Europa
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Estallan casi al mismo tiempo 12 bombas en tres trenes del servicio urbano
Atentado con sello de Al Qaeda en Madrid; más de 190 muertos
Se atribuye ataque a ETA en un primer momento; no es su modus operandi, sostienen expertos
En un comunicado la red de Osama Bin Laden habría señalado un "triunfo contra los cruzados"
Convocan para hoy a movilización de condena a los ataques que dejaron más de mil 400 heridos
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 11 de
marzo. La explosión casi simultánea de 12 bombas en tres estaciones
de trenes urbanos en esta capital dejó 192 muertos y mil 421 heridos,
en el peor atentado realizado en Madrid, y en el que habría participado
al menos un atacante suicida, según fuentes oficiales, pero el gobierno
del derechista José María Aznar mantenía esta noche su
hipótesis de que el responsable sería la organización armada
ETA, aunque no descartó investigar la posibilidad de otras líneas
dirigidas al extremismo islámico.
Las autoridades españolas, que en un primer momento culparon a ETA de
los más violentos atentados ocurridos en Europa, dijeron que entre los
cadáveres se encuentra el de un posible atacante suicida.
La red Al Qaeda, que también reivindicó los ataques del 11 de
septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono,
en Washington, se atribuyó el atentado en un comunicado cuya autenticidad
aún no se ha confirmado.
Minutos después, el gobierno de José María Aznar acusó
a la organización armada vasca ETA del brutal atentado; sin embargo,
unas 12 horas después informó que se mantienen abiertas varias
líneas de investigación, pues la policía localizó
una camioneta, presumiblemente utilizada por los autores de la matanza, en la
que había detonadores y grabaciones con fragmentos del Corán,
recitados en árabe.
El comunicado de Al Qaeda, entregado al diario londinense escrito en árabe
Al Quds Al Arabi, sostiene que sus militantes "triunfaron en la operación
contra los cruzados", que es como la red denomina a Estados Unidos, Gran Bretaña
y otros países que, como España, participaron en la invasión
a Irak. El comunicado dice también que el atentado fue denominado por
la red como acción Trenes de la muerte.
A primeras horas de la mañana, el caos, el miedo y la desesperación
interrumpieron la calma habitual de la metrópoli española. Los
lugares elegidos por los responsables de esta matanza fueron los vagones de
cuatro diferentes trenes que realizan trayectos cortos y trasladan diariamente
a unas 900 mil personas.
La hora elegida también fue la peor de las posibles: las 7:40, el momento
de máxima ocupación de este medio de transporte, utilizado sobre
todo por trabajadores y estudiantes universitarios.
Según la información difundida por el gobierno español,
los responsables del atentado escondieron 12 bombas en mochilas, cada una con
entre 10 y 12 kilos de explosivos, en los vagones y en las instalaciones de
las estaciones afectadas. Los artefactos fueron programados para estallar de
forma casi simultánea en un lapso de cuatro minutos y a su llegada a
terminales del conurbado madrileño.
El primer estallido ocurrió a las 7:39 de la mañana, cuando llegaba
a la estación de Atocha, la más utilizada del país, un
tren que partió del centro de Madrid. La segunda explosión ocurrió
en un tren que había partido de la localidad madrileña de Alcobendas,
unos treinta minutos antes, a su llegada a la vía dos de la estación
de Atocha. Estas dos detonaciones provocaron, en un primer balance, 94 muertos
y más de 700 heridos.
Minutos después, cuatro cargas estallaron a bordo de un tren que acababa
de llegar a la estación ferroviaria de El Pozo del Tío Raimundo,
a unos dos kilómetros de Atocha. El tren provenía de Alcalá
de Henares. Esta acción costó la vida a unas 67 personas, y dejó
heridas a 500 más, al menos.
La última exploción ocurrió en la terminal de Santa Eugenia,
también al sur de la ciudad y cerca de Atocha, en un vagón repleto
de pasajeros, donde 16 personas murieron y más de 200 resultaron heridas.
Los atentados provocaron la inmediata movilización de todos los servicios
de asistencia sanitaria, de los diversos grupos de las fuerzas y cuerpos de
seguridad del Estado, de los bomberos y de la sociedad civil, que se volcó
de forma espontánea en la petición urgente de donación
de sangre para socorrer a los heridos y manifestó en las calles su indignación.
Hospitales públicos y privados se saturaron en cuestión de horas
ante la incesante llegada de lesionados y conmocionados. También el cuerpo
de médicos forenses madrileños se vio superado ante la magnitud
de la matanza, y por ello tuvieron que solicitar apoyo a otras comunidades autonómicas
para intentar identificar y levantar las actas de defunción de cientos
de víctimas lo antes posible, tarea que todavía no ha concluido
debido al estado irreconocible en que quedaron muchos de los cuerpos.
El traslado y la atención de los heridos duró más de cuatro
horas, en un clima de temor ante la amenaza de nuevas explosiones, una vez que
agentes especializados tuvieron que detonar en forma controlada tres bombas
más. Según expertos, estos artefactos fueron colocados en las
instalaciones ferroviarias con la intención de asesinar a los policías
que acudieran al lugar del atentado.
El gobierno español convocó a todos los ciudadanos a concentrarse
este viernes por la tarde para condenar los atentados bajo el lema: "Con las
víctimas, con la Constitución y por la derrota del terrorismo".
El gobernante Partido Popular, del presidente José María Aznar,
el Partido Socialista Obrero Español e Izquierda Unida confirmaron su
participación en las movilizaciones, mientras el partido vasco Eusko
Altasuna anunció que no acudirá a las manifestaciones. La comunidad
de municipios de Madrid pidió a los ciudadanos reunirse este jueves durante
cinco minutos frente a sus ayuntamientos, en un llamado que también fue
acatado en comunidades como pidió Cataluña, Galicia y Andalucía.
Líneas de investigación
El ministro del Interior español, Angel Acebes, ofreció al menos
dos versiones sobre los dramáticos atentados. Primero mantuvo que tenía
la "total certeza" de que ETA era la responsable de los ataques, e incluso difundió
las fotografías de seis personas de origen vasco como los supuestos autores.
En tanto, expertos entrevistados por los medios señalaron que el modus
operandi de los atacantes no correspondía a ETA. En sus 30 años,
la organización armada vasca no ha dirigido sus atentados contra la sociedad
civil, salvo en el caso de un supermercado en Barcelona en 1981, en el cual
murieron 21 personas. Además, ETA suele avisar con al menos 30 minutos
de antelación del estallido de sus artefactos.
Doce horas después de su primera declaración, Acebes informó
que nuevos datos daban un giro radical a la investigación y al presunto
motivo de los atentados: los agentes de seguridad españoles localizaron
en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Alcalá de Henares
una camioneta abandonada con varias grabaciones con fragmentos del Corán
y en las que se instaba a la difusión de la enseñanza de la religión
musulmana.
Este hallazgo provocó que la policía española abriera "nuevas
líneas de investigación" y dirigiera sus indagaciones a los círculos
del extremismo islámico, que en los últimos meses había
advertido al gobierno español, mediante varios comunicados rubricados
por Al Qaeda, que España se había convertido en objetivo de sus
acciones terroristas en virtud del apoyo de Aznar a la política de "guerra
preventiva" del presidente estadunidense, George W. Bush, y de la posterior
ocupación militar de Irak.
Todavía la noche de este jueves, el vocero del gobierno español,
Eduardo Zaplana, insistió en la hipótesis que atribuye la responsabilidad
de la matanza a ETA y calificó de "mentira" la supuesta participación
en una de las explosiones de un terrorista suicida.
"Todo lleva a que ha sido la banda terrorista criminal ETA" la responsable de
la matanza de Madrid que provocó al menos 192 muertos y más de
mil 400 heridos al estallar 10 artefactos en tres estaciones de trenes, afirmó
Zaplana, poco después de que la radio privada Cadena Ser indicara -citando
fuentes antiterroristas- que un atacante suicida estaba en uno de los convoyes.
"Puedo desmentir categóricamente" la hipótesis del atentado suicida,
sostuvo Zaplana, quien lamentó la existencia de "un escenario de confusión
interesado por parte de algunos".
Tras asegurar que "a esta altura de la investigación se sabría",
Zaplana dijo que la versión según la cual "podía haber
alguna persona de origen musulmán entre los fallecidos, ha sido desmentida
por la policía".
Sin embargo, la Cadena Ser, perteneciente al grupo del diario El País,
insistió en que según fuentes de la lucha antiterrorista, "al
menos una persona se ha inmolado en uno de los vagones del tren que llegaba
a Atocha".
Ese supuesto atacante suicida llevaba "tres piezas de ropa interior y estaba
afeitado, algo habitual en los comandos suicidas árabes por sus creencias
religiosas", añadió la Cadena Ser al aire y en su sitio web.
"Las fuentes aseguran que a raíz de este hecho se ha decidido avisar
a forenses israelíes", agregó la emisora, indicando que en la
furgoneta hallada esta tarde en Alcalá de Henares, periferia este de
Madrid de donde partieron los trenes que fueron blanco de los atentados, se
encontró una sustancia explosiva que está siendo analizada.
Siempre según la Cadena Ser, citando fuentes antiterroristas, esa sustancia
no es la dinamita titadine que habitualmente utiliza ETA.
Al menos un chileno y un ecuatoriano murieron y entre los mil 400 heridos figurarían
decenas de latinoamericanos, en su mayoría ecuatorianos y colombianos,
trascendió.
Más de la mitad de los inmigrantes legales en España son latinoamericanos
(514 mil 485), en su mayoría ecuatorianos y colombianos, seguidos por
africanos. Más de 200 mil ecuatorianos viven legalmente en España,
pero entre 350 mil y 450 mil están en situación irregular, según
la entidad hispano-ecuatoriana Rumiñahui.
Fuentes del Ministerio del Interior español pidieron a inmigrantes indocumentados
colombianos y ecuatorianos que hayan resultado heridos en los ataques con bomba
que no teman acudir a centros de salud para ser atendidos.