Europa
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4 de abril de 2004
Mentiras también en Kosovo
Ramón Chao
En realidad, la guerra que se terminó en junio de 1999, no concluyó todavía ni logró ninguno de sus objetivos.
La versión oficial, destinada a la opinión, consistía en decir que los Estados Unidos (con Europa) atacaban Yugoslavia para detener un genocidio. Se ha tenido que reconocer (discretamente) que tal barbarie nunca existió, y ahora resulta casi imposible condenar al acusado número uno de las masacres, Slobodan Milosevic.
El inventor de esta gran mentira fue Alastair Campbell, consejero de comunicación de Blair, en cuya imaginación delirante se fraguó la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.
De todas formas, los hechos son testarudos, como decía el otro. Ocupado desde hace cinco años por la OTAN, Kosovo sufre desde entonces una verdadera limpieza étnica, con la complicidad de los Estados Unidos, aseguran los policías alemanes destacados allí: «Cuando vemos que los mafiosos gozan de la protección americana, nos das ganas de vomitar».
Cuáles eran entonces los fines de esta guerra? En primer lugar, liquidar la autogestión y los derechos sociales de los trabajadores yugoslavos para privatizar la industria sin problemas.
La crisis obliga a las multinacionales a conquistar nuevas tierras y nuevos mercados. Por medio de tanques y bombas, si es necesario. La seguridad social y los derechos de los trabajadores han sido suprimidos. Así, la US Steel, pudo comprar Sartid, la fábrica siderúrgica más grande de los Balcanes, por un puñado de dólares. Imponiendo en Belgrado un gobierno del FMI, las multinacionales creen haber ganado, pero tal gobierno acaba de ser desaprobado en las últimas elecciones.
También se trataba de controlar la vía estratégica de los Balcanes. Berlín quiere que la ruta del petróleo pase por el Danubio (y por Belgrado) para llevar el petróleo y el gas del Cáucaso y de Oriente Medio hasta Hamburgo y Rotterdam En cambio, EE.UU., en su deseo de debilitar a Europa, impone otro trazado más al sur, que pase por los Estados vasallos de Bulgaria, Macedonia y Albania. Con este fin, acaba de construir en Kosovo una base militar gigantesca, llamada Camp Bondsteel.
El instrumento que utiliza EE.UU. para llevar a cabo su estrategia es la UCK, un movimiento irredentista y violento que desde siempre quiere crear una Gran Albania étnicamente pura (con Albania, Kosovo, zonas de Serbia, Macedonia, Montenegro y Grecia).
Hace años, esta UCK era, según los Estados Unidos, un grupo terrorista . Ahora, considera a sus guerreros combatientes de la libertad . Con ellos piensa desintegrar lo que queda de Yugoslavia demasiado izquierdista a su entender, y crear un nuevo Israel en los Balcanes, un estado-marioneta armado y financiado por Washington, foco de tensión permanente que pueda justificar un día una intervención directa. Será un caballo de Troya de EE.UU. para desesabilizar el continente europeo en estos momentos de guerra económica intensa. Por esta razón, explica el experto canadiense Chossudovsky, Estados Unidos ha establecido «un acuerdo interesado con la mafia de Kosovo». La rivalidad entre Estados Unidos y Europa es la verdadera explicación del drama actual. Los soldados franceses son el objetivo de Mitrovica. Los golpes proceden de Washington. En Irak, Bush se enreda y ni Chirac ni Schröder hacen nada para sacarlo del atolladero. Para colmo, la nueva situación en España modifica la relación de fuerzas en Europa. Y esta es la reacción más inmediata de los EE.UU. para realzar su presencia en el viejo continente . Otras vendrán.