Argentina: La lucha continúa
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Una respuesta de Trinchero y de la Mayoría de Graduados de Historia
Estimado profesor Romero.
Debo serle franco. He quedado sorprendido al recibir de su parte un mensaje por
correo electrónico con relación a la declaración del Consejo Directivo en el que
se repudia su actitud frente a los hechos relacionados con la creación de la
cátedra paralela. Digo sorpresa ya que estoy acostumbrado junto a mis colegas
que eventualmente ocupamos cargos en la Facultad, a conocer sus "opiniones",
precisamente a través de periódicos, radios y otros medios de comunicación, lo
cual contrasta con la actitud de la gran mayoría de los profesores, graduados y
estudiantes que nos las expresan en el propio ámbito de la Facultad, en el marco
de una gestión que se propone abierta a todos los miembros de la comunidad
universitaria. Pero más allá de la grata sorpresa por recibir un mensaje
personal de su parte, sabe usted muy bien que de lo que estamos hablando no son
sus opiniones sobre el tema sino de falacias, difamaciones y ocultamientos sobre
la verdad de los hechos que usted conoce perfectamente. Los profesores por la
mayoría y quien le escribe, luego de una paciente espera, decidimos repudiar su
actitud porque es lo que corresponde frente a su absoluta falta de ética, lo
cual incluso queda demostrado en el mensaje que me enviara, al decir que los
profesores y graduados por la minoría fueron "forzados" a abandonar la sesión.
Intente hacer un esfuerzo de honestidad intelectual y pregunte a sus colegas de
la minoría los motivos de su abandono del recinto, por mi parte los desconozco,
pero ¿No le parece a usted un absurdo pensar que podríamos forzarlos, en el
sentido del término que usted prefiera, hacia cualquier actitud? ¿Puede usted
pensar verosímil semejante dislate?. Usted sabe que no. Le repito lo suyo no son
opiniones son afirmaciones falaces que ocultan la verdad, es decir, usted
miente. No me interesa tampoco dar demasiadas vueltas alrededor de su
insistencia por falsear los hechos y difamar a sus colegas, usted sabrá mejor
que yo sus motivaciones pero ¿Le parece a usted que los miembros del Consejo
Directivo deberían convalidar dichos actos con el silencio?. Sr. Profesor
siéntase entonces repudiado como corresponde y siéntase al mismo tiempo libre de
ir a cualquier baño interclaustros de la Facultad, a la sala de profesores, a la
sala del Consejo Directivo donde usted realiza sus reuniones de cátedra
periódicamente y, si desea usar algún distintivo amarillo con la letra "R"
también puede hacerlo, en tal caso tendremos una nueva oportunidad de ratificar
la alta autoestima que usted se tiene. Utilice la Facultad que usted tanto
quiere para todas las actividades que su capacidad le permita y, apelando a ella
(su capacidad), le solicito que me diga quien lo persigue ideológicamente y si
es posible me explique el significado de su categoría "terrorismo de la
palabra". Si esto último no es posible, sólo le pido que no mienta más.
Saludos. Héctor Hugo Trinchero