Erick Fajardo Pozo*
para Adital -

Un imponderable de salud en la Casa Rosada (palacio de gobierno argentino) dio a Mesa (presidente boliviano, Carlos Mesa) una salida "honrosa" ante la presión social en Bolivia por la no-exportación de gas sin previo referendo sobre su propiedad y propició a Kirchner (Néstor Kirchner, presidente argentino) una "tregua" ante la intensa presión diplomática de La Moneda (el palacio de gobierno), que le demanda cumplir los acuerdos para provisión de energéticos a Chile.

Entre la espada y la pared

A sólo horas de que sendos pronunciamientos de los más importantes sectores sociales en Bolivia prohibieran al presidente Mesa vender gas a Argentina antes de dirimir su propiedad, la repentina convalecencia de Néstor Kirchner ofreció al mandatario boliviano una inmejorable salida al dilema de decidir entre persistir en exportar gas a costa de un nuevo conflicto social, o desairar nuevamente las expectativas de Washington (Estados Unidos), Repsol (multinacional española), La Moneda y la oligarquía del sur del país, que demandan "decisiones enérgicas" de Mesa.

La fortuita imponderable le permite un "breve respiro" a un Mesa atrapado en un país dividido entre la minoría capitalista, que le presiona desde el congreso y el empresariado oriental, y las mayorías desposeídas que impugnan la exportación de gas desde las calles de la Sede de Gobierno.

Actores y demandas

La presión interna por una decisión de vender gas viene de los empresarios locales y entes cívicos afincados en los distritos sureños de Tarija y Santa Cruz; mientras que la demanda de no exportar es sustentada por un heterogéneo y masivo movimiento social en el que se destaca el MAS (Movimiento Al Socialismo), de Evo Morales, la COB (Central Obrera Boliviana), de Jaime Solares, la CSUTCB (Confederación Sindical Única de los Trabajadores Campesinos de Bolivia), de Felipe Quispe, la Coordinadora del Gas, de Oscar Olivera, y otras organizaciones patrióticas de clase media como Codepanal (Comité de Defensa del Patrimonio Nacional) y algunas brigadas parlamentarias, todas con sede en el occidente del país.

Los primeros sustentan su posición en los beneficios regionales que las regalías gasíferas proveerían a las poco desarrolladas regiones del sur de Bolivia, mientras los segundos plantean que con la legislación hidrocarburífera vigente sólo el 13% de los réditos llegarían a las arcas del estado.

Fortuita enfermedad

Kirchner también puede sentirse afortunado, pues antes de esa providencial "úlcera estomacal", se encontraba ante una seria encrucijada: Honrar los acuerdos internacionales para proveer de gas argentino a Chile o destinar al consumo interno unas reservas de gas cada vez más escasas a raíz de la crisis mundial de hidrocarburos.

Hasta hace unos días la salida expectable al dilema diplomático-energético argentino parecía ser importar gas desde Bolivia, pero sólo la intención de hacerlo significó una reacción tal en la ciudadanía boliviana que ésta convalecencia de Kirchner no podía ser más oportuna para el presidente argentino y su par boliviano "reevalúen" sus opciones.

La versión de "solidaridad con los residentes bolivianos en Argentina", que usó el ministro de Hidrocarburos de Mesa, Antonio Aranibar, para justificar la venta de gas a ese país, oscila entre una broma de mal gusto y una pésima excusa. A sabiendas del recorte en la provisión de gas a Chile, dispuesto por Kirchner, lo de Aranibar parece tener la intención de tentar el sentido común o la paciencia de un movimiento social boliviano que se ha mostrado coherente hasta ahora, pero cuyo radical sector sindical _ la COB _ no demanda de mucho para tomar las calles.

Es bueno recordar que el ampliado de la COB, realizado ayer, día 11, en la localidad orureña de Huanuni resolvió iniciar una huelga general indefinida a partir del 2 de mayo en demanda de la abrogación de las Leyes de Hidrocarburos y de Pensiones, además del Decreto Supremo 21.060. Por su lado la Confederación de Campesinos del país, liderada por Felipe Quispe, anunció la realización de bloqueo de caminos a partir de la misma fecha.

Según el agregado diplomático argentino en La Paz, Horacio Macedo, la cumbre entre Mesa y Kirchner, que debió realizarse este lunes, no tiene fecha fija aunque se especula que sea el 21 de abril.

*Erick Fajardo es corresponsal de Adital en Bolivia.