300.000 personas marchan contra el programa de "reforma social"
Holanda: Una nueva unidad forjada en las calles
Pepijn Brandon
Socialist Worker
El sábado pasado (2 de octubre), tuvo lugar una de las manifestaciones más
grandes en la historia holandesa, cuando 300.000 personas, principalmente
activistas sindicales, marcharon contra los ataques a las pensiones y los
derechos de los trabajadores.
El gobierno derechista holandés ha presentado el paquete de recortes más grande
desde 1945.
Los recortes son parte de un enorme programa de "reforma social", que apunta a
una restructuración completa del estado de bienestar, la extensión de la jornada
laboral y terminar con las posibilidades de jubilación temprana.
Estos problemas seguramente les serán familiares a los trabajadores en Gran
Bretaña y en toda Europa.
Ataques casi idénticos llevaron a una manifestación de 50.000 personas en la
capital alemana, Berlín, en el mismo día de la marcha en Amsterdam.
Estas movilizaciones están reuniendo a experimentados activistas sindicales con
los jóvenes radicalizados, inmigrantes y nuevos sectores de trabajadores.
Así que tres horas antes del comienzo, la gente empezó a llegar a raudales a la
Plaza del Museo, donde tuvo lugar el programa oficial de eventos.
Al mismo tiempo, 50.000 personas participaron en una "pre-marcha" que llamaba a
que renuncie el gobierno.
Los obreros del puerto de Rotterdam habían hecho una huelga de 24 horas, y
jóvenes anti-capitalistas tiraron abajo una estatua simulada del primer
ministro.
En los días previos al sábado pasado, 60.000 activistas sindicales participaron
en una huelga masiva en Rotterdam, uniendo a los trabajadores negros y blancos
en una ciudad donde comenzó su carrera el político de extrema derecha Pim
Fortuyn. Muchos miles más hicieron huelga y manifestaron en otras partes del
país.
Todos esto ha llevado a un debate público en Holanda sobre el "retorno de los
sindicatos". Gran parte de los medios de comunicación están comentando cómo las
movilizaciones sindicales ya no se caracterizan por los viejos burócratas sino
que reflejan la diversidad vibrante de la sociedad holandesa.
Los sindicatos ahora han anunciado un "otoño caliente" de actividad. Tras años
de calma en lo que se refiere a huelgas, hay un sentimiento general de que la
izquierda está a la ofensiva.
En las próximas semanas, los sindicatos han llamado a una huelga del transporte
público, y están discutiendo huelgas nacionales en otros sectores.
El gobierno está en problemas. Ya era impopular por seguir la política de guerra
desastrosa de George Bush.
Según las encuestas, si hubiera nuevas elecciones la actual coalición tripartita
del primer ministro Balkenende perdería su mayoría frente a partidos de
oposición ubicados a su izquierda.
Uno de los manifestantes del sábado era Klaas Zantingh del sindicato CNV, quien
es el presidente del partido CDA de Balkenende en la ciudad de Emmen.
Dijo que si el CDA no cambia sus políticas, renunciará al partido.
Esto es simplemente una indicio del tumulto político que hay en Holanda.
Pero se está desarrollando un proceso mucho más profundo. Los gobiernos
conservadores y de tipo laborista por toda Europa están desguasando un estado de
bienestar que ha contribuido a mantener la estabilidad por dos generaciones.
En Holanda en los últimos años hemos visto cómo eso puede abonar el terreno para
las fuerzas derechistas anti-inmigrantes.
En Alemania el ataque contra el estado de bienestar proviene del gobierno
socialdemócrata y verde de Gerhard Schröder, demostrando que necesitamos una
fuerza política a la izquierda de la socialdemocracia para enfrentar este
ataque.
Los partidos de tipo laborista que están en la oposición en Europa están
intentando sacar rédito de la revuelta contra el neo-liberalismo. Pero un gran
número de personas recuerda lo que fueron ellos cuando estuvieron en el
gobierno.
Por eso, la discusión sobre una alternativa de izquierda es candente.
Será un tema del Foro Social Europeo en Londres la próxima semana.
Y algunos de los que están en el corazón del movimiento en Holanda están
viajando a Londres para tomar parte.
* El autor es editor de De Socialist, el periódico del grupo Internationale
Socialisten de Holanda.
Traducción de Guillermo Crux, especial para Panorama Internacional:
www.ft.org.ar