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Latinoamérica

El indigenismo fue y es contrario a los intereses y derechos de los pueblos indios

por Renacer Boliviano
periodico@renacerbol.com.ar

Carta enviada al Canciller Bielsa, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina.
Me dirijo a usted en relación a sus declaraciones formuladas en el diario Página 12, y que fueron publicadas el domingo 18 de enero reciente, páginas 6 y 7. A la pregunta del periodista:


"Estados Unidos actúa fuertemente en la política interna boliviana. ¿Eso no genera otro enfrentamiento de intereses de la Argentina?
Usted responde: - Hay ópticas diferentes. Yo no le puedo decir a EE.UU. lo que tiene que hacer ni se lo puedo decir ni mi pidió que se los diga. En un país que tiene el 82 por ciento de población entre indios quechuas y aimaras, cuando en Jujuy el 50 por ciento de los habitantes son bolivianos, hay que comprender al indigenismo. Es una asignatura compleja, seria. Nuestra posición es que lo que hay que hacer es sumergirse en el problema del indigenismo, comprenderlo y mantenerlo dentro del sistema. A mí no me interesa en qué lugar del sistema democrático se ubique Morales en el arco democrático y eso implica un trabajo. (... )Yo no sé que es lo que va hacer EE.UU. en el caso de que haya elecciones y Evo Morales sea presidente de Bolivia; lo que yo quisiera es que a Bolivia dentro del sistema democrático le vaya bien y no le pase lo que le pasó con el Potosí, lo que le pasó con el estaño. Quiero que esa nación sea màs próspera, que el gas sobre el cual nadan sea aprovechado en beneficio de los bolivianos"
Me llamo Asunción Ontiveros Yulquila, mis padres fueron, siendo jóvenes, siervos y/o esclavos "modernos" de los propietarios de los ingenios azucareros de San Martín del Tabacal (Salta) y de Ledesma (Jujuy). Mis abuelos y mis padres fueron expoliados en el brutal sistema feudal azucarero. Mis antiguos antecesores fueron esclavos de encomenderos católicos, apostólicos y romanos, paradójicamente reconocidos por la historia oficial como "evangelizadores" y "civilizadores". Soy descendiente de los llamados indios kollas, me siento kolla, soy kolla, y, mi pueblo tiene relaciones genealógicas con los kollas de Bolivia, Chile y Perú.
Usted está en lo cierto cuando afirma que en Bolivia el 82 % de su población son indios "quechuas y armarás". La mayoría india de Bolivia, desde la invasión española en el siglo XVI, pasando por la emancipación y hasta el presente, no tuvo oportunidades concretas de disfrutar y de gozar de lo que usted configura como sistema democrático. El "sistema democrático" de Bolivia es excluyente para la mayoría india, es racista e intolerante con los símbolos y representaciones del mundo andino. Al "sistema democrático" no le interesa comprender la realidad cultural, social y económica, sino imponer compulsivamente cómo debe ser la realidad boliviana para uso y abuso de la minoría criolla, cuyos intereses son de testaferros dependientes de las perspectivas de las multinacionales. El territorio boliviano y el 82 % de su población son partes constituyentes del sistema feudal de la minoría.
A principios de la década de 1970, el gobierno de facto del general Juan José Torres auspiciaba el proyecto de construcción de una superfábrica siderúrgica con tecnología de la ex URSS. Fue derrocado por el general Hugo Bánzer Suarez, con el apoyo implícito de los generales brasileños, obedeciendo a dictámenes de la geopolítica liderada por los EE.UU. A fines de la década de 1980, el establishment y el poder religioso católico reflexionaban en recreos cerrados sobre los "peligros" de las reivindicaciones de los partidos políticos indios. Entre rezos y pomposas comidas requerían al "altísimo" para que los "indios no llegaran al poder porque eran intolerantes, racistas y antidemocráticos". Hacían "presagios" para que el futuro presidente fuera Jaime Paz Zamora, quien en 1989 arriba al poder con el apoyo explícito del partido del general Banzer.
En 1992, la "inteligencia" del partido Movimiento Nacional Revolucionario, MNR, encarga a un grupo de antropólogos y sociólogos la tarea de seleccionar al indio intelectual que acompañaría , como vicepresidente, al candidato a presidente Gonzalo Sánchez de Losada. Resulta seleccionado el profesor aymara Víctor Hugo Cárdenas, líder del desaparecido Movimiento Revolucionario Tupaj Katari. El "gringo" y el "indio" ocuparon el Palacio Quemado y ejecutaron en cuatro años la ingeniería para enajenar el futuro del territorio de Bolivia y la vida del 82 % de la población: los habitantes de los pueblos indios.
Gonzalo Sánchez, en la década del 90, era el paradigma referencial en cuanto a privatizaciones y/o capitalizaciones. Víctor Hugo Cárdenas era la "fachada" india del neoliberalismo salvaje. La mayoría india no se tragaba los espejitos".
Con respecto a la población de la provincia de Jujuy, de acuerdo al censo del INDEC de 2001, oscilaba alrededor de los 611.159 habitantes, distribuidos por regiones de la siguiente manera: Puna, 39.145; Quebrada, 31.749; Valles, 374.040; y el Ramal, 166.111 habitantes. En la Puna y Quebrada, más del 80 % son habitantes kollas; en los Valles, más del 50 por ciento son gente que descienden del pueblo kolla; similar situación demográfica se presenta en el Ramal, donde además, habitan los guaraníes y toba-qom. Los "bolivianos" sean kollas y/o criollos, no constituyen el 50 % de la población de Jujuy, y tampoco son un problema "indigenista" para el Estado provincial. El problema del "indigenismo", que es la política "indigenista" del Estado provincial de Jujuy, lo conforman los arcaicos vicios y rituales feudales que subsisten en el "sistema democrático" establecido.
En Jujuy gobierna una minoría casi oligárquica disfrazada de "justicialista & radicalista". Desde 1810 hasta el presente, el sostén, el soporte del Estado son los indios kollas, guaranies, toba-qom y los criollos pobres: Son testimonios los yacimientos mineros, las haciendas (ex encomiendas), los ingenios azucareros y los tabacales. Los indios que son mayoría fueron y son la base de la injusta pirámide social de la provincia de Jujuy. El "indigenismo" es una política y una ideología de los no-indios para los indios, para integrarlos, asimilarlos, alienarlos, "evangelizarlos" y "civilizarlos" como dice usted "para mantenerlo dentro del sistema democrático".

¿Es democrático que el 70 % del suelo de Jujuy sea propiedad del Estado, cuando en la realidad es de los kollas? ¿Era democrático que los kollas, guaraníes y toba-qom fueran expoliados como esclavos en los ingenios azucareros, sin salud, sin educación, sin protección social ni laboral? ¿Es democrático que la mayoría de los habitantes de la Puna, Quebrada, Valles y Ramal sufraguen cautivos a cambio de yerba, fideos, azúcar, chapas de cartón, bebidas alcohólicas de descarte y otras dádivas?
Por último, Doctor Rafael Bielsa, manifiesto que la presente nota no es una crítica a sus declaraciones, sino una contribución que apunta a comprender a los pueblos indios y al "indigenismo". El "indigenismo" desde que se puso de moda, a partir de 1940, fue y es contrario a los intereses y derechos de los pueblos indios o aborígenes.
Asunción Ontiveros Yulqui
DNI 5.264.397
Renacer Boliviano Nº67