La economía informal en Polonia: el escándalo de los falsos autónomos
Anne Renaut
Rebanadas de realidad
Primer plano de Janusz Sniadek, Presidente de NSZZ Solidarnosc, quien se subleva contra el problema de los falsos autónomos de Polonia. En el sector de la construcción y en el del transporte, muchísimos ex asalariados se ven obligados a ponerse como autónomos luego de ser despedidos. Continúan entonces trabajando para sus antiguos empleadores pero desprovistos de toda protección.
-¿Cuál es la realidad de la economía informal de Polonia?
En primer lugar, resulta difícil disponer de datos. Oficialmente, la economía informal representa el 15% del PBI. Pero, en realidad, es mucho más que eso. Y no son los inmigrantes quienes constituyen la mayoría de las personas que integran la economía informal sino los mismos ciudadanos polacos. En la economía informal trabajan alrededor de 2 millones de polacos y unos 150.000 extranjeros.
Este fenómeno está aumentando desmesuradamente y se va convirtiendo en un problema grave. Se trata de empleos atípicos, sobre todo de trabajadores autónomos, que no están cubiertos por ningún contrato laboral ni convenio colectivo. No hay nada más que un contrato entre dos empresas que, en realidad, son dos personas.
Hoy en día, debido al elevado índice de desempleo (de casi el 20%), los trabajadores de la economía informal son sobre todo desempleados. Antes, esos trabajadores tenían dos trabajos, el formal y el informal. No obstante, este hecho resulta difícil de mensurar.
Por su parte, los empleadores de la economía informal oficialmente pagan nada más que salarios mínimos, para reducir el monto de los impuestos, y luego entregan un sobresueldo en negro.
La economía informal se desarrolló en los sectores donde los sindicatos no tienen mucha presencia. En Polonia hay 3,5 millones de empresas, de las cuales 2,5 millones tienen nada más que un asalariado, solamente 100.000 empresas tienen más de 9 asalariados y 10.000 son organizaciones más grandes.
En el sector del transporte y en el de la construcción, se despide a los trabajadores y se los obliga a instalarse como autónomos. El gobierno también impulsa a esa gente hacia ese sistema al ofrecerles exenciones impositivas. Y si desean tener una protección social, pueden contratar un seguro mínimo, que deben pagar ellos mismos.
Se trata de una forma de dumping (competencia desleal) contra las empresas que continúan teniendo los asalariados clásicos. Eso lleva a que las empresas tradicionales terminen por cerrar y, como es natural, sus antiguos asalariados pasan a trabajar en la economía informal.
-¿Ayudan los sindicatos de Polonia a los trabajadores de la economía informal?
La manera más sencilla de combatir esa situación consiste en denunciar a las empresas que llevan a cabo actividades informales. Se puede indicar el hecho a las inspecciones del trabajo. Sin embargo, el problema es que los trabajadores de esas empresas, que cobran el salario mínimo y un suplemento en negro, no harán nada para denunciar a su empleador, ya que temen perder el empleo o el salario.
Sindicalizarse significaría para ellos perder el empleo ya que, según la legislación polaca, una persona puede afiliarse a un sindicato solamente cuando dispone de un contrato de trabajo legal.
En lo que nos concierne, nuestro primer cometido consiste entonces en evitar que se pierdan los empleos de la economía informal. En ese ámbito queda aún mucho por hacer. En primer lugar, debemos proteger a nuestros miembros del despido. El problema actual de los sindicalistas es tratar que sus empresas sobrevivan y que subsistan sus sindicatos.
Para poner término a la economía informal no podemos hacer uso de la reglamentación, de la policía ni de la persuasión. La economía informal desparecerá el día en que haya disminuido la enorme brecha entre el Este y el Oeste de Europa. La única manera de salir adelante consiste en desarrollar nuestra economía. Cuando hayamos conseguido una cierta igualdad entre los países del Oeste y del Este de Europa desaparecerá la emigración ilegal y la economía informal.
-¿Cómo procuran preservar los empleos de la economía informal?
Por el momento, no reclamamos ningún aumento de salario. Nuestra prioridad es proteger los empleos de las empresas que corren el riesgo de cerrar. Somos como un médico que atiende a un enfermo.
Nuestra segunda reivindicación se refiere al pago de los salarios. Alrededor del 10% de los trabajadores polacos no perciben regularmente sus salarios.
Finalmente, en 2002 hemos hecho manifestaciones para conseguir que se introdujeran mejoras en el código laboral para los sectores que se están reestructurando. Por ejemplo, presentamos una petición con más de 650.000 firmas respaldando la promulgación de una ley para conseguir una jubilación especial para los trabajadores más jóvenes y los de más edad.