Cumbre Extraordinaria de las Américas en Monterrey
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Cuauhtémoc Amezcua Dromundo
9 de enero del 2004
Argenpress
Como es usual, en este tipo de eventos hay propósitos públicos y encubiertos.
Los primeros son los que se difunden con el fin de ganar legitimidad. Propaganda
pura. Los segundos son los que verdaderamente busca alcanzar quien lleva el
timón de mando. Al pueblo de México y a todos los del continente interesan estos
últimos, que son los que habrán de repercutir en su presente y su porvenir.
Quien lleva el mando en este conjunto no son los 34 jefes de Estado y de gobierno,
de manera colegiada, como se dice hacia fuera. Cuando se asocia un tiburón con
33 sardinas, está claro quién controla las cosas y para qué. Así que los objetivos
reales de la Cumbre Extraordinaria no son sino los que convienen al gobierno
de George W. Bush. Frente a él ni siquiera habrá un conjunto de jefes de Estado
débiles pero dignos, sino un conjunto en el que predominan los personajes bien
dispuestos a servir al poderoso. ¿Quiénes de entre los latinoamericanos y caribeños
asumirán una posición independiente y digna? La experiencia lo dice. Chávez,
sin duda. Lula, muy probablemente. Kirchner, tal vez. Habrá algunas incógnitas
entre los nuevos en estos eventos. Es el caso de Duarte, de Paraguay. Fuera
de los señalados, difícilmente se puede esperar alguna grata sorpresa.
En estas condiciones, los objetivos de la Cumbre son los objetivos de Bush.
Los tiene de coyuntura, internos y externos. Los tiene también estratégicos.
Un breve listado incluiría los siguientes: Hacer campaña para su reelección.
Fortalecer su agresividad y belicismo en el plano del mundo. Tratar de aislar
más a Cuba y a todo el que resista a sus planes de dominio. Acelerar las medidas
que consoliden la hegemonía de su país sobre toda la región y lo fortalezcan
en su lucha frente a la Unión Europea y Japón por el dominio del mundo. Profundizar
el saqueo de nuestros energéticos frente a la amenaza de extinción de los suyos
propios. Acelerar la toma en sus manos de otros recursos naturales como la biodiversidad,
el agua, el oxígeno, que serán fuentes de riqueza insospechada en el siglo que
se inicia. En resumen, hacernos más pobres y más dependientes.
Como se ve, la Cumbre de las Américas de Monterrey, para nuestros pueblos, para
su independencia y soberanía, no es otra cosa que una siniestra amenaza.