Europa
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26 de marzo del 2004
Análisis de las elecciones en Rusia
Epílogo a un nuevo triunfo
Viacheslav Titiokin
Me llama un conocido de Europa Occidental. "Sabe, dice, ¿qué es lo que más ha sorprendido a la prensa europea de las elecciones presidenciales?" "¿El que? ¿El nuevo triunfo de Putin?". "Todo lo contrario, el inesperado éxito de Jaritonov (candidato por el Partido Comunista. N. de la T). De esto hablan no solo los periódicos, más o memos progresistas, sino la influyente prensa de derechas, periódicos como el francés "Le Figaro", periódicos suizos y alemanes.
Más aun, a juzgar por los resultados de las elecciones del 7 de diciembre y del 14 de marzo, llegan a la conclusión de que el PCFR, no es simplemente la mayor organización opositora, sino la única fuerza de oposición en Rusia. Y lo que es más interesante, que en opinión de muchos periódicos europeos, el 14% del PCFR y de Jaritonov, está lejos de ser la cima electoral de partido, si tenemos en cuenta que mucha gente de izquierdas no fue a votar".
También se han fijado en Occidente en el hecho de que Putin no se quisiera postular como candidato de "Rusia Unida". De este modo el "partido del gobierno" ha quedado en las presidenciales fuera de juego. Ha vencido, en lo que a partidos se refiere el PCFR (Jaritonov era el candidato del Partido). El Partido Liberal Democrático (ultraderecha nacionalista. N.de la T) que en las legislativas obtuvo el 11%, esta vez sin Zhirinovsky, se ha quedado en poco más del 2%. Ese es el peso real de los Liberal Demócratas como partido.
La Europa oficial ha adoptado una postura más evasiva que la prensa. Los funcionarios de la OCDE algo mascullaban sobre "la ausencia de competencia", refiriéndose al hecho de que los medios estatales de comunicación habían creado "condiciones más favorables para un candidato". ¡Menudo descubrimiento! ¿Cómo se puede hablar de "condiciones favorables"? cuando según sus propios cálculos, Putin ha aparecido en pantalla hasta 6 veces más que Jaritonov. El resultado casi fue también en 6 veces superior. Esto, estimado lector, ¿no le induce a reflexionar? A mí si que me induce. ¿Qué son las elecciones? No son solo un colegio electoral, con sus papeletas, urnas, y policía a la salida. Esto son solo sus atributos externos. En realidad es una elección interior.
La persona compara: este me gusta. Votaré por él. Este no me gusta. No le voy a apoyar. Pero para poder elegir a conciencia, la persona debe tener la posibilidad de comparar. Y eso solo es posible ante todo, en función de la información proveniente de los grandes medios.
¿Y que es lo que nos encontramos? Hace 5 años que Putin no desaparece del televisor. Por eso el que Putin sea yudoca y ex agente del KGB, lo saben hasta los recién nacidos. (En realidad es sambista, aunque se avergüence en confesarlo. El Sambo es deporte nacional, y el Judo, extranjero.) Y sin embargo nadie sabe que Jaritonov es muy deportista y destaca en varias pruebas. No sabe el elector, que a diferencia de Putin, que al nacer en Leningrado tenía la Universidad a un paso, su principal competidor desde que iba a séptimo de primaria tuvo que vivir en internados, para poder estudiar.
No saben, que mientras Putin dormitaba placidamente en su destino como agente, en la ciudad de Dresde, Jaritonov araba la tierra como un buey. A los 27 años fue elegido director de una importante Sovjos. Es decir, extrapolándolo a la graduación militar, llegó a ser "comandante de regimiento". Mientras, el teniente coronel Putin no dirigió ni una sección. Cuando, de pronto, pasó a ser Comandante en jefe supremo. En general, a lo largo de su vida no había dirigido nada importante. Siempre de segundón. Incluso en el FSB (Servicio Federal de Seguridad, antes KGB) que llegó fugazmente a dirigir, los que llevaban realmente el timón eran los profesionales. A él lo eligieron a dedo. Cinco veces probó Putin ganar las elecciones en su circunscripción. Entonces si que se le podía considerar un competidor en igualdad con Jaritonov.
Todo esto lo comento a cuenta de la arrogancia de Putin que como el que mueve los puños tras el combate, lanzó un tardío panegírico, a Jaritonov. Resumiendo. La aplastante mayoría de los electores no sabían nada de Jaritonov, y por tanto no podían comparar a los candidatos y hacer una elección meditada. De ahí la confusa (pero ampliamente extendida) idea: "¿Y a quién vas a votar, más que a Putin?". Antes lo mismo decían de Yeltsin.
Así pues, resultaba imposible comparar en igualdad de condiciones a los candidatos. A esto hay que añadir que Putin se negó a participar en debates televisados en directo, lo que pone en duda sus cualidades como luchador. Todo esto, sin lo que las elecciones carecen de sentido, los observadores occidentales, lo presentaron envuelto en la refinada formula de: "ausencia de competencia".
Luego si no había competencia, no pudo haber elección. Poco tiene que marearnos la OCDE con que "las elecciones estuvieron organizadas a un nivel aceptable". Puede que sus atributos externos, se correspondiesen con lo requerido. La jarra con agua, las cortinas de las cabinas, el presidente del colegio electoral estaba sobrio y bien calzado, y no en botas de piel de reno sin calcetines… Vuelvo a repetir. Faltaba lo más importante: la posibilidad de comparar los programas, el nivel de convicción, de entrega, de fidelidad al país. Estoy convencido de que en igualdad de condiciones, Jaritonov habría ganado al actual presidente. Es una personalidad mucho más fuerte que Putin. Y esto el pueblo lo notó.
Jaritonov, no solo obtuvo un punto más que el PCFR en las legislativas, sino 2 millones más de votos, de gente concreta que lo apoyaron a él y al PCFR. Y todo esto, teniendo en cuenta que muchos de nuestros simpatizantes, se abstuvieron de participar en lo que ellos consideraron, y no sin razón, una farsa descarada.
Pero ¿de donde sale ese 71% de Putin? ¿De donde viene esa ansia devoradora de amor a la autoridad, cercana a la de Turkmenbash (en Turkmenistán) con su 99'5%? No vamos a entrar de momento a analizar la estructura social y de las fuerzas que apoyan a Putin.
Suficiente de momento con que nos fijemos, en lo que se ve en la superficie. Y en la superficie ocurren fenómenos inauditos.
Resulta por ejemplo, que el actual presidente goza de un especial cariño en las repúblicas autónomas. Allí donde la situación económica es especialmente dura, donde hay una enorme tasa de paro, las repúblicas viven de las ayudas presupuestarias, por eso el presidente disfruta de un enorme apoyo.
Por ejemplo, según datos de las 8 de la mañana del 15 de marzo, en Ingushetia sacó el 98% de los votos, en Kabardino-Balkaria el 96%, en Daguestan el 94%, en Chechenia el 92%, en Bashkiria el 91%, en Mordovia el 91%. Once regiones votaron por Putin con unos porcentajes del 80% y más. Ocho regiones más le dieron más del 75%. Prácticamente una tercera parte de las repúblicas y regiones autónomas, mostraron su apoyo a Putin con unas cifras que en mucho superaban la media. Recordemos que estas regiones, como regla general, sufren una gran depresión, y dependen fuertemente de la financiación que recibe de Moscú. ¿Tiene alguna duda el lector? Ahora en lo que concierne a los porcentajes de participación. Dicen que fue del 64%. Pero como veremos aquí también tenemos a nuestros campeones. En nueve regiones la participación fue superior al 80%. ¿Qué regiones son esas tan hiperactivas? Son las mismas que he mencionado anteriormente. Aquí habría que añadir a la región de Orlov (el Sr.Stroyev como experimentado "aparatchik", que ha pasado por todos los regímenes, sabe que la papilla no se echa a perder con aceite). Donde más les gusta ir a votar es en Kabardino - Balkaria (94%) y en Mordovia (91%). Recordemos que esos mismos porcentajes fueron los que votaron por Putin. Aquí tenemos a dos centros mundiales de la devoción a Putin. Ahora ya es un hecho científicamente constatado. (Resulta extraño que estén situadas en puntos tan alejados unos de otros. Pero eso entra dentro de las anomalías de la madre naturaleza). En total más de una cuarta parte de los sujetos de la Federación presentaron una participación superior a la media. Ante ustedes todo el mecanismo de la consecución del "triunfo".
Mientras, una región prospera como la de Belgorod, tuvo un 54% para Putin y un 27% para Jaritonov. Esto ya son cifras más o menos reales. Pero no porque sea el peor resultado para Putin y el mejor para Jaritonov, sino porque la región, es una de las más típicamente rusas, sin ningún rasgo diferenciador. Un resultado similar encontramos en la región de Orenburg, con un 58% para Putin y un 24% para Jaritonov. Es decir, en aquellas regiones donde los gobiernos locales no se emplearon a fondo para asegurar el resultado "necesario", el resultado ha sido casi natural (si no tenemos en cuenta, claro está la descomunal desproporción en cuanto a apariciones en los medios). Por cierto que en algunas regiones igual de trabajadoras y comunes como Krasnoyarsky Krai o Irkustk, las elecciones estuvieron a punto de no celebrarse.
Hemos leído en la prensa, que los gobiernos regionales recibieron el encargo de conseguir un 70x2:70% de participación y 70% de votos a favor de Putin. En muchos lugares, esta encomienda la cumplieron a conciencia. Pero en muchos otros sitios, llevados por la pasión de agradar a los amos, se esforzaron en exceso. Por eso en lugar de los modestos, pero convincentes 65% Putin obtuvo el 71%, lo que no puede producir sino mofa.
Y una última consideración. Se han publicado las cifras del coste económico que ha supuesto la campaña, para cada uno de los candidatos. La que más ha gastado ha sido la señora Jakamada, con 84 millones de rublos (1€= 32 rublos. N. de la T.).En segundo lugar encontramos a Mironov con 47 millones. En tercero a Putin con 36'5 millones. Luego siguen Malyshkin con 20'5 y Glazev con 11'4. En último lugar y a distancia, el candidato comunista, con 6'7 millones.
Y he aquí las curiosidades que resultan. Mironov el segundo en cuanto a gasto en campaña, solo obtuvo medio millón de votos. Se podría decir que cada voto le ha costado 90'8 rublos. A Jakamada con 2'5 millones de votos, le ha salido a 31'8 rublos el voto. Jaritonov tiene una correspondencia mucho más favorable. Con un gasto de 6'7 millones ha obtenido 9'4 millones de votos. Juzguen ustedes mismos quien ha atraído el voto por lo atractivo de sus ideas y quien por su dinero.
Pero lo mas interesante es que una correspondencia parecida de votos y dinero invertido, han obtenido tanto Putin como Jaritonov.
Pero aquí se esconde una circunstancia más de la escandalosa desigualdad. Es menos evidente que los espacios electorales televisivos, pero más indignante. En realidad los gastos que no pueden ser contabilizados de Putin serían simplemente astronómicos.
Es evidente que no es posible convertir en dinero el esfuerzo sobrehumano del funcionariado fiel, encargado de garantizar en cada lugar los porcentajes de participación y el apoyo a Putin. Y que decir de los costosos viajes por el país con todo el séquito de consejeros, aviones, seguridad… En apariencia, viajes presidenciales, en realidad precampaña electoral. Pensemos en las maniobras de la Flota del Norte, cuando en dos días se hicieron a la mar incontables navíos de guerra. ¿Qué clase de maniobras pueden durar dos días? Eso si, la foto de Putin, reconvertido a bravo marino, bien valió la pena.
Estas son las honradas y libres elecciones que tuvieron lugar en Rusia una vez más. Así que si los politólogos de palacio dicen que Putin ha recibido un renovado mandato popular para avanzar en las "reformas", también diremos que cada vez se habla más de los objetos volantes no identificados. Y con el mismo convencimiento.
En realidad lo que ha tenido lugar no han sido unas elecciones sino una designación. Los funcionarios han decidido y no el pueblo. Ellos como en los tiempos anteriores a Pedro el Grande han elegido a su nuevo Zar, es decir presidente. Eso es todo.