Argentina: La lucha continúa
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Roberto Tato Iglesias y la represión en San Luis
"Como en la dictadura, cada
noche duermo en una casa distinta"
Agencia La Vaca
San Luis hierve. Este jueves 6 de mayo Rodríguez Sáa lanzó a la calle a
patotas oficialistas, pero de todos modos los opositores que piden la
intervención de la provincia decidieron marchar. En el acto estuvieron Pérez
Esquivel y Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora. Tato Iglesias, referente de
la Multisectorial y creador de la Universidad Trashumante, y otros siete
opositores "están marcados" según la advertencia de un funcionario municipal,
mientras el gobierno nacional aún mira para otro lado.
"Estamos igual que en la época de la dictadura. Yo estoy durmiendo cada noche en
una casa distinta", dice Roberto Tato Iglesias, creador de la Universidad
Trashumante, sociólogo, y uno de los militantes más activos de la Multisectorial
compuesta por 64 organizaciones que pide la intervención nacional a los tres
poderes de la provincia de San Luis.
Es la noche del jueves 6 de mayo y acaba de terminar una nueva marcha opositora
al régimen de Alberto Rodríguez Saá. El oficialismo movilizó unas 3.000 personas
para coparle a la Multisectorial la Plaza Independencia, donde se erige desde
hace tres meses la Carpa de la Dignidad, donde los docentes puntanos exigen dar
marcha atrás con la derogación del estatuto docente decretada por el gobernador.
En la marcha participaron el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la
representante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas. También
estuvieron los diputados nacionales José Roselli y Patricia Walsh, entre otros.
Todos hablaron al final de la movilización, en la Plaza del Correo, y
responsabilizaron al gobierno nacional, haciendo blanco en el ministro de
Interior, Aníbal Fernández. "Aquí no existe la división de poderes –señala
Iglesias-. Cuando hay represión no tenemos a quién recurrir. La semana pasada,
mientras negociábamos con el juez, la policía reprimía a maestros que estaban
encadenados. Aquí se sancionó una ley que permite allanar cualquier casa sin
orden judicial previa".
Por eso, la Multisectorial exige que el secretario de Derechos Humanos, Eduardo
Luis Duhalde, viaje a la provincia para informarse de lo que sucede. "No
queremos que se juegue con la vida de los habitantes de San Luis –remarca el
sociólogo- No queremos que la intervención dependa de la interna entre Nèstor
Kirchner y Eduardo Duhalde. Tenemos un documento con más de 32 pruebas concretas
que la justifican. Lo que pasa que para el gobierno sería un mal ejemplo para el
resto del país que un pueblo movilizado saque a un gobierno corrupto. Pero no
vamos a aflojar. En esta lucha va la vida de nuestros hijos y nietos. Por eso,
el martes marcharemos otra vez".
"Rodríguez Saá hoy montó un escenario terrible. Convocó gente de toda la
provincia, la trajo en colectivos. Por suerte nosotros pudimos pasar, pero fue
muy duro: nos orinaban, nos escupían, nos tiraban botellazos. Eran todos
beneficiarios del plan pico y pala.", relata el sociólogo. El plan pico y pala,
en verdad, se denomina oficialmente Plan de Inclusión Social y consiste en un
subsidio de 300 pesos a 60.000 desocupados. Se los ve todos los días a la vera
de las rutas provinciales cortando los yuyos o realizando ornamentaciones con
piedritas blancas. "Siempre vigilados por un beneficiario leal al gobierno, los
mismos que hoy los trajeron a la manifestación", sostiene Iglesias.
Para él, el plan pico y pala fue el principio del fin de la dinastía Rodríguez
Saá: "El plan cuesta 12 millones mensuales y es improductivo. Implicó ajustes en
muchos otros sectores. Por ejemplo, hizo que se le recorte el dinero a los
hogares religiosos. O motivó las ideas de poner beneficiarios del plan como
directores de escuelas o en la policía para ahorrarse plata y tener una red de
punteros políticos en todos lados. Nosotros venimos denunciando a los Rodríguez
Saá desde hace 20 años, éramos poquitos, pero ahora hizo eclosión".
Desde hace una semana, Iglesias va a todos lados acompañado por dos compañeros
de distintos movimientos sociales, que le brindan protección. Ya durante la
marcha del pasado 30 de abril, donde se produjo una represión feroz, un
funcionario municipal lo llamó al celular para advertirle que él y otros siete
miembros de la Multisectorial están "marcados". Ese día, el fundador de la
Trashumante durmió en la universidad, el único edificio público nacional donde
se supone que no puede penetrar la policía.
"Nos tienen apuntados. A mi me acusan de ideólogo, tal vez porque mi figura se
hizo visible con la universidad popular. El jefe de Policía anda diciendo que yo
organicé todo esto con el grupo Quebracho", describe. Pero hay más: el diario
oficialista República (que antes se llamaba San Luis, pero al que Adolfo
Rodríguez Saá le cambió el nombre cuando se presentó como candidato a
presidente) también lo señala como el Lucifer provincial.
En verdad, Tato Iglesias es un sociólogo de 61 años que nació en la Capital
Federal, donde estudió y vivió hasta los 30 años. Con cuatro hijos a cuesta
–ahora tiene siete- decidió irse a trabajar al interior del país. La dictadura
lo sorprendió dando clases en la Universidad de San Luis y tras siete años de
vida subterránea volvió a la docencia con el regreso de la democracia. Pero esta
vez, aplicando las técnicas de la educación popular. "Estuve en Brasil
trabajando con Paulo Freire y lo trajimos a San Luis un año antes de su muerte",
se enorgullece.
En 1998, Iglesias fundó la Universidad Trashumante, una experiencia inédita de
educación y arte popular en el que participan 20 organizaciones y un total de
600 personas de diversas provincias. "Trabajamos la autonomía y la
horizontalidad. Evitamos generar liderazgos, todos somos referentes de todo. Por
eso la red cambia de su coordinación todos los años", explica el sociólogo de
voz cascada, que ya recorrió con su proyecto más de 30.000 kilómetros. Siempre
arriba de El Quirquincho, el colectivo que traslada a pueblitos donde no llegan
las universidades oficiales numerosos talleres que exploran procesos de
aprendizaje y reflexión sobre la realidad.
"Buscamos transformar conciencias, generar sujetos, pero no para llevarlos a
molinos de nadie, menos para algún partido político. Queremos que el pueblo tome
conciencia de sus derechos. De los deberes ya la tenemos hacer muchos años.
Vamos a los pueblos del interior del país a aprender junto a sus comunidades, a
intercambiar conocimientos con personas condenadas a la miseria por este
sistema. Juntos dejamos el inmovilismo al que nos quieren condenar, juntos nos
ayudamos a seguir caminando".
La Trashumanate nació en San Luis, pero de allí se fue cuando comenzaron a
arreciar las intimidaciones. A sus miembros, les comenzaron a suceder cosas tan
variadas que iban desde el robo de bicicletas hasta la destrucción a pedradas de
los vidrios de sus casas. Pero en noviembre pasado, cuando el clima provincial
volvió a ponerse denso, decidieron volver. "Hicimos un trabajo de educación
popular en la Multisectorial –cuenta Iglesias-. Sirvió para aprender a hablar en
ronda, a respetar la palabra de cada uno. También para poder evaluar nuestro
accionar, realizar autocríticas y propuestas".
Autocríticas y propuestas que ahora la Multisectorial seguirá debatiendo frente
a la nueva marcha del próximo martes. Mientras tanto, Tato Iglesias no sabe
dónde dormirá, o permanecerá desvelado, esta noche.