva identidad y una nueva vida conyugal, o quizás también, como en algunos otros casos digamos Ben-Laden o Saddam Hussein, entró en desgracia definitiva y entonces, su destino está sellado, muy en contra de lo que siente en lo profundo del corazón su esposa doña Kenia.
Mientras tanto el necrosado y corrompido Estado colombiano y su principal sostenedor, seguirán ocultando, mintiendo y desinformando con todo el poderío mediático conque cuentan, en su intento desesperado por quitarse de encima esa, su hechura, pero sin poder evitar las ordenes de extradición que desde las Justicias de Italia y España solicitan a Mancuso y toda la pandilla de Capos Paramilitares colombianos, para juzgarlos por dos delitos anti, e inhumanos Genocidio y Narcotrafico cometidos en defensa de un Estado que se supone Legítimo, y que en la legislación Europea no son Negociables.
* Alberto Pinzón Sánchez es médico y antropólogo, participó en la Comisión de los Notables en el pasado proceso de paz en Colombia y ahora como ensayista se dedica a impulsar una salida política al conflicto en su país.