Rebelión

Es evidente que el resultado de la elección de ayer en España no se puede separar de los atentados del 11 de marzo en Madrid.

Las muertes sin duda que han incidido en el camino a las urnas. Pocas veces un atentado terrorista ha logrado influir tanto en un acto eleccionario. Pero sobre todo lo que ha incidido ha sido la falta transparencia en la difusión de la información oficial y el manejo de los datos por parte de los medios de comunicación públicos o cercanos al gobierno de José María Aznar.

El apresuramiento del gobierno de Aznar por centrar en la ETA la responsabilidad del sangriento atentado, creyendo con ello que se iban a favorecer políticamente, se convirtió en un bumerán para Mariano Rajoy, el candidato del oficialista Partido Popular.

"Vuestra es la guerra, nuestros son los muertos" fueron algunas de las consignas que se corearon el pasado sábado por parte de miles de españoles que reclamaban al gobierno una mayor transparencia informativa sobre los autores de los atentados. Y que protestaban por la manipulación política de un acto tan excecrable. Ayer los españoles verdaderamente elegieron que es mucho más que votar.

El contundente resultado: el PSOE ganó por cinco puntos porcentuales cuando antes de los atentados las encuestas daban una diferencia a favor del PP de seis puntos, revela también la gran diferencia que hay entre la sociedad española y la de EEUU.

Tras los atentados del 11 de setiembre, el presidente George Bush hizo primar el terror detrás del terror y, ayer en España, por el contrario, prevaleció la lucha por la paz y la legalidad después del atentando del 11 de marzo.

Ayer el pueblo español le dio un duro golpe a la política exterior de Aznar el que se plasmó en las urnas, pero por elevación también castigó a Bush y al Primer Ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, sus aliados en la aventura guerrera contra Irak en busca de unas armas de destrucción masiva que nunca se encontraron.

* Antonio Ladra es secretario de redacción de LA REPUBLICA (Uruguay).