Yo no quiero mar
David Acebey Delgadillo*
La llamada Guerra del Gas fue,
sobre todo, una batalla en contra de la
corrupción, una batalla ganada heroicamente por el pueblo. Son esas
batallas las nos aproximan al mar
verdadero. No las declaraciones oportunistas de los que lucran con la muerte, de los que nunca podrán ser bolivianos
ni humanos.
Si estamos enclaustrados por la corrupción, entonces para recuperar el mar no necesitamos una comisión marítima
conformada por parlamentarios,
necesitamos una comisión anticorrupción conformada por guerreros de
la dignidad.
Yo no quiero ese mar: el mar de las mentiras, el mar de los titulares promovidos por ³La Embajada² y los corruptos
de siempre, el mar de los que pretenden
distraer el hambre del pueblo removiendo sus sentimientos.
Yo quiero el otro mar: el mar verdadero, el mar que recuperaremos cuando dejen de gobernar los corruptos, el mar
donde se bañarán nuestros niños cuando
tengamos conciencia de que nunca derrotaremos el contrabando, el SIDA, la inseguridad ciudadana, la
mediocridad, el hambre y demás males, si
no derrotamos la corrupción.
Los ganadores de la última elección presidencial fueron Evo Morales y
Carlos Mesa, en ese orden. Los votos
para el actual presidente fueron consecuencia
de su promesa electoral de luchar en contra la corrupción. No cumplió
ni cumplirá (apuesto los huevos de mi
caballo bayo); pero la historia es una
loca de remate: cuando el historiador Carlos Mesa estaba al borde de
la muerte política por no cumplir su
promesa, su incumplimiento determinó la
caída del MNR y su posterior ascenso a la primera magistratura. Si
hubiera cumplido, el MNR estaría
gobernando con mucho apoyo popular y, claro está, con muchos, muchísimos militantes de la mega coalición, en la
cárcel.
El mar vendrá solo. Tal vez venga caminando o tal vez venga nadando. El
mar vendrá sin violencia. Vendrá cuando
Chile y Bolivia estén gobernados por
pensantes, por gentes graduadas de Seres Humanos. No por chauvinistas
ni corruptos. Vendrá cuando los
Revollos, los Gonis, los Paz, los Bombones y
demás gentes, por cuyas venas corre el mismo ADN, devuelvan los millones
y millones y millones y millones y
millones y millones que nos robaron, que
nos enclaustraron.
Advertencia: si me encontraran ahogado en el curiche de los patos, piensen mal y habrán acertado. ¿Nos vemos la próxima
semana? * David Acebey Delgadillo es
escritor radicado en Santa Cruz. Publicó varios libros y tiene siete premios literarios, fotográficos y
audiovisuales.
Recientemente ganó el Primer Concurso de Cuento Corto Policiaco de Fondo Negro.