Internacional
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5 de mayo del 2004
La dialéctica del Imperio
Antonio Maira
De repente ha reventado todo.
Todo ha quedado fuera de guión excepto la perseverancia, de apariencia cada vez más estúpida, de Bush y sus asesores, inmersos en el gran proyecto estratégico del Imperio e incapaces de valorar los factores locales de la guerra en Iraq. Todo menos la obstinación despiadada del neofascismo estadounidense y la determinación cada vez más organizada de la resistencia patriótica que pese a la insistencia de los "mediadores de buena fe" no olvidará nunca la historia de la inmensa tragedia que está sufriendo Iraq.
La ONU demediada
Sigue quedando fuera de guión la nada honorable -más bien, totalmente hipócrita- mediación de una ONU cómplice a medias de la guerra global y a medias reticente con el terror que ha desatado Washington. Una ONU y también una UE que insisten en que la solución está en la pérdida de la memoria, en "mirar hacia delante" más allá de las ruinas de los bombardeos y de los cadáveres que sigue amontonando la ocupación. Hacia delante y por encima de lo que está sucediendo en estos mismos momentos. Hacia delante y sin detenerse en la masacre inminente de Faluya y Nayab. El futuro que Annan, Brahimi, el siempre compungido Solana, y los gobiernos, políticos e intelectuales liberales, supuestamente no comprometidos con la guerra, le ofrecen a los iraquíes, está más allá de la feroz pacificación del territorio que pretende llevar a cabo, antes del 1 de julio, el ejército de los Estados Unidos. La receta de la ONU y de la UE: "mirar hacia delante", implica la mutilación de la memoria inmediata y la ceguera transitoria mientras transcurre la otra mitad del infierno. Todo ello cuando el presidente Bush acaba de dar carta blanca para matar a unas fuerzas armadas que ya no estaban sometidas, por decisión imperial, a ninguna jurisdicción internacional, ni limitadas en la ejecución de los delitos más horrendos.
El poder entre la simulación y el disimulo
Ha reventado la Ley Administrativa Transitoria, también llamada "Constitución Provisional", que según nos decían entusiasmados los profesionales de Falsimedia -verdaderos "soldados mediáticos" de la Libertad que proclama el Imperio- había establecido la carta de derechos más amplia del mundo árabe. Eso sí, derechos sobre el papel, inútiles para sobrevivir en el período de "pacificación" de un país cada vez más incendiado y arrasado.
También ha quedado flotando en el aire todo el proceso de "transición" con la fecha simbólica para la "transferencia de soberanía". Sólo la sostiene, impertérrito, el presidente de los EEUU, demostrando que tal cosa sólo es una frase sin contenido alguno. La entrega nominal de una soberanía que ha pasado de "plena" a "limitada" en estos últimos días, tendrá que escenificarse entre varias barreras defensivas de enormes bloques de hormigón y miles de guardias de seguridad, bajo la vigilancia protectora de los helicópteros de ataque del ejército de los Estados Unidos, el próximo 30 de junio.
Tampoco significará absolutamente nada el nombramiento de un nuevo gobierno provisional, de digitalidad ampliada, que sólo asumirá el poder necesario para cumplir con el compromiso de invitar a las fuerzas de ocupación a que permanezcan indefinidamente en el país. En el Iraq sublevado ha desaparecido la capacidad para simular la autoridad que no tiene, del gobierno transitorio que está apunto de irse, y la que no tendrá del que está a punto de llegar. También ha desaparecido la capacidad para disimular el poder absoluto que sí tiene, de la Autoridad Provisional de la Coalición, es decir, del procónsul de Bush, también con contrato precario, Paul Bremer. (1) Iraq se ha vuelto insurrección general y lucha urbana de norte a sur, de sunita a chiíta. Cada día que pasa los esfuerzos antes dispersos se van convirtiendo en una lucha de liberación común.
Dueños de un mundo en rebelión
La principal enseñanza que nos está dando Iraq es que los invencibles "dueños del mundo" son los discutidos dueños de un mundo en rebelión.
Iraq nos enseña también que la lógica del Imperio no tiene puntos de contacto con la lógica de liberación de los pueblos. No hay mediación posible antes de que los Estados Unidos asuman la derrota de su proyecto de dominación en Iraq y en Oriente Medio. Y eso supone un enorme y doloroso desplazamiento que sólo harán a la fuerza los políticos neofascistas de Washington. Es el que comienza en la "misión cumplida" de la pancarta que acompañaba a Bush en la proclamación precipitada del fin de la guerra que hizo hace justamente un año a bordo del portaviones Abraham Lincoln, y termina en la salida de Mesopotamia del ejército de ocupación. En aquella "gloriosa" jornada, George W. Bush, el presidente tramposo nombrado por un Tribunal Supremo corrupto, se embutió en el uniforme de piloto de reactores, el de los felices combatientes a distancia que asolaron Iraq sin resistencia. Ahora el combate ha descendido de los cielos a la tierra, de los disparadores de misiles a la lucha en las calles, y centenares de muertos, y millares de heridos, desertores y enfermos de horror y de miedo, dan cuenta que buena parte del camino, pese a todo, ya ha sido hecho.
Cavando la fosa
El empecinamiento de Bush acabará en la derrota. Como dice muy certeramente Immanuel Wallerstein: "Hay un proverbio antiguo que dice que cuando está uno en un hoyo profundo, lo primero que hay que hacer es dejar de escarbar. Para dejar de cavar, sin embargo, la gente debe admitir lo malo de haberse metido en el agujero, para empezar. Si no lo malo en términos morales, por lo menos en términos políticos. Francamente no veo que nadie en Washington esté dispuesto a admitir nada. Así que es fácil predecir que Estados Unidos seguirá cavando."(2)
EEUU cavando su fosa y la UE demostrando la ausencia de una política que vaya más allá de su disponibilidad para hacer mediaciones imposibles. Europa disimula la brutal ruptura del orden internacional en la que se produce la dominación norteamericana, disimula también su propia cobardía. Ahora empieza a dudar de su apuesta principal: la reconciliación en el nuevo Iraq que emergerá después de la victoria de los Estados Unidos. Las élites europeas, inconscientes de que su proceso de deslegitimación ya ha comenzado, se han instalado en la inercia de la obediencia y la identificación, que corresponden a su imperialismo subordinado y a su conciencia histórica de amos del mundo.
Tal inercia se ha manifestado en la aprobación de la resolución 1483, el 22 de mayo de 2003, días después del alarde de "presidente en guerra" de Bush. La resolución "certificó" la ocupación de Iraq y reconoció la autoridad de las potencias ocupantes. Más tarde -el 16 de octubre del mismo año- Europa hizo posible la aprobación de la resolución 1511 que autorizó la creación de una fuerza multinacional bajo mando de los Estados Unidos y abrió el camino al proyecto de "devolución de soberanía" en el que finalmente se ha empantanado Washington. En las declaraciones de la Cumbre de Salónica (19 y 20 de junio de 2003) una UE convencida de la rápida victoria de los EEUU había aprobado una indigna resolución en la que celebraba la guerra y la ocupación como feliz oportunidad para la creación de un sistema democrático en Iraq. También en Salónica los líderes europeos, por unanimidad, consagraban en el "documento Solana" toda la estrategia de la guerra preventiva y la doctrina sobre las amenazas en el mundo, que había proclamado el presidente de los Estados Unidos y que le había servido para justificar la guerra.
El protagonista ignorado
Otra enseñanza de la guerra de Iraq, tal vez la menos expresable por los propagandistas políticos y los "expertos en ocupaciones y resistencias" que pululan por Falsimedia, es que el único factor antagonista del proyecto imperial de los Estados Unidos es el proceso de resistencia.
La consecuencia parece clara. Pese a la "insistencia humanitaria" de los liberales de izquierda en la necesidad de que la ONU medie en un proceso de transición para la recuperación de la soberanía, la única posibilidad de estabilización y reconstrucción es la que comienza con la desaparición de todas las fuerzas de ocupación.
En Iraq es ya evidente la convergencia progresiva entre una insurrección cada vez más generalizada e incontrolable, y la lucha armada de una resistencia que se ha unificado en ciudades como Faluya o Nayaf. Es el terrible escenario temido y al mismo tiempo provocado por Washington.
Mientras la ONU se empeña en un papel de mediación imposible, y la UE permanece inmovilizada por su división y su cobardía, los dos antagonistas se han alineado frente a frente en estas últimas semanas.
La guerra, terrible, dejará un lugar al esperpento: el día 1 de julio, con los ejércitos imperiales asediando ciudades iraquíes, George W. Bush, volverá a proclamar su victoria.
Notas
(1) Con las imágenes de iraquíes torturados bajo la responsabilidad de Paul Brener -que han sido publicadas en el día de hoy, 29 de abril, y que recuerdan las escenas de Auschwitz o de Treblinka-, se perfila el futuro terrible con rostro de Negroponte, responsable de la dirección desde Honduras de la Contra nicaragüense y, al parecer, próximo procónsul de EEUU en Iraq.
(2) "EU está perdiendo la guerra". La Jornada, 18 de abril.