8 de enero del 2004
Attac rechaza el Tratado de Libre Comercio entre Estados
Unidos con Chile
Este 1 de enero del 2004 entra en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre
Estados Unidos y Chile. A partir de este momento la soberanía chilena queda atrapada
por los intereses de la potencia más agresiva de la historia reciente y en esta
larga y angosta faja de tierra se consolidará un modelo que sólo favorece a las
grandes transnacionales que podrán especular sin límites, pisotearán la legislación
nacional y los derechos de la inmensa mayoría de los trabajadores. Estamos frente
a un modelo de integración subordinada que sólo favorece al gigante del Norte.
El TLC es mucho más que un simple acuerdo comercial; está lejos de merecer los
fuegos de artificio y algarabía de este Año Nuevo con que los grandes empresarios
y el Gobierno lo celebrarán. Los gobernantes chilenos se han comprometido con
la estrategia de EEUU que busca quebrar la voluntad de varios países del continente
para que las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) sean
enfrentadas como un bloque regional sudamericano. Al aprobar este TLC, el Gobierno
de Chile le dio la espalda a sus vecinos.
Hace diez años, en esta misma fecha, los campesinos mexicanos de Chiapas se levantaron
contra un TLC similar a éste. Y la crisis en que se hundió México en diciembre
de ese mismo 1994, le dieron la razón a sus temores. EE.UU tuvo que tirar un salvavidas
de 53 mil millones de dólares para sacar a su primer „socio‰ latinoamericano de
la aguda insolvencia en que lo dejo un año de brutal apertura de las relaciones
con el imperio.
A diez años de la puesta en marcha del TLC del Norte (NAFTA), éste sólo ha favorecido
a las grandes empresas transnacionales de EE.UU., y ha significado la ruina a
los pequeños empresarios mexicanos, especialmente campesinos, hizo más precario
el empleo y aumentó la pobreza.
Con una economía 150 veces más grande que la de Chile, Estados Unidos es el único
ganador con este TLC. Chile será proveedor de materias primas sobre la base de
una sobre explotación de sus recursos no renovables, mientras EEUU introducirá
en el mercado nacional sus capitales especulativos y sus productos agrícolas e
industriales que gozan de cuantiosos subsidios y protecciones encubiertas.
Los apologistas del TLC con EEUU prometen más empleo. Pregúntenles en un año más
a los pequeños agricultores cuántos nuevos puestos de trabajo se han creado. Cuenten
los empleos que se crean, pero también los que desaparecen. El libre comercio
en estas condiciones sólo es ventajoso para los mismos empresarios de siempre:
los grandes exportadores, los dueños de las mineras que no pagan impuestos, los
banqueros, las transnacionales y los grandes patrones.
EL TLC hará más precario el empleo, empobrecerá a una importante franja de los
trabajadores chilenos, crecerá el sector informal, quebrarán pequeñas y medianas
empresas incapaces de competir con los productos importados y aumentará la migración
del campo a la ciudad. El TLC con EEUU es una promesa garantizada de mayor degradación
del medio ambiente y de atropello a la legislación laboral. De allí la urgencia
gubernamental de apurar las leyes de flexibilización del trabajo. El crecimiento
con equidad seguirá siendo una promesa incumplida.
Attac seguirá denunciando la venta de Chile a los intereses de Estados Unidos
y pondrá todos sus esfuerzos por resistir a la implantación del ALCA. Attac llama
a todas las organizaciones sociales y populares a reunirse en un Foro Social Chileno
para elevar el nivel de resistencia a este proyecto neoliberal y avanzar en la
construcción de otro Chile posible.
OTRO MUNDO ES POSIBLE
ATTAC
1 de enero de 2004