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Latinoamérica

LA TREGUA VA LLEGANDO A SU FIN

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Los sindicatos y organizaciones sociales y populares de Bolivia están perdiendo la paciencia con el presidente Carlos Mesa. El mensaje presidencial de ayer, en el que se anuncian nuevos sacrificios y más cargas económicas sobre el pueblo, generó molestia y malestar en los sectores populares, que están terminando de convencerse de que no sirvió para nada la tregua que le concedieron hace dos meses y medio para que abandonara el neoliberalismo e impulsara la re-nacionalización del gas y el petróleo.
"Mesa no aprendió nada en este tiempo. No aprendió nada de lo que ocurrió en octubre (cuando una rebelión popular echó del gobierno y del país al entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada). Mesa sigue manteniendo el modelo económico que ha empobrecido a Bolivia y ha creado grandes niveles de corrupción", dijo el ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), el minero Jaime Solares, uno de los principales líderes de la revuelta social de octubre.
"El pueblo ha peleado por la abrogación de la Ley de Hidrocarburos, del Decreto 21060 (que pone en vigencia el libre mercado) y de la Ley de Pensiones, pero Mesa insiste con mantenerlas", agregó al convocar a los sectores laborales para que se organicen para las futuras luchas por sus reivindicaciones sociales.
"Los trabajadores debemos estar alertas y organizar una protesta social en contra de un gobierno que no hace otra cosa que lamentar lo que pasa en el país", dijo al cuestionar el tono del mensaje presidencial (ver
http://www.econoticiasbolivia.com/documentos/notadeldia/mesasacri.html), en el que se habla de nuevos sacrificios para el pueblo, la vigencia de la lucha frontal contra la coca y un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, políticas consideradas como contrarias a las demandas populares.
En el mismo tono de crítico, otro de los líderes de la insurrección popular de octubre, el ejecutivo de la Central Obrera de El Alto, Roberto de la Cruz, afirmó que el mensaje del Jefe de Estado fue demagógico, ya que no habló sobre temas vitales como la abrogación de la Ley de Hidrocarburos y otros. "Las movilizaciones de octubre fueron para cambiar el modelo económico y para la abrogación de la Ley de Hidrocarburos y no para modificarla, pero lamentablemente Carlos Mesa es el continuismo de Sánchez de Lozada", dijo al informar que en las próximas horas convocaría a una reunión ampliada de dirigentes para evaluar la situación política y social del país y adoptar medidas contra el gobierno.
Similares reacciones se produjeron en el resto de organizaciones sociales y laborales. En Potosí, el dirigente campesino Teodoro Mamani cuestionó, por ejemplo, la propuesta de Mesa de convocar en marzo un referéndum para decidir si se exporta o no el gas como materia prima. "Ya no es necesario realizar un referéndum, porque el pueblo ya dijo su palabra en octubre al pedir que el gas vuelva a ser de propiedad de los bolivianos y no de las transnacionales".
"Hay una soberbia de parte del Presidente", agregó el dirigente agrario, que coincidió con el representante obrero de esa misma región. "El mensaje presidencial ha desenmascarado a Carlos Mesa, que solo obedece a los mandatos del Fondo Monetario Internacional (FMI)", señaló Freddy Gutiérrez, dirigente de la Central Obrera de Potosí.
En Cochabamba, en el centro del país, el dirigente de la Coordinadora del Defensa del Gas, el fabril Oscar Olivera dijo que Mesa no quiere cambiar la política económica. "Ese mensaje no está dirigido a la solución de los problemas políticos y económicos".
En La Paz, el dirigente del magisterio urbano José Luis Alvarez calificó de demagógico el mensaje presidencial porque se sigue pidiendo sacrificio al pueblo para beneficiar a las transnacionales. "En Bolivia quien gobierna es el Embajador norteamericano, no tenemos un gobierno soberano que pueda resolver nuestros problemas. Mesa ha continuado con la política y los mensajes de los anteriores presidentes en sentido de continuar exigiendo sacrificios a los trabajadores para que las transnacionales sigan enriqueciéndose a costa de nuestra miseria. Algo de cierto tiene Carlos Mesa cuando dice que el Estado capitalista ha quebrado, sino se modifica la política neoliberal vamos a seguir pasando hambre", dijo al sostener que la solución a la crisis fiscal que padece Bolivia no pasa por más sacrificios del pueblo sino por la expropiación de las empresas transnacionales que operan en el país.
Desde el campo, el ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), el "Mallku" Felipe Quispe anunció movilizaciones a partir del 20 de enero si Mesa no atendía las demandas sectoriales. "El Presidente pide sacrificios a los trabajadores y no así a los grandes empresarios, a los superintendentes, que ganan a veces más que propio Presidente (...) Tiene que solucionar los 72 puntos que planteó la CSUTCB o caso contrario habrá varias movilizaciones".
Entre los cocaleros, la reacción tampoco se dejó esperar. En La Paz, el diputado cocalero y jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, aseguró que el presidente Mesa tenía un pensamiento similar al de Sánchez de Lozada. "En el tema de la coca sigue afirmando lo que dijo Sánchez de Lozada y está totalmente equivocado (...) hemos visto que el gobierno no tiene personalidad ni dignidad para actuar en contra de lo que dice la Embajada de Estados Unidos", agregó al remarcar que Mesa no tenía interés en cambiar el modelo económico.
El distanciamiento entre cocaleros y gobierno se hace cada vez más evidente, aunque no ocurre lo mismo con el MAS. En la brigada parlamentaria se aseguró que con relación a Mesa el MAS "no era oposición ni oficialismo. Somos oposición al modelo neoliberal, pero no oposición al gobierno de Mesa. No somos enemigos de Mesa".