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Latinoamérica

18 de enero del 2004

Chile: Las definiciones estratégicas de la CUT

Raúl Blanchet
El Siglo

Como toda batalla, el reciente congreso extraordinario de la CUT deja un saldo de vencedores y vencidos. Venció la voluntad unitaria y de refundar el movimiento sindical. Los derrotados fueron quienes intentaron desde dentro y fuera someter a la multisindical a un diseño adecuado al modelo neoliberal. De ello hablamos con Guillermo Salinas, tesorero de la Central.

El congreso extraordinario realizado por la Central Unitaria de Trabajadores, el pasado 8 de enero, ratificó las medidas transformadoras aprobadas por el congreso refundacional efectuado en agosto de 2003, que establecen nuevos declaración de principios, plataforma de lucha y estatutos, lo que según la directiva máxima de la multisindical cierra una etapa de indefinición en la CUT y abre otra en que el organismo levanta una propuesta político-social para el país.

Por otra parte, el evento fue considerado como una resonante victoria del espíritu unitario de los dirigentes que apuestan por un nuevo sindicalismo, que actúe en contra del modelo neoliberal, y una derrota mayor para quienes intentaron desde antes del paro de agosto -es el caso del Colectivo Sindical Siglo XXI- frenar el proceso por refundar la CUT. En palabras del tesorero de la Central, Guillermo Salinas: "el gran vencedor fue el movimiento sindical y los grandes derrotados, el neoliberalismo y quienes lo defienden".

Definiciones estratégicas

Al ratificar las resoluciones estratégicas adoptadas en agosto pasado, el congreso extraordinario confirmó la nueva declaración de principios, que en el punto 17 señala: "Los principios de la CUT son contrapuestos a la implementación e imposición del sistema neoliberal, por tanto luchará y desarrollará acciones por el rechazo a la dependencia política, económica, científica, tecnológica, y el avasallamiento cultural que imponen los intereses de los países industrializados al tercer mundo. Y trabajará por construir caminos para lograr más justicia social, más igualdad, contra la pobreza y por más democracia.

En esta dirección, la CUT levanta la Demanda por Un Chile Justo, como la base fundamental de propuesta a todos los chilenos y chilenas para conformar un gran bloque civil que conduzca a la creación de un movimiento social y político alternativo para enfrentar el modelo neoliberal".

Salinas destaca la ratificación de este artículo porque sitúa a la CUT en una posición perfectamente definida frente al modelo económico y la hace presentar una propuesta política y social a la ciudadanía para enfrentarlo. Es un paso en que la Central asume que no está sola y que son muchos los sectores afectados por el modelo y plantea en su nueva plataforma que "para la CUT, el desafío estratégico principal es enfrentar el modelo neoliberal en todos sus aspectos económicos, sociales, políticos, jurídicos y culturales. Para lo que plantea una gran alianza del pueblo entre todos los sectores afectados por el modelo, para construir una alternativa, no sólo para oponerse a éste".

Así como en un período histórico distinto la CUT se pronunció en su declaración de principios por el socialismo, hoy para una nueva época y frente a una nueva contradicción principal, se plantea contra el modelo y por la construcción de un proyecto alternativo, asevera el dirigente.

La CUT resolvió además que no deja de estar comprometida con la supuesta estabilidad democrática y asume un papel autónomo frente a su enemigo principal -el modelo- y respecto a los gobiernos de turno.

El tercer aspecto que el sindicalista destaca al evaluar los resultados del reciente evento es la adecuación de los estatutos, mediante modificaciones que transforman el carácter de la CUT, pues se aprobó la afiliación directa de los sindicatos, que supera la tradición de que sólo se incorporaban organizaciones superiores, como las confederaciones o asociaciones nacionales. Con esto se abre a todos los trabajadores del país. Es un nuevo concepto de unidad, que responde al surgimiento de nuevos sectores de trabajadores, producto del modelo. No se trata de renunciar a los sectores tradicionales de asalariados, ni a su experiencia histórica, sino que se pretende integrar a los sectores más golpeados por el modelo, muchos de ellos nuevos en el campo sindical o como sector laboral.

Guillermo Salinas reflexiona sobre un estudio realizado por la OIT y mínimamente divulgado por El Mercurio, que revela que la tasa de cesantía para América Latina bordea el 11%, equivalente a 20 millones de personas, a lo que se debe agregar cerca de 80 millones -cerca del 57% de la población- que no tienen empleo estable, principalmente vendedores ambulantes "y son trabajadores que no están organizados, en América Latina. Ahora en Chile tenemos la perspectiva de organizarlos y sumarlos al movimiento sindical y su proyecto".

Más democracia

Además, el congreso reformó el sistema de representación democrática de la CUT, al crear el Consejo Directivo Nacional Ampliado, un organismo que sólo tiene por sobre él al Congreso Nacional y está por sobre el Consejo Directivo Nacional. Al nuevo organismo se integran los 45 consejeros nacionales titulares, los 15 suplentes, los casi 60 presidentes de las cuts provinciales y los presidentes de todas las confederaciones y federaciones afiliadas. Se trata de casi 150 personas, en que el Consejo Directivo Nacional de la CUT es sólo un tercio del total. Pasan a tener mayoría los organismos base de la CUT en una instancia facultada para adoptar decisiones políticas. Con ello se rompió la lógica de mantener entre las cuatro paredes del Consejo Directivo Nacional las contradicciones propias del cuoteo político, donde nunca se pudo resolver asuntos vitales a partir de las representaciones existentes, y se otorga mayor poder a la base para resolver, porque no es obligación que los dirigentes tengan que hacerlo todo en las alturas. "Se ha dado vuelta la tortilla y las decisiones se adoptan más de abajo hacia arriba y no al revés", enfatiza.

Se aprobó un mecanismo de financiamiento a las cuts provinciales, que las convierte en entidades más fuertes, además porque sus presidentes pasan a formar parte de un organismo que toma decisiones importantes para la Central. Es una combinación que fortalece a los órganos provinciales y a toda la Central.

La historia reciente

Según Salinas, al observar a la CUT en un lapso de tiempo, debe considerarse el papel que ha jugado en el período y cómo se ha parado frente al país, el papel que jugó el movimiento sindical bajo la dictadura -ampliamente valorizado y reconocido-, al igual que el conjunto del movimiento social. Pero desde el año 90 se sumió institucionalmente en la "defensa democrática, la estabilización de la democracia. Eso la llevó a convertirse en colchón de las demandas sociales, a amortiguar y relativizarlas y la alejó de las reivindicaciones de sus representados, lo que la llevó a un desprestigio muy alto, a un desperfilamiento", declara.

Producto de ese estado, la CUT era incapaz de identificar cuál era la contradicción y su enemigo principal. "Se quedó al cuidado de la estabilidad democrática porque veníamos saliendo de la dictadura y eso la llevó a no tener proyecto propio de país, desde la óptica de los trabajadores. A no posicionarse como un ente social que debe jugar un papel. Se desperfiló por no tener posición frente al modelo".

Por otra parte, la CUT no daba cuenta de los cambios registrados en las relaciones productivas y cuánto habían modificado el carácter del proletariado chileno, y no identificaba el nuevo tipo de trabajador que surgió. La atención se mantuvo en los sectores que tradicionalmente fueron estratégicos en la construcción del movimiento sindical, lo que se tradujo en bajas tasas de sindicalización.

Lo que empieza a quedar atrás

La crisis que marcó la vida de la CUT los últimos tres años, comienza a quedar atrás luego del congreso refundacional y el congreso extraordinario. Comienza a ser superada porque -según el sindicalista- hay definición política, se generan mecanismos orgánicos emanados de un proceso de gran debate ideológico y político al interior del movimiento sindical, "muchas veces incomprendido por diversos sectores tanto de derecha como de izquierda".

-Cuando se refiere a la crisis de la CUT, ¿se trata del retraso de la Central ante los acontecimientos?

"La crisis de la CUT tenía que ver con la indefinición política frente al período que estábamos viviendo, sin establecer cuál era la contradicción principal y por tanto no establecer cuál es el enemigo principal. Si eso no está resuelto en el movimiento sindical, se está en la indefinición. Si ayer era el capitalismo transnacional y ahora es el modelo, tiene que ser resuelto, porque la indefinición genera dispersión, desplazamiento, apoliticismo, corporativismo. Y si no se cuenta con instrumentos de representación democrática real, no se puede resolver".

El debate se desarrolló marcado por la voluntad de mantener la unidad del movimiento sindical, "y como dijo el congreso, no la unidad por la unidad, sino en torno a un proyecto unificador. Proceso que se impulsó en medio de iniciativas concretas. El 21 de agosto de 2002 se realizó una jornada de movilización por el Chile Justo. Allí surgió la Demanda por un Chile Justo que fue un paso. El 13 de agosto de 2003, en torno a esa demanda se realizó el paro nacional que comprobó que diversos sectores se ven afectados por el modelo y se suman a la necesidad de construir una alternativa".

El congreso significó un gran avance que deja un enorme potencial, que como tal no está asegurado. De esto surge un llamado a todos los partidos, movimientos, corrientes de opinión, organizaciones sociales, estudiantes, pequeños empresarios, a sumarse a un esfuerzo común. El 13 de agosto demostró que la construcción es fructífera por abajo, por la base, y no necesariamente por "arriba" donde no alcanza siempre los mismos resultados. En tal sentido, las multisociales revisten especial importancia -destaca el dirigente-, pues tienen un enorme peso y un camino recorrido, como en Valparaíso, Arica, Chañaral, San Antonio, Lota, donde se suman diversos sectores de la comunidad que se unen porque ven en peligro la propia subsistencia territorial.

El congreso cerró una etapa de indefinición, de falta de espacios de participación y se arriba a una etapa de construcción que, a juicio de Salinas, es lo que debe desvelar a los dirigentes sindicales. Al esfuerzo pueden sumarse quienes lo deseen, advierte, en alusión al colectivo disidente encabezado por el DC Diego Olivares.

"El costo lo pagarán ellos, en eso el congreso fue enfático. Las organizaciones que la integran no se irán de la CUT y las diferencias se resolverán en su interior. Eso resolvieron".

Congresos y congresitos

El nerviosismo de los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores era injustificado la mañana del 8 de enero, al comenzar la sesión del congreso extraordinario en el Edificio Diego Portales, porque el fantasma de la fractura, construido por el colectivo sindical Siglo XXI, penaba en la sala con cerca de 700 delegados que representaron al 90% de las organizaciones afiliadas a la CUT. Pero los temores eran infundados, aunque los dirigentes no podían saberlo. En un reducido salón del Estadio el Llano, perteneciente al Banco del Estado, los 38 asistentes que respondieron a la convocatoria de Diego Olivares (DC), Jorge Millán (PRSD), Miguel Vega (DC), Osvaldo Verdugo (DC), Alfonso Latrop (PS) y Julia Requena (PS) sólo provocaron el desmoronamiento del ánimo en los líderes. Tanto así, que la asamblea fue suspendida por la escasa concurrencia, después de que Vega hiciera uso de la palabra para "felicitar" al presidente de la CUT, Arturo Martínez, "por haber creado la primera central ideológica en Chile, perteneciente al PC".

Por otra parte, a la inauguración del congreso extraordinario de la CUT concurrieron -además del PC, por cierto- los encargados sindicales del PDC, PS, PRSD y PPD, todos los partidos a que pertenecen los disidentes que, según fuentes concertacionistas, actúan bajo los lineamientos de los colorines demócratacristianos (con el propio Adolfo a la cabeza), y del tercerismo socialista (Ricardo Solari, entre otros).

En el Diego Portales estuvieron también los gremios a que pertenecen los integrantes del colectivo Siglo XXI: la federación bancaria, a la que pertenece Olivares, los profesores, a que pertenece Osvaldo Verdugo, la CEPCH, a la que pertenece Jorge Millán.

De los resultados se desprende que el grupo disidente no cuenta con el respaldo de los partidos en que militan, ni de los gremios a que pertenecen.

Sin embargo, señala Guillermo Salinas, se levantaron contra el paro del 13 de agosto y desde entonces no han cesado sus esfuerzos por imponer una línea que aleje a la CUT de la movilización y la inserte en la colaboración con las autoridades, en franca oposición a una CUT que pretende impulsar el movimiento sindical para cambiar el modelo económico imperante, dotado además de mayor democracia.

"En este congreso triunfaron los trabajadores y el gran derrotado fue el neoliberalismo. En ese marco, Siglo XXI sucumbió" afirma Salinas.

Por lo demás, el congreso determinó que fuera reestructurado el Consejo Ejecutivo Nacional, lo que debería hacerse efectivo la semana que viene -cuando sesione en forma ordinaria el Consejo Ejecutivo Nacional-, lo que significa marginar de sus cargos a algunos de los dirigentes agrupados en el colectivo Siglo XXI.

Los dirigentes de la Central consideran que sin ser condescendientes con la situación de quienes intentaron dividir la multisindical, ésta debe concentrarse en sus objetivos principales para enfrentar el modelo y no sumirse en las querellas internas.

"En mi opinión es vital producir cambios en relaciones internacionales, porque el congreso se planteó fortalecer el Mercosur para generar un gran bloque que permita hacer frente a las potencias mundiales. Eso es contradictorio con lo que se impulsa actualmente desde esa comisión", sostiene Guillermo Salinas.

En agosto se realizarán las elecciones de la CUT y se terminará de resolver lo que quede pendiente.