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Los marines enviados por Bush deciden quién puede reunirse con el nuevo líder de Haití
Los marines de EEUU ya han empezado a desplegarse por las calles de Puerto Príncipe y su primera misión, que ilustra perfectamente cuál es la nueva situación en Haití, fue impedir, sin disparar un tiro, que el líder rebelde Guy Philippe entrase ayer en el Palacio Presidencial. Además, efectivos estadounidenses escoltan al nuevo presidente desde que asumió el cargo el pasado domingo. Sobre el futuro del país, más dudas que certezas, cuando ya son más de un centenar las personas muertas desde el levantamiento armado de Gonaives el pasado 5 de febrero.
Los marines desplegados forman parte del primer contingente de unos 200 soldados desplazados a Puerto Príncipe en la noche del domingo a bordo de aviones de transporte, la avanzadilla de una fuerza mayor que está previsto que llegue en los próximos días.
También el primer contingente de militares franceses llegó ya a Haití, convirtiéndose además en el embrión de la fuerza de seguridad que autorizó la ONU tras la partida de Aristide.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó horas antes una resolución para autorizar el envío de una fuerza militar multinacional por tres meses, plazo en el que se creará una nueva misión de paz de Naciones Unidas. Según el presidente de turno del Consejo, Wang Guangya, la fuerza debería estar liderada «inicialmente» por EEUU, aunque el documento no lo especifica. La resolución aprobada por unanimidad pide a Kofi Annan que presente en un plazo de 30 días recomendaciones sobre el tamaño, mandato y estructura que necesitará la nueva operación, cuyo despliegue ocurrirá a más tardar a finales de mayo, según el calendario fijado.
El líder rebelde Guy Philippe llegó a Puerto Príncipe y miles de personas se echaron a las calles para aclamar a sus fuerzas.
Eran poco más de las nueve de la mañana cuando Philippe y Louis-Jodel Chamblain llegaron a la comisaría de Petion Ville acompañados por medio centenar de rebeldes armados. Luego se dirigieron hacia el centro de la ciudad, en dirección al Palacio Presidencial, seguidos por los periodistas internacionales.
Media hora después, en el Palacio Presidencial, poco menos de un centenar de personas rodeaban el edificio blanco y observaban con curiosidad a un grupo de marines apostados dentro del recinto. Poco después llegaron varios automóviles blancos utilizados habitualmente por las fuerzas estadounidenses, de los que se bajaron más marines fuertemente pertrechados que corrieron a situarse en las escalinatas de la Casa Blanca haitiana. Al mismo tiempo, otro dos vehículos llegaron al lugar y fuerzas especiales estadounidenses se apostaron en la explanada frente al palacio, conocida como los Campos de Marte. El despliegue estadounidense fue una clara indicación de que Washington no permitiría a Philippe penetrar en el Palacio Presidencial, como había declarado públicamente. Centenares de personas empezaron a congregarse en los Campos de Marte cantando eslóganes como «libertad, libertad» y «nos han liberado», y vitoreando a los dos cabecillas rebeldes, que se dieron su baño de masas.
Las fuerzas rebeldes siguen controlando cinco de los nueve departamentos del país. Además, en la realidad haitiana siguen estando muy presentes los partidarios armados de Aristide, los chimeres, que el domingo, tras conocerse la fuga del ex cura, protagonizaron saqueos y choques con otros grupos armados que dejaron un saldo de al menos doce muertos.
Guy Philippe se reunió ayer con varios líderes de la Plataforma Democrática, la oposición política a Aristide. La reunión, calificada de «planifica- ción», se celebró en uno de los hoteles más lujosos de la capital, fuertemente protegido por los rebeldes de Philippe y algunas fuerzas policiales. Los opositores también tenían previsto reunirse con el nuevo presidente, quien parece contar con su reconocimiento y con el de los rebeldes armados.
Mientras los nuevos hombres fuertes del país van tomando posiciones ante un futuro lleno de incógnitas, la situación humanitaria sigue deteriorándose.
Los hospitales de Haití estuvieron paralizados durante el fin de semana por la inseguridad y por la falta de suministro eléctrico y de agua, según informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Los ocho hospitales más importantes de la capital no admitieron pacientes, lo que provocó que quedaran sin tratarse numerosas urgencias. Las principales necesidades de los hospitales son combustible para los generadores, agua potable y gas propano para mantener las vacunas refrigeradas. Aristide denuncia desde Africa «un golpe de Estado» El ex mandatario llegó en la mañana de ayer a la República Centroafricana.
Está previsto que Aristide se exilie finalmente en Sudáfrica. Las dudas sobre sus últimas horas como presidente fueron reforzadas ayer. El ex presidente del instituto Transáfrica, Randall Robinson, organización que tiene su sede en Washington, afirmó que Aristide fue «secuestrado» por los estadounidenses el domingo y obligado a abandonar Haití por la fuerza.
Washington negó rotundamente la veracidad de esta información, calificando las acusaciones de «absurdas», en palabras de Colin Powell. Robinson agregó que Aristide le pidió que «dijera al mundo que se trata de un golpe de Estado». - FUENTE. GARA (diario vasco)