Latinoamérica
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22 de april del 2004
Entrevista a Miguel Urbano sobre la situación en Colombia
Núcleo Mexicano de Apoyo a las FARC-EP
Miguel Urbano es periodista, escritor y militante del Partido Comunista de Portugal
Desde México percibimos que existe un fuerte cerco informativo en torno al conflicto social y armado que vive Colombia. Actualmente, incluso personas que analizan la realidad y los conflictos que viven distintos países del mundo, no voltean la mirada hacia la realidad colombiana. ¿Cuál es su opinión al respecto?
En la actualidad hay un fenómeno mundial: el control de los medios masivos de información por parte de los grandes grupos. Esto es un problema que se da en todo el mundo, pero no voy a ahondar en el tema, pues se trata de un asunto que han estudiado ya ampliamente especialistas como Noam Chomsky e Ignacio Ramonet en varios libros que son del conocimiento público, pero en el caso particular de Colombia hay que decir que el tipo de cerco impuesto es total, debido a que en aquél país existe un movimiento revolucionario que amenaza al sistema. Es por esto que se cierran completamente las puertas de los medios de información al asunto colombiano.
Las FARC, una guerrilla que existe desde hace 40 años, que resiste, es una verdadera amenaza para el Estado colombiano que, con todo el apoyo del imperialismo, con un tipo de intervención no ostensible -porque en realidad si hay una intervención-, da como resultado una unión sagrada de esfuerzos a nivel nacional e internacional para silenciar la historia de la guerrilla y confundirla con la del narcotrafico.
Es bien conocido que fue un ex embajador de Estados Unidos en Colombia, Luis Stamb, titular de los servicios de inteligencia, el que invento la frase de la narco-guerrilla para quitarle a las FARC credibilidad.
Yo conozco mucha gente seria, incluso en la izquierda, en Europa, que sigue creyéndose el cuento de la "guerrilla del narcotrafico", aunque no sepa nada de Colombia. Eso funcionó.
La segunda cuestión sobre la cual nos interesa su opinión es acerca del actual presidente colombiano, Alvaro Uribe Vélez (AUV). Queremos que nos diga quién es, cuál es su ideología, cuáles son los estratos y grupos de poder que lo sostienen, y qué representa para Colombia y América Latina
En varios artículos ya he expresado mi opinión sobre ésto. Uribe es un fascista que no puede asumirse como tal porque en Colombia hay una fachada democrática, hay una fachada institucional en el Estado, hay aspectos formales, un congreso que está supuestamente abierto, es por ésto que no puede declararse fascista, pero sin duda AUV es un fascista.
En otro contexto, en la España de Franco por ejemplo, en la Italia de Mussolini, en la Alemania de Hitler, en el Portugal de Salazar, Uribe seria un alto cuadro del sistema fascista, porque toda su ideología y todo su discurso político es el discurso del fascismo.
En Europa, por ejemplo, su viaje fue un desastre. Yo he estado muchas veces en la sala del parlamento -he sido diputado europeo. De un total de 630 eurodiputados, buena parte lo saludó con carteles donde le decían que era un fascista, porque verdaderamente ningún diputado aceptó su discurso y su teoría de la Seguridad Democrática, discurso que incluso para las burguesías europeas es muy duro, porque tiene evidente olor a fascismo.
Su concepción del millón de "sapos" -como llaman en Colombia a los delatores-, tiene mucha semajanza con lo que los europeos conocemos como fascismo; de igual manera, su falta de respeto por las instituciones es evidente, como en el caso del referendo que perdió. Inmediatamente después de conocidos los resultados del referendo, Uribe comenzó a hacer alianzas con los partidos políticos por fuera del parlamento para imponer los resultado que no pudo obtener mediante el referendo. Su concepción sobre la seguridad, que no es otra cosa que más represión, lo configura como un fascista.
Hemos leído en sus artículos sobre la experiencia que ha tenido usted de convivir con las FARC-EP en sus campamentos, así como de su presencia en San Vicente del Caguán durante los diálogos que sostuvieron las FARC-EP con el gobierno de Pastrana. Digamos, tiene una experiencia directa y por eso su testimonio nos parece muy importante sobre lo que ha sucedido actualmente en Colombia. Queremos preguntarle sobre la importancia que tiene actualmente la lucha que libran las FARC-EP y, desde su punto de vista, ¿cuál es la perspectiva de esta lucha?
Yo empleo aveces la palabra resistir, mejor dicho la empleo con mucha frecuencia. En este momento, cuando el poder económico y mediático (y su capacidad de controlar la información) llevó al pesimismo a nivel mundial -tanto que hizo creer que el imperialismo era invencible, y que no se podía luchar contra él- se hizo presente el reformismo. En este contexto se han hecho presentes fuerzas políticas, incluso de izquierda, que dicen querer humanizar al capitalismo, cosa que evidentemente no es posible y que pareciera decir: "vamos a hacer un capitalismo menos malo, reformarlo". Sin embargo hay otras tendencias en la izquierda, de las cuales comparto su opinión, que dicen que el capitalismo no es humanizable por esencia, sino deshumanizante, y que lo que queda entonces es luchar.
La lucha de las FARC en Colombia es un ejemplo de que es posible resistir. En Colombia está la prueba, de que en determinadas circunstancias históricas, geográficas, económicas, etc. se puede resistir por medio de las armas.
En Colombia, después de 40 años de lucha, las FARC resisten y siguen siendo una amenaza que puede reproducir una fuerza combatiente del tipo de las FARC en otro país, aunque hay que aclarar que no hay transposiciones mecánicas.
Para toda la humanidad progresista el ejemplo de las FARC, como el ejemplo de Cuba, como en este momento - aunque sea completamente distinto, ya que en este caso se intentan hacer transformaciones conquistando los espacios institucionales - el ejemplo de la Venezuela Bolivariana, son de suma importancia, ya que conforman un triángulo de resistencia en América. Las FARC son un desafío insoportable para el imperialismo.
Hay sectores de intelectuales y movimientos progresistas que aseguran que las FARC son una organización que perdió la perspectiva política, e insisten en que se trata sólo de una cuestión militar. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Yo tuve la oportunidad, como te mencioné antes, de pasar tres semanas en un campamento de las FARC. Para mi fue una experiencia de una riqueza total en todos los aspectos, y puedo asegurarte que pocas veces en la vida he encontrado revolucionarios como éstos, desde los Comandantes -ya que tuve la oportunidad de conocer miembros del Estado Mayor Central y del Secretariado, como el Comandante Raúl Reyes -, hasta los combatientes, la base. Yo todas las noches tenía con ellos charlas sobre historia -historia contemporánea e historia antigua de América Latina- y sobre esto escribí varios artículos que fueron publicados sólo en el Brasil y Portugal.
Puedo decirte que las FARC son una organización que combate por ideales, son una organización político militar que combate en circunstancias muy especiales, pero tienen la estructura también de un Partido Comunista armado ideológicamente, son un partido que asumen la herencia marxista, el pensamiento de Lenin y el pensamiento Bolivariano. A mí me impresionó mucho ver a combatientes de lo mas sencillo que hay, que apenas están alfabetizándose, charlar sobre las guerrillas peruanas de los años sesenta, sobre la guerrilla del Ñancahuazú, sobre las guerrillas urbanas, etc. Esto me parece que comprueba que para ser marxista no se necesita haber leído el Capital o ser académico, sino actuar como marxista.
En estos combatientes había una asimilación interesantísima de la practica del marxismo. Igualmente, me parece importante esa conciencia revolucionaria que va acompañada de una fuerte conciencia de clase, compartida por gente de varios orígenes sociales.
Hablando con algunos comandantes y con algunos amigos que viven por aquí y por allá en la vida clandestina y que acuden a eventos internacionales, cuando tomaba la palabra algún dirigente de las FARC -con seudónimos-, coincidíamos siempre en que eran las mejores intervenciones, las mejor estructuradas ideológicamente, ya que demostraban ser un partido con una sólida concepción de la transformación de la vida y la historia.
Todo esto podía verse cuando existía la mesa de dialogo en el nivel que había en las participaciones de las FARC. Fue en el fondo la hipocresía del gobierno de Pastrana la que termino con el dialogo, ya que se sentaba a la mesa con acuerdos que el gobierno había tomado previamente para empantanar la discusión. Así que la culpa del fracaso de los diálogos no es de las FARC, como suelen repetir hasta el cansancio los medios, sino del Estado colombiano, representado en este caso por el Alto Comisionado para la Paz, quien actuaba conforme a las directrices dadas por el ex presidente Pastrana.
Por eso me parece una mentira grosera decir que las FARC son una organización militar sin ideología. Es una organización que actúa bajo el concepto de lograr una sociedad y un proyecto; que busca una sociedad colombiana donde las más diversas fuerzas progresistas actúen por la transformación y por construir una Colombia democrática posible dentro de un determinado concepto.
Para finalizar, queremos que nos hable un poco sobre la cuestión del intercambio de prisioneros propuesto por las FARC-EP al gobierno colombiano, tema que actualmente tiene especial relevancia en Colombia. ¿ Cree usted necesario tal intercambio de prisioneros?
Yo creo que si hay algo a lo que Uribe le tiene miedo, es justamente al canje. Incluso ha cometido errores groseros, como por ejemplo permitir que la iglesia y algunos ex presidentes -particularmente López Michelsen- hicieran contactos con las FARC para después dar marcha atrás y no aceptar lo que él mismo había propiciado. Yo creo que su hipocresía no es más que miedo a un proceso de canje trasparente.
Esto es un punto muy débil de Uribe, ya que, por un lado tiene sectores muy significativos como la iglesia católica, que está por el canje y que han podido ver su hipócrita posición. Los gobiernos extranjeros también han conocido esta hipocresía, como en el caso de Francia y la mediación de este gobierno por Ingrid Betancourt; y sobre todo, hipocresía para con las familias de los prisioneros de guerra en poder de las FARC. A nivel internacional hay una opinión mayoritaria a favor del canje.
Yo estaba en la Macarena cuando las FARC, unilateralmente, liberaron a mas de 400 prisioneros. Aquello fue una demostración dolorosa, donde periodistas y embajadores de la comisión facilitadora se dieron cuenta de la voluntad de la guerrilla.
Dicen que las FARC son débiles, ¿como es entonces que las FARC pueden concentrar a mas de 300 prisioneros frente a personas venidas de todas las regiones del país (algunas incluso tuvieron que atravesar todo el país para llegar)? Esto es síntoma de la capacidad de las FARC y de la incapacidad de las Fuerzas Militares de Colombia para resolver el problema. Y cada vez que el gobierno intentó lo que hacen llamar "liberar secuestrados" (rescate a sangre y fuego), los resultados fueron muy negativos, como en el reciente caso del ex gobernador de Antioquia Gilberto Echeverri.
Hay una presión cada vez mayor por parte de las familias y, al no ser escuchados, aparece una prueba más de que Uribe es un fascista. Su negativa al canje es una prueba más de la estructura fascista de su pensamiento. Desde luego resalta su hipocresía y su fascismo al dialogar con los paramilitares, diálogos que le han valido ahora incluso la censura del Comisario Europeo Chiris Patterson, en su reciente visita a Europa. Su intransigencia en la cuestión del canje contribuyó, a mi juicio, decisivamente para el fracaso de su visita a Europa. Queda demostrado con esto su carácter, digo yo, intrínsecamente fascista.
Ciudad de México febrero 2004