Madrid globalizada, o la desesperada
manipulación de un gobierno en apuros
Jesús Prieto (Cádiz Rebelde)
jesusprieto@journalist.com Este es un escrito redactado con enorme tristeza, con mi más profundo y sincero dolor por las vidas arrebatadas en Madrid y con el mayor desprecio por los verdaderos responsables de la matanza.
En la mañana del 11-M, a tres días de la decisiva jornada electoral en que se juega la permanencia en el Gobierno y el inherente supermercado de cargos y demás canonjías, el Partido Popular necesitaba desesperadamente que ETA fuese la autora del criminal rosario de atentados cometidos en Madrid. La alternativa era demasiado inoportuna y preocupante; excesivamente peligrosa para los intereses de la clase dominante a la que representa y defiende.
Sin embargo, a la vista de las noticias que nos han ido llegando, no es aventurado suponer que, ya a primera hora, la cúpula económica y sociopolítica de este país de las maravillas -la que manda y decide- disponía de suficientes datos para afirmar sin miedo a equivocarse que los atentados respondían a la dialéctica del horror que ellos mismos habían comenzado un año antes. Me refiero, claro, a cuando, en uno de los episodios más bochornosos de la historia de las Españas, se apuntaron al bombardeo de Bush cambiando inocentes vidas iraquíes por petróleo y contratos manchados de sangre, dibujando con ello en el pecho de la ciudadanía celtibérica una diana gigante y colectiva.
Muchas son las evidencias que apuntalan esta hipótesis. Ahora sabemos, por ejemplo, que el Mossad israelí tenía conocimiento de la presencia de un musulmán suicida entre las víctimas de una de las explosiones. El hallazgo de una grabación de versículos del Corán en un vehículo presumiblemente utilizado por los asesinos, apunta en la misma dirección; y como remate, el extraordinario acontecimiento de que la CNN emitiera la intervención del monarca -que no hizo referencia alguna a la organización vasca- horas antes de hacerlo TVE es, por lo menos, sospechoso. Eso sin tener en cuenta el hecho, insólito en ETA, de atacar sin previo aviso y buscando el mayor número de bajas civiles posible.
Pero el legionario de Cristo al frente del ministerio de la Porra y el comisario Urdaci son dos obedientes e incondicionales hombres de partido dignos de compartir orla con Victoria Prego. Sólo gente así puede atreverse a comparecer ante la opinión pública y afirmar sin sonrojarse que un animal con pico y plumas que anda como un pato, nada como un pato y hace "cuac", es un cocodrilo.
Dice el refrán que a grandes males, grandes remedios, y alguien debió pensar que, ante lo que se avecinaba inexorablemente, sólo cabía una táctica combinada de dilación y confusión. Y es que si hubiera sido ETA, el PP renovaría el domingo su mayoría absoluta, acumulando fuerzas en torno a su estrategia nacional-capitalista; pero, si como parece, han sido los integristas islámicos, queda en evidencia su grave irresponsabilidad en la agresión a Iraq y es el PSOE el que se beneficia, hasta el punto de poder producirse la temida alternancia. Por eso, procurarán insistir hasta el domingo en que, como dice uno de los cortometrajes de Hay motivo, por el mar corren las liebres.
Un querido amigo me dijo en cierta ocasión que si un partido único es propio de un régimen tiránico, en lógica ecuación, dos partidos únicos caracterizan a una doble dictadura. Así, de nuevo ahora se nos propone una falsa disyuntiva. La elección no es entre el PP o el PSOE. Nunca lo fue. La única y verdadera decisión a tomar el día 14 es si apoyamos a este maldito Sistema o lo combatimos. Y si no queremos que se repitan tragedias como la de Madrid, la opción está clara.