Europa
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Chechenia: La guerra olvidada
Otro escenario del petróleo
Lisandro Otero
Rebelión
La ejecución del Presidente de Chechenia, Akhmad Kadyrov, seleccionado por los
rusos como su títere en aquella región, seis meses después de haber sido
impuesto en unas elecciones amañadas, no le deja a Putin otra opción que
continuar la carnicería comenzada hace diez años. Nuevas elecciones han sido
convocadas en septiembre pero ya se sabe de antemano que en esa farsa el hombre
de Moscú será el nuevo mandatario.
En los últimos tiempos las tropas rusas habían amortiguado la belicosidad, no se
desarrollaban combates mayores, pero la actividad de la resistencia patriótica
continuaba. El máximo dirigente rebelde, Aslan Maskhadov, no ha depuesto las
armas. Kadyrov había creado un ejército privado compuesto de rufianes y
forajidos que asesinaban y secuestraban in piedad. Esa fuerza mercenaria ha
quedado acéfala ahora, pese a haber sido designado su hijo, Ramzan, para
sucederlo.
La guerra en Chechenia ha sido obra de Putin, pese a que fue el corrompido
Yeltsin quien la inició. En noviembre de 1991, tras la disolución de la Unión
Soviética, los chechenios declararon su independencia. En 1994 Yeltsin ordenó al
ejército atacar Grozni y mantuvo esa guerra durante tres años hasta 1996, cuando
se estableció una frágil armonía que se vio interrumpida en 1999, tras ocurrir
una serie de atentados, en edificios de apartamentos urbanos en Moscú, lo cual
produjo un saldo de trescientos muertos. Hasta ahora la guerra en Chechenia ha
arrojado un cruento saldo de miles de muertos y cientos de miles de refugiados.
Hace un par de años se produjo un temerario asalto de los patriotas chechenios a
un teatro de Moscú donde fueron secuestrados los espectadores. Tuvo un final
sangriento debido a la brutalidad de la policía rusa.
Los chechenios llevan más de siglo y medio luchando por su independencia. Su
resistencia contra las campañas colonialistas de los zares fue intrépida y
tenaz. Durante la Segunda Guerra Mundial cooperaron con la ocupación nazi como
una manera de deshacerse del yugo ruso. En represalia Stalin ordenó la
deportación de 850 mil chechenios a Siberia, que no regresaron hasta los tiempos
de Kruschev, pero ya habían muerto medio millón de ellos en las duras
condiciones del exilio.
La verdadera razón de la guerra contra Chechenia es el petróleo del Mar Caspio.
En esa región se albergan veinticinco mil millones de barriles del hidrocarburo.
Las reservas de Kazajstan, Turkmenistan y Uzbekistán igualan a las de Kuwait y
sobrepasan las de Alaska y el Mar del Norte juntas. El control de esos
yacimientos es uno de los puntos claves de la Posguerra Fría. La reaccionaria
Heritage Foundation considera en sus análisis que si no se llega a acuerdos de
cooperación para explotar esas inmensas riquezas habrá sangrientas guerras
locales y feroces conflictos de baja intensidad.
Rusia necesita a Chechenia para controlar el oleoducto que va desde Bakú, vía
Grozni, hasta la ciudad rusa de Tikhoretsk y termina en el puerto de
Novorossiysk, en el Mar Negro. Por añadidura Grozni cuenta con una refinería que
procesa doce millones de toneladas de petróleo anuales. Durante el período del
Presidente Dudayev, del 91 al 94, Chechenia exportó ilegalmente, sin la
supervisión rusa, cientos de millones de dólares en combustible refinado. La
ofensiva rusa de 1994 tuvo, en parte, como objetivo detener este flujo de
hidrocarburos de estraperlo. Fue entonces que Dudayev se volvió a sus hermanos
musulmanes del Oriente Medio, presentando el conflicto como una confrontación
entre el Islam y la Iglesia Ortodoxa.
Los Estados Unidos necesitan asegurarse el petróleo del Cáucaso para depender
menos del Oriente Medio. Esos recursos pudieran proporcionarle dos billones de
dólares anuales a Azerbaiján y quinientos millones a Georgia. Entregándoles esos
fondos a cambio de su petróleo asegurarían de paso la autonomía de esos estados
que pudieran resistir más eficazmente los movimientos de Moscú para recuperar su
zona de influencia. La Chevron ya ha trazado proyectos para varios oleductos en
esa zona.
Los intereses antagónicos de Rusia y Estados Unidos en la región mantienen vivo
el conflicto.
gotli2002@yahoo.com