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Guatemala: Feminicidio es más que 350 asesinatos
A pesar de su crueldad, los asesinatos de unas 350 mujeres en Guatemala en
los últimos 8 años y medio son apenas la cara más drámatica de una
descomposición social y una ineficacia oficial de las cuales se nutren la
violencia y la impunidad.
Si bien en esta nación se carece de estadísticas exactas sobre las mujeres
muertas de forma violenta, las manejadas por la Policía Nacional Civil (PNC), el
Ministerio Público (MP), el organismo judicial (OJ) y agrupaciones feministas
coniciden en algolos crímenes esconden una realidad mucho más espeluznante.
A raíz de la visita que realizó recientemente al´país la peruana Susana Villarán
relatora especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la
OEA, la percepció oficial sobre las causas de los llamados feminicidios varió,
al menos publicamente.
Los culpables
Hasta fecha reciente, el Ministerio de Gobernación y la PNC se inclinaron por
achacar la mayoria de los decesos a las pandillas juveniles o maras y al crímen
organizado, en particular el narcotráfico, criterios que se alteran sobre la
base de datos del MP.
De acuerdo con la jefa de la Fiscalía de la Mujer, Sandra Zayas, el 21 por
ciento de los homicidios contra féminas es atribuible a la violencia familiar,
otro 20 porciento a las maras, un ocho porciento al narcotrafico y un tres a la
prostitución.
El 48 porciento restante, sostiene la funcionaria, es asignado al rubro de
causas aún no establecidas.
El informe presentado por Zayas a Villarán refiere, además, que en 2004 el Mp ha
trabajadoen 157 casos de esa naturaleza ocurridos en el departamento de
Guatemala (donde se ubica la capital) y 30 de ellos no han avanzado por tratarse
de víctimas sin identificar.
"No hay manera de identificarlas por que no existe un registro nacional de
personas desaparecidas con el que se pueda cruzar esta información", acotó la
emisaria de la OEA.
Por sí solos, los datos reflejan la precariedad de todo el andamiaje estatal
involucrado en garantizar el orden, emprender la persecución penal e impartir
justicia, toda vez que del total de casos de violencia intrafamiliar, 13 de cada
100 víctimas habrian hecho su denuncia previamente.
Según Villarán, las medidas de protección son débiles en el país, lo cual
conlleva a que muchas de las denuncias de féminas sobre atropellos en el hogar
(más de 20 mil en los últimos tres años) terminen en homicidios.
A partir de tales cifras, se corrobora que en el flagelo de la violencia en
Guatemala inciden problemas de deficiente estructura y estrategia institucional,
unidos a la indiferencia, la incapacidad o negligencia de algunas autoridades
para enfrentarlos.
Lo anterior se complementa con la falta de recursos que esgrimen los
funcionarios, aunque para analistas se trata, más bien, de mala distrivbución y
empleo de estos.
Al pedir que se derribe "esa pared maldita de impunidad", la emisaria dela OEA
profundizo en las causas sociales del asunto, entiéndase falta de oportunidades
de desarrollo para la juventud que en ocasiones conlleva a la delicuencia,
pobreza y discriminación por sexo y razas, en especial de la mujer indígena.
Por demás, activistas sociales como Miguel Angel Albizures advierten en circulos
políticos y parlamentarios una tendencia a tratar de silenciar el problema, al
alegar que buscan evitar que se dañe más la imagen externa de Guatemala y que
los relatores foráneos se inmiscuyan en asuntos internos del país.
Antes que Villarán, visitó Guatemala la relatora especial de la ONU sobre la
Violencia contra las Mujeres, la turca Yakinb Ertuk, quien basada en datos de la
PNC señalo que de 2001 a esa fecha se cometieon mil 49 homicidios de mujeres.
Basta apuntar que en 2003 la cifra de feminicidios sumo 383, de los cuales, 200
casos correspondían a féminas entre los 13 y los 30 años, mientras que 306 no
habían sido resueltos por las autoridades ni se había podido identificar a los
responsables.
Agruaciones como la Red de la No violencia contra la Mijer reconocen que se
registran más crímenes de hombres, pero en le caso de féminas, que conforman el
51 por ciento de los 11,2 millones de guatemaltecos, aprecian otra dimensión por
la forma en que mueren, ya que son violadas sexualmente y mutiladas.
Al clamor femenino de "ni una muerta más!" se unen demandas al gobierno de Oscar
Berger para que adopte medidas "drásticas, eficientes y eficaces" que frenen los
feminicidios, permitan investigar y castiguen a los culpables.
* Tomado del periodico quincenal editado por PRENSA LATINA, ORBE. HTTP://orbe.prensa-latina.cu