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Cumbre Extraordinaria de las Américas en Monterrey
El 12 y 13 de enero Cumbre Extraordinaria de las Américas
La Cumbre de Monterrey, sus propositos reales

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo
9 de enero del 2004
Argenpress

Como es usual, en este tipo de eventos hay propósitos públicos y encubiertos. Los primeros son los que se difunden con el fin de ganar legitimidad. Propaganda pura. Los segundos son los que verdaderamente busca alcanzar quien lleva el timón de mando. Al pueblo de México y a todos los del continente interesan estos últimos, que son los que habrán de repercutir en su presente y su porvenir.

Quien lleva el mando en este conjunto no son los 34 jefes de Estado y de gobierno, de manera colegiada, como se dice hacia fuera. Cuando se asocia un tiburón con 33 sardinas, está claro quién controla las cosas y para qué. Así que los objetivos reales de la Cumbre Extraordinaria no son sino los que convienen al gobierno de George W. Bush. Frente a él ni siquiera habrá un conjunto de jefes de Estado débiles pero dignos, sino un conjunto en el que predominan los personajes bien dispuestos a servir al poderoso. ¿Quiénes de entre los latinoamericanos y caribeños asumirán una posición independiente y digna? La experiencia lo dice. Chávez, sin duda. Lula, muy probablemente. Kirchner, tal vez. Habrá algunas incógnitas entre los nuevos en estos eventos. Es el caso de Duarte, de Paraguay. Fuera de los señalados, difícilmente se puede esperar alguna grata sorpresa.

En estas condiciones, los objetivos de la Cumbre son los objetivos de Bush. Los tiene de coyuntura, internos y externos. Los tiene también estratégicos. Un breve listado incluiría los siguientes: Hacer campaña para su reelección. Fortalecer su agresividad y belicismo en el plano del mundo. Tratar de aislar más a Cuba y a todo el que resista a sus planes de dominio. Acelerar las medidas que consoliden la hegemonía de su país sobre toda la región y lo fortalezcan en su lucha frente a la Unión Europea y Japón por el dominio del mundo. Profundizar el saqueo de nuestros energéticos frente a la amenaza de extinción de los suyos propios. Acelerar la toma en sus manos de otros recursos naturales como la biodiversidad, el agua, el oxígeno, que serán fuentes de riqueza insospechada en el siglo que se inicia. En resumen, hacernos más pobres y más dependientes.

Como se ve, la Cumbre de las Américas de Monterrey, para nuestros pueblos, para su independencia y soberanía, no es otra cosa que una siniestra amenaza.