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BRASIL
Mas del 60% de las muertes de los Indios son por suicidio
Argenpress.info
Más del 60% de las muertes de indios brasileños registradas de 1995 al 2002 fueron causadas por suicidios, que llegaron a 323 de los 490 casos registrados en este período.
Una investigación de la Coordinación General de Derechos Indígenas, vinculada a la gubernamental Fundación Nacional del Indio (FUNAI), indicó que el pasado año se reportaron 81 decesos de aborígenes, número por encima de la media anual de 61,62.
El coordinador general de esa entidad, Vilmar Guaraní, dice que el número de fallecimientos puede ser mayor que los que pueden registrar, pues muchas aldeas alejadas aún no informan esos casos, según publicó hoy la edición en internet del diario O Globo.
De los 81 reportados el pasado año, 22 son atribuidos a negligencias de la Fundación Nacional de Salud, responsable por prestar atención médica a los aproximadamente 400 mil indígenas del país.
Sin embargo, el mayor número de muertes obedeció a peleas internas entre los indios, casi la mitad de ellas motivadas por la ingestión de alcohol, que los comercios venden a estos pese a prohibirlo una ley de 1973.
El informe, también, se refiere a los principales conflictos que enfrentan los aborígenes brasileños, entre ellos el de los cintas-largas con 'garimpeiros' (buscadores de piedras y metales preciosos) en el estado de Rondonia, donde este mes murieron 29 de estos que buscaban diamantes ilegalmente en la reserva de aquellos.
Igualmente, la lucha de los macuxis, en el estado de Roraima, por la homologación de la reserva Raposa Serra do Sol, en la que estos se enfrentan a intereses de arroceros, políticos y hasta otros indios.
En Mato Grosso do Sul los terenas reclaman la demarcación de sus tierras, ocupadas por ganaderos; en Mato Grosso los xavantes enfrentan a hacendados en la lucha por la tierra, y en Bahía los pataxós ha-ha-hae llevan décadas intentando recuperar la reserva Caramuru-Catarina Paraguassú, en poder de productores de cacao.
Asimismo, en Pernambuo los xukurus disputan tierras ocupadas por agricultores, en una región que el gobierno y la iglesia católica de ese estado quieren convertir en un polo de turismo religioso, a lo que se oponen sus primitivos habitantes.