Europa
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3 de april del 2004
Europa confundida
Theotonio dos Santos
Giovanni Arrighi ha recurrido a la teoría del caos para definir el período histórico que vivimos. Él nos habla de un caos sistémico. Una situación en la cual el conjunto de fuerzas sociales en presencia en la historia puede tomar un número excepcional de caminos sistémicamente distintos, lo que resulta en una salida histórica necesariamente imprevisible para todas las partes.
En un libro sobre Auge y Decadencia del Neoliberalismo que acabo de entregar a los editores brasileños llego a conclusiones semejantes. La crisis del neoliberalismo en curso ha dejado un vacío doloroso para todas las partes ya que la ilusión de un pensamiento único continúa impregnando las mentes mientras la realidad no tiene nada que ver con sus primicias y sus conceptos o representaciones de la misma.
El neoliberalismo ya se agotó como posibilidad de política económica. Es que él no es viable en sus fundamentos mismos ya que trabaja con un modelo ideal de la realidad que simplemente no tiene ningún fundamento en ella.
Los conceptos de libre mercado, de equilibrio perfecto, del individuo posesivo y de una racionalidad fundada en la adecuación de los medios a los fines originados en el siglo XVII y XVIII son algunos de estos conceptos. En esta época tenían un significado, en la medida en que reflejan la voluntad de una nueva clase social de crear una sociedad capitalista liberal, en la cual los individuos encontrarían los medios para su pleno desarrollo.
La realidad histórica resultó totalmente diferente de lo que se esperaba de la acción de la voluntad económica y política para implantar estas primicias puramente lógicas que ya en aquella época fueron transformadas en entes metafísicos, en principios fundamentales de la "naturaleza humana".
Esta operación filosófica e ideológica era plenamente posible cuando la búsqueda de una sociedad del libre mercado era un objetivo. Pero ella se transforma en una caricatura cuando la expansión de las relaciones de producción capitalistas por casi todo el planeta resultó en un régimen de mercado oligopólico o monopólico.
En este mismo periodo el capitalismo de Estado se convirtió en la manera de operar del grande capital que comanda esta sociedad. El Estado se convirtió en el capitalista colectivo. Sin él no hay acumulación capitalista posible en el mundo de los monopolios transnacionales o globales. Que es también el mundo de los grandes sindicatos y de los partidos políticos obreros o de asalariados en general.
Vemos también como el capital financiero, por su función crucial en la organización de las relaciones sociales mercantiles globalizadas en todo el planeta, supo poner a su servicio este poder colosal del Estado contemporáneo impulsando el endeudamiento público y el pago de las más altas tasas de interés por el mismo.
¿Que se podría esperar de un proceso político real que consistió en un verdadero asalto al Estado para convertirlo en el instrumento privilegiado de la captación de todos los ahorros de la población y de parte sustancial de su consumo anterior en recursos fiscales que se transfieren al sector financiero bajo la forma de pago de intereses por el Estado?
Para que el lector no quede con dudas muy posibles en este contexto de manipulación brutal de la información en que vivimos, le presentamos los siguientes datos de la OCDE. Entre 1985 y 2003, los compromisos financieros líquidos de las administraciones públicas de los países de la zona del euro subieron del 32,7% del PIB al 52,9% del PIB. En el total de los países de la OCDE (los llamados países industrializados) subieron del 36,8% del PIB al 44,9%. Y esto no es aún más grave por la reacción que el sistema económico viene oponiendo, desde la crisis de octubre de 1987, a la expansión impulsiva del capital financiero.
No es aquí el lugar para profundizar este análisis. En parte él se encuentra en nuestro libro, cuyas tésis centrales estamos discutiendo con los alumnos del doctorado que dirige Pierre Salama en Paris XIII, en estos días, y debemos continuar discutiéndolo con los componentes del seminario que organiza UNCTAD India en Delhi a principios de abril.
Lo que choca en este momento es ver como opera en la vieja y curtida Europa estas realidades paradojales. Desde Paris, podemos apreciar este espectáculo impresionante del final de un cuadro ideológico y de sus expresiones políticas y económicas. En Francia, las elecciones regionales apuntan hacia un desgaste colosal de la vieja derecha conservadora francesa. Los socialistas vuelven a crecer a sus índices más altos a pesar de la pérdida de confianza que la población les demostró en las últimas elecciones presidenciales. Ellos tienen que saber que este crédito tiene un límite. Y que lo perderán definitivamente si se dejan llevar por los cantos del sistema financiero y sacrifican las metas sociales a las presiones del patronato francés en general.
De hecho, la población está exigiendo una clara política de pleno empleo que tanto irrita al pensamiento económico neoliberal. Los bancos centrales europeos continúan creyendo en la necesidad de contener el crecimiento para impedir las presiones inflacionarias intrínsicamente asociadas por ellos al pleno empleo.
Mas dura aún ha sido la reacción de las fuerzas patronales en general a las demandas de los trabajadores por la baja de la jornada de trabajo, para que se distribuyan los resultados del gigantesco aumento de la productividad de los últimos años a toda la población y para que este aumento del poder productivo de la humanidad no resulte en la desgracia del desempleo y sí en la mejoría de condiciones de vida de la misma.
En vez de prepararse para el avance social resultante del reinicio del crecimiento que se dibuja en el horizonte económico internacional para estos próximos años, la supervivencia del pensamiento neoliberal continúa poniendo en cuestión las conquistas de los trabajadores durante los años del Estado de Bienestar social.
Es esta contradicción que profundiza el malestar mundial. Principalmente en el cuadro del intento desesperado de las fuerzas de la ultraderecha norteamericana por salvar la fuerza imperial de este país. El camino de la guerra insensata, del gasto militar forzado, del déficit fiscal y comercial incontrolable, de la crisis de largo plazo del dólar en este contexto, al mismo tiempo en que se busca afirmar una hegemonía unilateral de una facción de la clase dominante estadounidense, todos estos factores transforman la coyuntura mundial en un caos abismal.
Cercada por la necesidad de contener las aventuras del unilateralismo de Estados Unidos, de contener el impacto de sus investidas contra los pueblos musulmanes, de enfrentar la competencia creciente de una Asia en expansión, de abrir caminos más racionales para enfrentar el problema de la pobreza mundial en expansión y el círculo de fuego de la degradación ambiental, expuesta al enfrentamiento de las confrontaciones étnicas que intentó suprimir durante su ascenso como centro del imperialismo mundial, con la tarea de asimilar a la población del Este europeo que no logra integrarse en los patrones del capitalismo europeo con los cuales las sedujo para abandonar el socialismo, en este enmarañado tan complejo, Europa se encuentra realmente en un momento difícil que expresa en realidad la crisis general en que nos sumergimos toda la humanidad.
El 11 de marzo en Madrid con su desdoblamiento en la victoria socialista en España es otro dato esencial para calcular los vectores de esta coyuntura. Como parte de este proceso está el desmoronamiento de la confianza en los medios de comunicación, en los políticos en general y de la derecha conservadora en particular. En este contexto se debe situar la mantención de la alta votación del Frente Nacional en Francia en las presentes elecciones regionales.
La amenaza de un fascismo europeo no es trivial en el contexto de la expansión del integrismo islámico planetario con sus métodos terroristas brutales y de la aventura gubernamental de los integristas cristianos imperialistas en los Estados Unidos. Esto ocurre mientras América Latina derrumba gobiernos pro FMI para elegir nuevos gobiernos pro FMI, lo que mina el fervor democrático de la región, por lo menos en su forma electoral actual.
Amigo lector, tenemos una amplia tarea por delante para superar el "stress" a que nos lleva esa situación. Mantengamos los pies en la tierra y la cabeza bajo el control de la razón. Ella no resuelve todo pero es por lo menos una compañera necesaria cuando el suelo empieza a ceder.
* Theotonio dos Santos es profesor titular de la Universidad Federal Fulmínense, Coordinador de la Cátedra y Red de la UNESCO y de la Universidad de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible (www.reggen.org.br)