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Tuve la bala en la mano
Policías haitianos enmascarados tirotean a niños y arrestan a un sacerdote
Bill Quigley
Jeanine (no es su verdadero nombre por motivos que comprenderán en breve) es una tranquila muchacha de 14 años que vive con su familia de 18 miembros a poca distancia de un camino de tierra lleno de surcos cerca del aeropuerto internacional de Port au Prince. Dos veces por semana caminaba cerca de un kilómetro y medio para recibir una comida en la iglesia St. Claire.
El padre Gerard Jean-Juste es el párroco de St. Claire. Ha estado en la cárcel más de una semana, después de que su iglesia fue rodeada por hombres enmascarados fuertemente armados mientras alimentaba a 600 niños. Su arresto fue violento. La policía arrancó barras de metal de su base en hormigón y rompió las ventanas de la casa de la iglesia para entrar en ella. Después de golpear y de colocar esposas al padre Jean-Juste, lo arrastraron a través de la ventana destrozada, lo lanzaron a un coche y partieron a la cárcel.
Después del arresto, la gente de la parroquia se quejó en público y dijo que la policía enmascarada hasta había disparado a los niños. Las autoridades haitianas desmintieron rotundamente que se hubiera disparado a algún niño y no se ha emprendido ninguna investigación policial sobre el arresto.
Los medios amigos del gobierno y el personal de la embajada de EE.UU. también se burlaron de los informes de que la policía hubiera disparado a los niños. Dijeron que las historias de los niños eran producto de la fábrica de rumores haitiana y propaganda de los oponentes del gobierno no-elegido de Haití.
Ahora los niños heridos han aparecido en público. Tienen verdaderas vendas y verdaderos informes médicos.
Y la bala existe.
Cuando visito a Jeanine, estaba sentada en un banco de madera, muy inclinada a la izquierda. Su madre la dio vuelta con ternura y levantó recatadamente la falda azul oscuro de su hija para revelar una sutura azul irregular de unos diez centímetros de largo en la base de su nalga derecha.
El hermano mayor de Jeanine sujeta un paquete de gasa manchado de sangre. Al abrirlo, encuentro la bala color bronce que los doctores sacaron de la herida de Jeanine la semana pasada.
A Jeanine le dispararon mientras escapaba de la policía haitiana durante el arresto del padre Jean-Juste después de que alimentara a los niños en St. Claire.
Tuve la bala que sacaron de Jeanine en la palma de la mano. Es de unos dos centímetros y medio de largo, de color bronce y muy dura. Jeanine sigue teniendo dolores. Su familia no se puede permitir una nueva visita al médico.
Dos niños más, varones, también fueron alcanzados por tiros de la policía durante el arresto del padre Jean-Juste. Uno en la cabeza, el otro en el hombro. También los vi. También fueron atendidos por personal médico.
El padre Jean-Juste está en la penitenciaria nacional junto con numerosos otros presos políticos. Está oficialmente acusado de alterar el orden público, un crimen que puede ser castigado con una multa de 40 centavos. Amnistía Internacional condenó su arresto y también advierte que su valiente abogado haitiano Mario Joseph puede estar en peligro por su trabajo en defensa de los derechos humanos.
Mientras tanto, las autoridades no-elegidas en Haití son apoyadas por el gobierno de EE.UU. Juntos condenan a la oposición, diciendo que sólo está interesada en la violencia.
¿Por qué iba a disparar la policía haitiana contra una niñita? ¿Por qué iba a disparar la policía a los otros dos niños? ¿Por qué niega que les dispararan? ¿Por qué golpean y encarcelan indefinidamente a un sacerdote? ¿Por qué amenazan a su abogado?
La situación me lleva a formular la pregunta: ¿qué lado en Haití está realmente interesado en gobernar mediante la violencia? Sobra preguntarles a Jeanine y a los demás niños, saben cuál es la respuesta.
Mario Joseph y Reynolds Georges son los abogados haitianos que representan al padre Jean-Juste.Su correo es: www.ijdh.org.
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Bill Quigley es profesor de derecho en Loyola University New Orleans School of Law.
Escribe desde Port au Prince donde es uno de los abogados que representan al padre Gerard Jean-Juste. Su correo es: