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Latinoamérica

4 de marzo del 2004

Bolivia: El pensamiento reaccionario

Jaime Zalazar F.
Rebelión

Así se prueba que los indios son inferiores
(Según un filósofo nativo en pleno siglo XXI)
¿Por qué la productividad de este país -Bolivia- es una de las más bajas del mundo?
Porque su sociedad tiene una marcada predilección por la fiesta y la farra
Por su apego a la ley del mínimo esfuerzo y por perjudicar al vecino
Porque rechazan honrar sus deudas, a reconocer errores y respeto al prójimo Por que se trabaja y se invierte poco
Porque no perciben las consecuencias de un esfuerzo sostenido
Porque los instintos prevalecen sobre las razones
H.C.F.Mansilla

En los cinco siglos que nos preceden los intelectuales tenían la certeza de que las "razas inferiores" bloqueaban el camino al progreso. Esto sigue siendo así, aunque ahora se evite utilizar el término "indio" -no es políticamente correcto.

En el artículo: "diferentes formas de percibir el populismo conservador" (La razón, 1-3- 2004) H.C.F. Mansilla, retoma este tópico, el del pueblo como "factor histórico- cultural" que impide la creación de la riqueza social, a lo que se refirió con largueza en un trabajo anterior titulado "Los sucesos de Octubre y sus causas profundas", publicado en el Semanario Pulso del 19-12-2003 , donde explica que la "irracionalidad" del pueblo es la causa profunda para tales sucesos.

¿Por qué referirnos a este tema y a las opiniones del señor Mancilla en particular? Porque este razonamiento sintetiza los prejuicios de las clases dominantes y de los intelectuales a su servicio: El pueblo es "irracional" y una muestra de la irracionalidad son justamente los sucesos de Octubre: "una descarga agresiva, violenta y anómica" fruto de una "permanente frustración".

De acuerdo al diccionario, frustración es: Un estado de tensión sicológica engendrado por un obstáculo que se interpone entre un sujeto y un fin valorado positivamente por él. ¿Cuáles son los fines valorados positivamente por el pueblo? Según nuestro autor: "Todos quieren un lugar aceptable de trabajo, alimentación, salud y vivienda, según los parámetros de las clases medias......un mejor nivel de vida........Sin duda, nos dice, existe una justificación ética y hasta religiosa de estos anhelos, pero no hay base material para satisfacerlos" (el por qué de esta imposibilidad están resumidas en el cuadro del encabezado) , además "Bolivia muestra un acelerado crecimiento demográfico y, simultáneamente, una destrucción rápida y masiva del medio ambiente".

O sea, los bolivianos queremos vivir como norteamericanos, "queremos ser capitalistas a la hora de consumir, pero no de trabajar". Pero, nuestra irracionalidad nos impide comprender que no hay base material para ello, porque sencillamente somos un pueblo improductivo, que además se dedica a destruir su medio ambiente y no para de procrear y, como esto crea un sentimiento "difuso pero permanente de frustración", ergo, descargamos nuestras frustraciones violentamente.

La "frustración" como explicación de la violencia, pensamos nosotros, es pura retórica para eludir referirse con un mínimo de seriedad a las verdaderas causas que motivan las rebeliones populares.

Mansilla dice que: "La creación de la riqueza social está entorpecido ante todo por los factores histórico-culturales y no por la influencia de factores sociales externos como el imperialismo y los términos de intercambio comercial"(el subrayado es nuestro). Si el sistema capitalista, no tiene nada -o muy poco que ver- que ver con nuestra situación de miseria y explotación a lo largo de estos 500 años, resulta lógico para el autor que la política, la economía y la historia no le resulten muy útiles para explicar esta realidad contemporánea y por ello -hipotetizamos- acude a una categoría de la sicología y no porque pensemos que la sicología no contribuya al pensamiento crítico, sino por que su uso unilateral, como es el caso presente lo convierte en peligrosa retórica, contribuye a alimentar el odio racial que sienten las clases dominantes contra el pueblo.

Raúl Prada Alcoreza, en su ensayo "hermenéutica de la violencia", refiriéndose a Mansilla, lo califica como un "romántico conservador", un crítico de la modernidad desde un espíritu conservador. Una denominación generosa, si consideramos estos artículos, que desnudan más bien a un intelectual "reaccionario". Seguramente no es solo su desprecio por el marxismo y por lo "popular" que lo conducen a ser cada vez menos crítico de la modernidad capitalista y el neoliberalismo. Cualquiera sea la razón biográfica, lo cierto es que sus razonamientos lo llevan al campo del prejuicio ideológico, lugar común donde confluyen en la actualidad los apologistas del sistema.

La conspiración reaccionaria en Bolivia ha alcanzado en estos últimos tiempos ribetes inusitados en lo propagandístico. Análisis sesgados destinados a mostrar a los movimientos sociales e indígenas, como expresiones de la irracionalidad pura, no tienen otro destino político que el de servir como marco justificatorio de la violencia estatal y la intervención norteamericana en contra del pueblo de Bolivia.




Notas


1. Eduardo Galeano, en su libro titulado "Patas Arriba: La escuela del mundo al revés" nos ofrece un sinnúmero de ejemplos y pruebas de lo afirmado, muchas de las cuales expuso en recuadros similares al que encabeza el presente artículo y que nosotros nos tomamos la libertad de imitar por su carácter didáctico.

2. El cuadro que elaboramos, recoge afirmaciones textuales del análisis del autor de "Los sucesos de Octubre y sus causas profundas".

3. Raúl Prada, autores varios, "El retorno de la Bolivia Plebeya", Colección Comuna-2000